domingo, 24 de mayo de 2015

PERSONAS TOXICAS: COMO LIDIAR CON ELLAS.


 


 PERSONAS TOXICAS: 7 ESTRATEGIAS PRÁCTICAS PARA LIDIAR CON ELLAS.

 
Personas tóxicas hay por doquier. Incluso es posible que nosotros mismos, en determinadas circunstancias, adoptemos algunos de esos comportamientos. Sin embargo, lo cierto es que tener que lidiar con estas personas día tras día, puede ser agotador y conducir a la frustración. De hecho, si no cuentas con las herramientas psicológicas adecuadas, estas personas terminarán adueñándose de tu tiempo y afectarán profundamente tu paz interior con sus demandas exageradas e irracionales. Por eso, es fundamental aprender a lidiar con sus reclamos sin perder la calma y sin renunciar a nuestros derechos.

Mantener la calma en medio de la tormenta

1. Céntrate en las soluciones.

Las personas tóxicas suelen generar una sensación asfixiante. Sin embargo, si te centras en esas emociones y pensamientos negativos, te sentirás aún peor, sentirás que te encuentras en un laberinto sin salida y aumentan las probabilidades de que pierdas el control. Como resultado, el estrés aumentará. Por eso, es mejor que te centres en las soluciones, en cómo resolver esa situación en concreto y reducir tu nivel de estrés. 

2. Establece límites.

Las personas tóxicas intentarán que te sumerjas en sus problemas. En realidad no quieren soluciones, solo desean consumir tu tiempo y descargar su carga de negatividad. Por eso, es importante que aprendas a distinguir entre las personas que realmente necesitan ayuda porque quieren resolver un problema y aquellas que solo desean quejarse y se comportan como camiones de basura humanos. En ese caso, establece límites sanos que te permitan mantenerte a distancia.

3. No esperes un cambio.

Lograr un cambio en las personas no es una misión imposible pero es complicado y demanda un gran esfuerzo. Por lo general, es difícil que las personas tóxicas cambien porque suelen oponer una gran resistencia. Por tanto, no pierdas tiempo culpándolas, desaprobando sus acciones o reprochándoles sus palabras porque de esta forma es probable que solo empeores aún más la situación. Simplemente realiza sugerencias breves y concisas pero no les presiones demasiado.

4. No discutas.

Ahorrar energía es importante. Además, las discusiones a menudo solo sirven para hacerte sentir peor. Por eso, es esencial que no caigas en el juego que te proponen las personas tóxicas, no te dejes arrastrar a su tela de araña. Si notas que tu interlocutor no puede manejar bien sus emociones o que no está abierto a nuevos argumentos, evita comenzar una discusión. Por tu equilibrio psicológico, es mejor que aprendas a elegir qué batallas luchar y en cuáles retirarte a tiempo.

5. Conócete.

Si te conoces bien y sabes cuál es tu punto de no retorno, ese momento en el que pierdes la paciencia, podrás detenerte antes de llegar a ese extremo. Al contrario, si dejas que la persona tóxica avance, sin establecer una barrera, solo terminarás enfadado y frustrado. Mantén en todo momento el control emocional y, si crees que estás a punto de perderlo, detén la conversación con cortesía. Dile a tu interlocutor que en ese momento no puedes continuar hablando sobre ese tema.

6. Supera la negatividad.

Las personas tóxicas no suelen actuar de forma racional, si lo hicieran, no exhibirían tantos comportamientos negativos que vulneran los derechos de los demás. De hecho, en algunas ocasiones, no es ni siquiera la persona quien nos molesta sino pensar en sus conductas irracionales, injustas y hasta egoístas. Por eso, la regla de oro para poder lidiar con tranquilidad con estas personas consiste en superar esa negatividad inicial. Responde solamente a los hechos, no le sigas el hilo a su pensamiento caótico y no esperes que actúe como tú lo harías.

7. No juzgues.

Es difícil no juzgar. De hecho, en el camino del Crecimiento Personal, es uno de los hábitos más complicados de abandonar, pero también uno de los que más beneficios nos reporta. Intenta no juzgar a la persona que tienes delante, en su lugar, ofrécele respeto, comprensión y compasión. Recuerda que detrás de esos comportamientos es probable que se escondan traumas infantiles, miedos o frustraciones. Recuerda que no somos mejores ni peores, solo diferentes.

Por Jennifer Delgado

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