El ano es el orificio del recto, el lugar donde suelto lo que ya no necesito. Los problemas aquí están conectados con el hecho de “retener y soltar”; es el lugar de descarga de las principales toxinas del cuerpo humano.
El ano se sitúa al nivel de la pelvis, cercano al coxis y al primer Chakra o centro de energía, el asiento entre el “yo” y el universo que me rodea. Está vinculado a la base energética del cuerpo. Ciertos miedos internos, el estrés y las emociones se evacuan por este orificio.
Relación psicosomática:
Las
hemorroides me indican una tensión y un deseo interior de forzar la
eliminación, como si intentase hacer salir algo con mucha fuerza, al mismo
tiempo, la acción de retener se manifiesta y el conflicto entre empujar y
retener crea un desequilibrio.
Esta sería la conclusión:
Vivo un sentimiento intenso de culpabilidad, una vieja tensión no expresada, que al guardarla en mi interior vuelvo a vivirla frente a una persona o una situación, me produce un desequilibrio anal.
El cuerpo me avisa la señal de que algo en mi vida necesita ser "limpiado", de que debo liberarme del estrés, sobrecarga o culpabilidad. Puede que, me sienta obligado a cumplir con mis obligaciones y responsabilidades, aunque en el fondo lo que quiero es hablar y expresar mis necesidades de rectificar o ajustar situaciones. además llevo este peso solo, porque el ego me impide pedir ayuda a nadie.
También puede que viva un sentimiento de sumisión, con relación a una persona o una situación que hace que me sienta disminuido, como si fuera una nulidad.
Cambio de pensamiento:
Cuando comprendo la causa de mi dolencia, tomo consciencia y acepto; que esta situación temporal me ayudará a encontrar la solución para liberarme.
Mis
pensamientos y mis acciones están sostenidos por el amor. Todo se armoniza en
mí y las hemorroides desaparecen.
Me libero de aquello que paraliza mi
evolución.
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