Según las tradiciones místicas de Oriente, todo lo que tú
crees que eres no es sino comida. Tu cuerpo es comida, tu mente es comida, tu
alma es comida. Más allá del alma hay ciertamente algo que no es comida. A ese
algo se lo conoce como anatta, sin
yo. Es vacío total. Buda lo llama shunya,
el vacío. Es puro espacio. No contiene nada excepto a sí mismo: es
conciencia sin contenido.
Mientras el contenido persiste, la comida persiste. Por
comida se entiende aquello que se ingiere del exterior. El cuerpo necesita
comida física; sin ella comienza a marchitarse. Así es como sobrevive; no
contiene sino comida física.
Tu mente contiene recuerdos, pensamientos, deseos, celos,
ansias de poder y mil y una cosas. Todo eso es también comida; es comida a un
nivel un poco más sutil. El pensamiento es comida. Por ello, cuando tienes
pensamientos nutritivos tu pecho se expande, cuando tienes pensamientos que te
dan energía te sientes bien. Alguien dice algo bueno acerca de ti, un cumplido,
y mira lo que te pasa: te alimenta.
Y si alguien dice algo malo acerca de ti, observa: es
como si algo te hubiera sido arrebatado, te sientes más débil que antes. La
mente se alimenta de una forma más sutil. La mente no es sino el aspecto
interno del cuerpo; por ello, lo que comes afecta a tu mente. Si comes
alimentos no vegetarianos, tendrás un tipo de mente particular; si comes
alimentos no vegetarianos, ciertamente tendrás un tipo de mente diferente.
Puedes experimentarlo por ti mismo. Come algo y observa;
come alguna otra cosa y observa. Escribe notas acerca de ello y te darás cuenta
y te sorprenderás al descubrir que cada cosa que digieres no es solo física,
sino que contiene una parte psicológica. Provoca que tu mente sea vulnerable a
ciertas ideas, a ciertos deseos.
Por ello, a lo largo de la historia, ha existido una
búsqueda de un tipo de comida que no reforzara la mente, sino que contribuyera
a su disolución definitiva; un tipo de comida que en lugar de reforzar la mente
reforzara la meditación, la no-mente. No se pueden dar reglas fijas y exactas,
pues cada persona es diferente y cada cual tiene que decidir por sí mismo.
Observa lo que induces en tu mente. La gente es
completamente inconsciente; lee de todo, pero no lee nada; no para de ver la
televisión, cualquier cosa tonta y estúpida. Escucha la radio, no para de
chismorrear, de parlotear, todo el tiempo vertiendo basura sobre tu cabeza.
Evita situaciones en las que cargas de basura innecesariamente. Ya tienes
demasiada ahora mismo; lo que necesitas es librarte de ella.
Habla menos, escucha solo lo que sea esencial, sé
telegráfico al hablar y al escuchar. Si hablas menos, si escuchas menos, poco a
poco verás que una limpieza, una
sensación de pureza, como si acabaras de tomar un baño, comenzara a surgir en
tu interior. Este es el suelo fértil para que la meditación florezca.
tal cual , asi es, La tristeza y los malos pensamientos , las broncas , enferman nuestro cuerpo,porque enferman nuestra alma .Y ella es todo para nosotros.Yo vivi muchas penas y angustias y estoy pagando por ello con mi salud.
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