Su nombre significa “el que es como Dios”. Él nos hace
conscientes de que solo somos equiparables a Dios como parte de la unidad
divina. Cuando trabajamos con esta potente energía surgen muchos asuntos
relacionados con el ego, que independientemente de las luchas internas, se
reflejan en el exterior diferentes problemáticas que debemos conocer y evitar.
Entre los temas
a trabajar están el exceso de autoridad y luchas por el poder. Si prestamos
atención, constataremos que nuestros conflictos en el exterior son en realidad
nuestros propios conflictos internos irresueltos, los cuales podemos solventar
con ayuda de la energía del Arcángel Miguel.
Este proceso puede resultar doloroso, pues los
desequilibrios y las manchas oscuras de nuestra alma pueden desprenderse y
disiparse mediante la espada luminosa del Arcángel Miguel. Solo entonces se produce
la curación y la liberación del Karma.
Nos ayuda en:
Protección. Justicia. Fidelidad. Autoridad. Poder.
Confrontación con las leyes cósmicas divinas. Separación. Redención Confianza
en Dios y en la unidad divina, dirigidos espiritualmente hacia la unidad. Búsqueda
y consecución de la paz verdadera.
EL
ARCANGEL MIGUEL TE DICE.
“Hazte libre e independiente de manifestaciones externas. El
planeta Mercurio es mi vehículo y, por ello, te ofrezco sinceros y claros
pensamientos. Sígueme a través de la puerta del espíritu verdadero, para ver a
Dios cara a cara. Quien pronuncia mi nombre está preparado para abandonar los
lazos terrenales y el pasado terrenal. Soy la espada luminosa de Dios, Mi
radiación es azul zafiro. Domino los vientos tempestuosos, el hielo y la nieve.
Escucha el susurro de los pinos y abetos. Tú escuchas mi respiración.
En el amor de Dios transmito la fuerza humilde, el
ánimo decidido, la máxima protección espiritual posible, fidelidad, paz y el
fundamento de las cosas justas”. ¡Yo dejo el camino libre!
No hay comentarios:
Publicar un comentario