EQUINOCCIO DE OTOÑO
El equinoccio (del latín aequs noctis, "noche igual"), es el momento del año en el que, a causa del movimiento de traslación de la Tierra, el Sol se sitúa en el plano del Ecuador celeste y sus rayos inciden perpendicularmente sobre el Ecuador de nuestro planeta.
En las fechas en las que se producen los equinoccios, el día tiene una duración exactamente igual a la de la noche en todo los lugares de la Tierra. Este reparto equilibrado de la luz solar es el origen del símbolo del Zodiaco que comienza con el equinoccio otoñal: Libra, la balanza.
Curiosa y casualmente, la balanza es el instrumento de San Miguel, el Arcángel cuya fiesta se celebra los últimos días de Septiembre, aquel ángel al que le fue encomendada la tarea de pesar las almas y disputarselas al diablo, enemigo de San Miguel que , según la tradición bíblica, lucho contra Lucifer. (etimologicamente "el portador de la luz")
Este año el equinoccio sucede el 23 de Septiembre a las 09:52 H (hora española) y señala la entrada del Otoño en el hemisferio Norte, y la de la primavera en el hemisferio Sur de la Tierra.
Los misterios de Eleusis y las puertas de Otoño.
Hades, el Dios de los muertos, enamorado de la joven Perséfone, la raptó y se la llevo en su cuadriga funebre sin dejar rastro. Deméter, diosa de las hierbas, las frutas y los cereales, y madre de Perséfone emprendió su desesperada búsqueda. El llanto de Deméter al no hallar a su hija, dio origen a las lluvias otoñales, y su profunda pena se convirtió en rabia helada, por lo que prohibió a sus árboles que dieran fruto e impidió que creciera la hierba, de modo que el ganado no podía alimentarse: ese fue el primer invierno.
Si aquello duraba mucho tiempo, la humanidad moriría, de modo que Zeus hizo un acuerdo entre la madre y el raptor para que Perséfone pasara siete meses en el Tártaro con su esposo y el resto del año sobre la Tierra con su madre. Una vez sellado el pacto, la diosa instauro el cultivo del cereal y la obligación de celebrar sus Misterios.
Los Misterios de Eleusis se celebraban durante la semana previa a la entrada del Sol en Libra, cuando el Sol comienza a declinar. Se basaban en el mito del grano que ha de morir dentro de la Tierra para dar vida a una nueva planta con la primavera. Un símbolo del ciclo anual de Perséfone desde la oscuridad del mundo subterráneo a la luz olímpica en el eterno ciclo de muerte y renacimiento.
Los iniciados juraban, bajo pena de muerte, no desvelar jamas los sucesos que tenían lugar en la sala reservada para la ceremonia. El mismo día del equinoccio, tomaban un poción sagrada (muy posiblemente a base de cornezuelo de centeno) que les conducía al éxtasis y participaban en un rito revelador.
Por lo que sabemos a raíz de las oscuras explicaciones metafóricas con las que los participantes se referían veladamente a ellos, allí se tenían visiones inefables y contradictorias, acongojantes pero también beatificas, experimentaban la unidad del principio y el final, de la vida y de la muerte, de la permanencia de la vida del ser dentro de la muerte.
Cicerón que también fue iniciado en los Misterios de Eleusis, afirmaba que a partir de ese momento su vida se había iluminado y escribió: No solo hemos encontrado ahí la razón para vivir más alegremente, sino que también podemos morir con mayor esperanza".
Fuente: Adela Ferrer
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