La Tierra nos crea y nos sustenta, sin ella no podríamos
existir. Nuestro planeta está situado al borde de uno de los sistemas
galácticos, por lo que es de fácil acceso desde otras galaxias. Su situación
favorece la activación de portales energéticos por los que transitan energías
del espacio.
Unas energías crearon todo lo que existe en la Tierra
dotándolo de consciencia, la cual se comunica mediante vibraciones de
frecuencias electromagnéticas, estas se conectan y funcionan como una corporación,
aportando beneficios al Todo.
Las energías se unen basándose en su nivel de evolución,
según un plan específico. Dentro de ese plan estamos los humanos, creados de la
misma materia que el planeta, pero con una mente capaz de almacenar códigos de
información en su interior. Preparados de manera que cuando la Tierra tenga que
pasar por un salto evolutivo, actuar como un factor estabilizador durante la
transmutacion de las dimensiones,
expandiendo las frecuencias que sirven para despertar a los rezagados.
Cada uno de nosotros acogerá el nuevo conocimiento y los cambios hasta donde
pueda.
La Tierra es un microcosmos dentro de un macrocosmos, una
versión en miniatura de lo que sucede en el resto del universo, pero con una
gran diferencia: la Tierra es un planeta donde se experimentan todas las
posibilidades de una densidad 3D, aportando estas experiencias a otras
realidades.
Ahora estamos en un tiempo difícil, un tiempo de cambio
en el que dejaremos atrás viejos paradigmas, y en el que recordaremos como salir
de la consciencia colectiva que nos ha tenido atrapados. Nos daremos cuenta de
que nuestras creencias están basadas en un tiempo lineal, y recordaremos que el
tiempo es mucho más flexible de lo que pensamos, que puede ser estirado,
distorsionado, curvado, y se puede enroscar sobre sí mismo, permitiéndonos
movimientos simultáneos en varios lugares.
Recordaremos que nuestro lenguaje está formado por códigos,
y que el sonido que producimos al hablar crea imágenes que se reflejan, estimulan
y estructuran nuestra consciencia. Cada uno de nosotros tiene su propia
entonación al hablar, y producimos determinadas variaciones y énfasis que forma
nuestra propia rúbrica.
La palabra, el sonido nos afecta a todos y cambia el
planeta, por eso es muy importante cuidar lo que decimos y como lo decimos, a
veces no nos damos cuenta y podemos descodificar claves que nos ponen en
contacto con otras vibraciones, identificando energías compatibles con las
nuestras que nos hablan de nuestro regreso a la fuente.
Es el momento adecuado para recitar mantras, repetir
decretos, crear armonía a nuestro alrededor mediante el sonido, expandiendo
desde nuestro interior oleadas de amor y reconocimiento. No podemos avanzar si
no compartimos y damos nuestro conocimiento y experiencia a todo lo creado. La
reorganización de nuestro A.D.N y la entrada a la Tierra de energías cósmicas
de más alta vibración nos ayudarán a conseguir nuestro salto evolutivo. El
momento es AHORA.
No hay comentarios:
Publicar un comentario