PERSONAS
TOXICAS: 7 ESTRATEGIAS PRÁCTICAS PARA LIDIAR CON ELLAS.
Personas tóxicas hay por doquier. Incluso es posible que nosotros mismos,
en determinadas circunstancias, adoptemos algunos de esos comportamientos. Sin
embargo, lo cierto es que tener que lidiar con estas personas día tras día,
puede ser agotador y conducir a la frustración. De hecho, si no cuentas con las
herramientas psicológicas adecuadas, estas personas terminarán adueñándose de
tu tiempo y afectarán profundamente tu paz interior con sus demandas exageradas
e irracionales. Por eso, es fundamental aprender a lidiar con sus reclamos sin
perder la calma y sin renunciar a nuestros derechos.
Mantener la calma en
medio de la tormenta
1. Céntrate en las
soluciones.
Las personas tóxicas suelen generar una
sensación asfixiante. Sin embargo, si te centras en esas emociones y
pensamientos negativos, te sentirás aún peor, sentirás que te encuentras en un
laberinto sin salida y aumentan las probabilidades de que pierdas el control.
Como resultado, el estrés aumentará. Por eso, es mejor que te centres en las
soluciones, en cómo resolver esa situación en concreto y reducir tu nivel de
estrés.
2. Establece límites.
Las personas tóxicas intentarán que te
sumerjas en sus problemas. En realidad no quieren soluciones, solo desean
consumir tu tiempo y descargar su carga de negatividad. Por eso, es importante
que aprendas a distinguir entre las personas que realmente necesitan ayuda
porque quieren resolver un problema y aquellas que solo desean quejarse y se
comportan como camiones de basura humanos. En ese caso, establece límites sanos
que te permitan mantenerte a distancia.
3. No esperes un cambio.
Lograr un cambio en las personas no es una
misión imposible pero es complicado y demanda un gran esfuerzo. Por lo general,
es difícil que las personas tóxicas cambien porque suelen oponer una gran
resistencia. Por tanto, no pierdas tiempo culpándolas, desaprobando sus
acciones o reprochándoles sus palabras porque de esta forma es probable que
solo empeores aún más la situación. Simplemente realiza sugerencias breves y
concisas pero no les presiones demasiado.
4. No discutas.
Ahorrar energía es importante. Además, las
discusiones a menudo solo sirven para hacerte sentir peor. Por eso, es esencial
que no caigas en el juego que te proponen las personas tóxicas, no te dejes
arrastrar a su tela de araña. Si notas que tu interlocutor no puede manejar
bien sus emociones o que no está abierto a nuevos argumentos, evita comenzar
una discusión. Por tu equilibrio psicológico, es mejor que aprendas a elegir
qué batallas luchar y en cuáles retirarte a tiempo.
5. Conócete.
Si te conoces bien y sabes cuál es tu
punto de no retorno, ese momento en el que pierdes la paciencia, podrás
detenerte antes de llegar a ese extremo. Al contrario, si dejas que la persona
tóxica avance, sin establecer una barrera, solo terminarás enfadado y
frustrado. Mantén en todo momento el control emocional y, si crees que estás a
punto de perderlo, detén la conversación con cortesía. Dile a tu interlocutor
que en ese momento no puedes continuar hablando sobre ese tema.
6. Supera la
negatividad.
Las personas tóxicas no suelen actuar de
forma racional, si lo hicieran, no exhibirían tantos comportamientos negativos
que vulneran los derechos de los demás. De hecho, en algunas ocasiones, no es
ni siquiera la persona quien nos molesta sino pensar en sus conductas
irracionales, injustas y hasta egoístas. Por eso, la regla de oro para poder
lidiar con tranquilidad con estas personas consiste en superar esa negatividad
inicial. Responde solamente a los hechos, no le sigas el hilo a su pensamiento
caótico y no esperes que actúe como tú lo harías.
7. No juzgues.
Es difícil no juzgar. De hecho, en el
camino del Crecimiento Personal, es uno de los hábitos más complicados de abandonar,
pero también uno de los que más beneficios nos reporta. Intenta no juzgar a la
persona que tienes delante, en su lugar, ofrécele respeto, comprensión y
compasión. Recuerda que detrás de esos comportamientos es probable que se
escondan traumas infantiles, miedos o frustraciones. Recuerda que no somos
mejores ni peores, solo diferentes.
Por Jennifer Delgado
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