La conciencia y tu cuerpo deben de estar en armonía, ya que forman un TODO.
Día y noche tú cuerpo está trabajando para ti, está a tu servicio. Hace todo lo necesario para tu supervivencia, para tu vida, aunque tú nunca le hayas dado ni siquiera una vez las gracias. El amor y la compasión son necesarios para tu cuerpo y su nutrición, ya que cuanto mejor este tu cuerpo mayor será la probabilidad de hacer crecer tu conciencia. Tu cuerpo es una unidad orgánica que debes respetar y conocer con detalle.
Cualquier educación que no enseñe a
cuidar, querer y tener compasión de tu cuerpo, tampoco te enseñara a entrar en
tu propia conciencia.
El cuerpo es la puerta para fusionarte con
tu YO.
EXAMINATE.
Siente como tienes una armadura a tu
alrededor; no está adherida a ti, cuando tú quieras puedes quitártela, tirarla.
La armadura está muerta; si tú no cargas con ella, desaparecerá. Pero tú, no
solo la estas cargando sino que también la estas alimentando continuamente.
Si te fijas, todos los niños fluyen. No
tienen partes congeladas en ellos; todo su cuerpo es una unidad. No existe división;
no hay demarcaciones. Sin embargo, poco a poco estas demarcaciones empiezan a
aparecer. Entonces la mente se convierte en jefe, toma el mando, y todo tu
cuerpo se divide en partes. Algunas son aceptadas por la sociedad y otras no.
Hay partes que la sociedad considera “peligrosas” y tienen que ser anuladas.
Esa es la raíz de todo el problema. Para
resolverlo debes observar en que partes de tu cuerpo tienes limitaciones, tan
solo tienes que hacer tres cosas.
Una: Caminando, sentado o
tumbado espira profundamente. El énfasis tiene que estar en
la espiración, no en la aspiración. Espira profundamente,
sacando todo el aire que puedas, suelta el aire por la boca poco a poco. Cuando
todo el aire que había en tu cuerpo haya salido, el cuerpo aspirara; no eres tú
el que debe aspirar, tu cuerpo lo hace por ti.
La espiración debe ser
lenta y profunda y la aspiración debe de ser rápida. Este ejercicio modificara
la armadura cerca del pecho.
Dos: Si puedes comenzar a
correr hazlo; si lo prefieres camina un rato. Visualiza mientras caminas como
un peso está desapareciendo de tus piernas, como si estuviera cayendo, poco a
poco, tus piernas están volviéndose ligeras.
La armadura de tus piernas se formó si tu
libertad fue restringida, si se te ha ordenado que hacer, como ser y adonde ir.
Mientras caminas, presta atención a la espiración. Cuando
recuperes la fluidez en tus piernas notaras un gran flujo de energía en tu
cuerpo.
Tres: Por la noche, cuando
vayas a acostarte desvístete, mientras te quitas la ropa imagínate que vas
quitándote partes de la armadura que llevabas puesta. Despójate de ella
lentamente, conscientemente, libérate de la presión de todos los conceptos que
te estaban aprisionando. Estirando todo tu cuerpo realiza una
respiración profunda; después vete a dormir, sin armadura, con total libertad,
sin restricciones.
Y recuerda…cuida de tu cuerpo…es el único
lugar donde tienes que vivir.
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