En la persona con depresión existe una disminución de sensibilidad,todo le da igual, ¡ni siente ni padece!. se genera un mecanismo de defensa en el que incluso su propio cuerpo está recogido sobre sí mismo, aislado de los demás. desciende la sensibilidad hacia el exterior y disminuyen las ganas de llorar. Si hubieran ganas de llorar hablaríamos de tristeza. En la depresión no hay nada, la persona en depresión "vive una presencia ausente". Está en él, está en su cuerpo, pero vive ausente. Su mente se defiende del sufrimiento y para ello no siente, pero esto conlleva también una disminución de la capacidad de emocionarse.
La persona tiene una sensación de ruina interna y piensa: "total para que voy a hacer nada, si haga lo que haga nada va a cambiar".En la depresión hay siempre una pérdida de esperanza, un sentimiento característicamente humano. Al perder la esperanza perdemos las ganas de vivir y no vemos la alegría por ningún lado. La depresión con frecuencia enmascara rabia o rencor, y puede ser a su vez resultado de este enmascaramiento.
La depresión al igual que la tristeza se manifiestan en el cuerpo: se deja caer la columna, disminuye la respiración (bloqueo en espiración), el cuerpo tiene una postura de estar entregado o abandonado a la fuerza de la gravedad. El bloqueo en la respiración produce a veces una sensación de ahogo o dificultad respiratoria. La mejor forma de ayudar a una persona con problemas emocionales es escucharle sus problemas y acompañarle en la crisis. Para el deprimido es esencial que pueda contar las penas y llegar al des-ahogo.
Contraer el cuerpo, y disminuir la respiración son los mecanismos de defensa físicos relacionados con la depresión. Por eso nunca veréis a la persona deprimida con la columna recta, respirando profundamente, ya que entre otras cosas la respiración profunda puede despertar muchos conflictos más o menos escondidos. Al llenar de aire los pulmones de forma continua pueden surgir impulsos no aceptados o reprimidos, deseos no cumplidos o sensaciones y emociones que no controlamos.
A nivel psicológico se sabe que hoy en día, cada vez más y con mayor frecuencia, muchas personas comienzan a manifestar una estructura de carácter conocida como "la estructura fronteriza" (borderline), en la que la persona cuando se refiere a ella misma dice que no le pasa nada, que todo le va muy bien, que no tiene ningún problema; y sin embargo, observando su estructura corporal, su forma de hablar, de moverse, de comer, de caminar, se percibe claramente que está ocultando algo en su interior.
Hay muchas personas que hacen todo lo posible por no tocar un fondo de depresión que hay en ellas mismas. Por supuestos existen igualmente diversas formas de fugarse: el alcohol, las drogas, la televisión, la comida, el trabajo.....
Para la Medicina Antroposófica (antropos: ser humano, sofia: sabiduría o conocimiento). Iniciada e impulsada por Rudolf Steiner, no solo influye la anímico en lo físico (psicosomática) sino también lo físico en lo anímico o psíquico (somatopsíquico). Para Steiner las enfermedades del hígado son un factor causante de depresión, y para recuperarse de la depresión hay que desintoxicar y tratas el hígado. No nos olvidemos de la unidad cuerpo-mente.
Los antiguos griegos conocían con el nombre de melancolía a la depresión, y melancolía quiere decir bilis negra.
Para la Medicina Psicosomática, que estudia la influencia de lo psíquico o anímico en el cuerpo, una somatización o alteración física puede ser el primer síntoma que refleja una depresión larvada o no visible fácilmente. Con cierta frecuencia la persona mantiene una depresión no declarada o enmascarada, o está gestando poco a poco una depresión y puede entrar en ella cuando vive una crisis que descompensa su situación.
Hasta entonces la depresión estaba más o menos compensada por el trabajo, las amistades, el reconocimiento social...pero ante una crisis imprevista todos todos estos mecanismos compensadores fallan y dejan al descubierto la depresión hasta entonces encubierta.