CHARLES MANSON O EL POR
QUÉ DEL CULTO A LA MALDAD
Es un enigma y todo un
desafío para el mundo de la psicología. Entender el porqué del culto y la
oscura fascinación alrededor de la figura de Charles Manson es uno de los
grandes retos que la ciencia del comportamiento y la personalidad ha intentado
desentrañar desde siempre. Ahora, tras su muerte, quien fuera el líder fanático
de “La familia” ve su cuota de seguidores incrementada una vez más.
Es como decirnos algo
desconcertante. Sin embargo, la duda no es nueva y desde que se produjeron los
mediáticos juicios a principios de los 70 hubo algo que percibieron de
inmediato tanto los psicólogos, psiquiatras y periodistas que siguieron el
caso. Manson era capaz de orquestar una suerte de fascinación psicológica con
la que conseguía que sus pupilos mataran por él y por la que logró a su vez
tener todo un grupo de devotos seguidores alrededor de su figura.
“Mi padre es una
prisión, mi madre un sistema, soy lo que ustedes me hicieron. Los miro y me
digo: ustedes quieren matarme y yo ya estoy muerto. Toda mi vida estuve muerte”
Charles Manson
Sin ir más lejos, fue en
el 2014 cuando Charles Manson logró una licencia para casarse mientras cumplía
cadena perpetua. La novia era Afton Burton, una joven de 26 años con la que
llevaba carteándose desde que ella tenía 16. Aunque la boda nunca llego a
celebrarse, pudimos ver imágenes de ambos, incluyendo la trasformación de la
propia joven cuando optó por carecerse más a su ídolo al raparse la cabeza y
tatuarse la famosa cruz en la frente.
Este hecho, las
circunstancias de los propios asesinatos y todo el culto incomprensible y
desmesurado alrededor de Manson encuentran ahora una nueva chispa de energía
tras su muerte. El peso de su estela no deja de crecer, configurando a su vez
un rincón oscuro sobre el que los expertos se esfuerzan por arrojar luz.
A lo largo de la
historia de la criminalística es algo que viene repitiéndose: la maldad atrae,
el asesino seduce y lo que es aún más evidente, los grandes asesinos o
instigadores, como es el caso de Manson, siguen vendiendo e instigando guiones
para el mundo del cine y la televisión.
La personalidad de
Charles Manson
Algo en lo que coinciden
los criminalistas es en que a día de hoy siguen manteniéndose conceptos
erróneos alrededor de la figura de MAnson. Cuando pensamos en el ejemplo más
evidente de asesino en serie, a la mayoría nos viene a la mente su rostro de
forma inmediata. Sin embargo, en la historia del mundo criminal quienes
representan el ejemplo más claro de esta categoría son dos nombres mucho menos
mediáticos: Ted Bundy y el “Killer Clown” Johh Wayne Gacy
¿Fue realmente un
asesino en serie?
Charles Manson no fue un
asesino en serie, de hecho nunca encajo en dicha categoría. Desde un punto de
vista psicológico, el caso de “La familia” es sin duda uno de los más
llamativos por varias razones. Manson instigo, convenció y manipuló a sus
discípulos para que cometieran una serie de asesinatos arengados por un código
secreto muy concreto, “Helter Skelter”.
Esos términos no eran
más que el título de una canción cd los Beatles, un tema que hablaba de las
dificultades del amor, pero para él era algo más. Era la justificación para una
guerra racial apocalíptica, era su obsesión y su inspiración. Los crímenes se
sucedieron a lo largo de dos noches, es decir, no fue un impulso, no fue un
acto llevado por un delirio momentáneo.
Hubo planificación y lo
que es más llamativo para los expertos. Manson logró que sus discípulos
repitieran una vez más nuevos asesinatos. No les dejó reflexionar sobre el acto
cometido, su poer de persuasión y manipulación era absoluto y perfecto. Logró
mantener en ellos una frialdad emocional absoluta.
Más tarde, y una vez en
prisión, los intentos por comprender las tesituras psicológicas que conformaban
la personalidad de Manson fueron casi constantes. Cabe decir que nunca hubo un
diagnóstico claro y objetivo sobre los tipos de trastornos que sufría. Sin
embargo, algo en lo que coincidieron muchos analistas es que en él había dos
dimensiones muy claras: frustración y conflicto.
Una infancia de
maltratos, de carencias y unos servicios sociales que lo descuidaron por
completo lo abocaron de forma temprana a intentar sobrevivir a través del
delito. El desafío continuo y el desprecio a la autoridad eran algo constante
en su vida. Más tarde llegó su megalomanía, la formación de una personalidad
psicopática y el Síndrome de Kakon o de la Gran Angustia.
Sin embargo, hubo algo
los psiquiatras percibieron en Charles Manson: su gran habilidad para controlar
emocionalmente a las personas. Un recurso por el cual alimentar su ego,
constituir un grupo de referencia (familia) en la que vincularse y enfrentarse
a su vez a una sociedad a la que detestaba.
El porqué de la
atracción y culto a Charles Manson
Sheila Isenberg fue una
de las primeras psiquiatras en encontrar motivos que podrían justificar esa
fascinación alrededor de una figura tan oscura como fue Charles Manson; alguien
que, por otro lado y como curiosidad, solía llamarse a sí mismo “el profeta de
Satán”. La doctora Isenber propuso
varias teorías psicológicas en su libro “Mujeres que aman a los hombres que
matan”
Sheila Isenberg fue una
de las primeras psiquiatras en encontrar motivos que podrían justificar esa
fascinación alrededor de una figura tan oscura como lo fue Charles
Manson; alguien que, por otro lado y como curiosidad, solía llamarse a sí
mismo “el profeta de Satán”. La doctora Isenber propuso varias teorías
psicológicas en su libro “Mujeres que aman a los hombres que matan”.
Serían las siguientes.
Personas con baja
autoestima.
Una primera explicación
hace referencia al “síndrome de hiper-empatia”. Se da en mujeres con un nivel
muy bajo de autoestima que suelen conectar con figuras de relevancia, personas
de notoriedad que les ofrecen un sentido de valía. En este caso, vincularse a
un asesino conocido y que ha creado impacto en la sociedad es un modo de nutrir
sus vacíos y de sentirse más seguras, además de importantes.
Asimismo, su exceso de
empatía les permite conectarse más profundamente con la persona, llegando
incluso a justificar los actos malvados del asesino.
El efecto “Homicidol”
El efecto “Homicidol” se
conforma por dos términos “homicidas+ídolos”. Es algo que sin lugar a dudas representa muy bien la
figura de Charles Manson así como Jack
el Destripador, Hannibal Lecter, etc. En ocasiones, hay quien experimenta una
atracción/admiración por personas (reales o ficticias) que son conocidas por
llevar a cabo actos de gran violencia. Lejos de rechazar sus actos los
convierten en ídolos y en figuras a las que reverenciar.
Este fenómeno, según señalan
los psiquiatras Micael Dahlén y Magnus Söderlund, suele darse a menudo en
mujeres de éxito, bien formadas académicamente y con buen estatus social. No
obstante, cabe decir que es algo sin duda bastante común en nuestra sociedad.
No tenemos más que recordar como inspiro la figura de Charles Manson a grupos
musicales como Guns n Roses o a Marilyn Manson.
La “hybristophilia”
La “hybristophilia” es
un término de la psicología forense que define a aquellas personas que se
sienten atraídas, tanto psíquica como
eróticamente, por individuos “peligrosos”. Lejos de ser una conducta normal,
este deseo y este tipo de atracción, poco común y sobre todo nada razonable,
entraría sin duda dentro de la categoría de las parafilias.
Para concluir, si de
algo estamos seguros es la figura de Charles Manson pervivirá durante bastante
tiempo inscrita en la esfera de lo social, lo criminalistico y lo cultural. De
hecho a día de hoy el nombre de “Charles Manson” sigue generando ingresos y
sus herederos esperan que su recuerdo
siga presente para poder monetizar. En este sentido parece que no lo tendrán difícil:
hace poco Tarantino ya habló sobre una película y se esperan a su vez nuevos
libros.
El culto a la maldad o a
la curiosidad por lo más oscuro del ser humano sigue y seguirá atrayéndonos de
forma indefinida……
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