Estos movimientos energéticos producen cambios de actividad dentro de nuestros cuerpos; cambios en el perfil químico del cuerpo, cambios en los órganos, en el grado de contracciones musculares y cambios en nuestros circuitos neuronales. Podemos decir que: el cambio connota movimiento, y el movimiento connota energía. No existe una manera “científica” para delinear la energía emocional, pero se sabe que está estrechamente relacionada con la salud y la curación.
Si pensamos que los sentimientos son como el agua y, que recorren todo nuestro cuerpo en un movimiento continuo, nos daremos cuenta de que en unas personas los sentimientos son más rápidos y directos, mientras que en otras son más lentos y menos directos. Sin embargo cada uno de nosotros es psicosomático y nuestro cuerpo y nuestra mente son uno sólo. Y mientras que algunos sentimientos suelen registrarse en nuestra conciencia, otros - el tipo más intensivo o amenazante - pueden ser dejados de lado, reprimidos o negados. Debido a que estamos limitados dentro de nuestro cuerpo, somos capaces de tener distintas mentes y personalidades.
Ernest Hartmann M.D. de la Universidad de Tufts, definió de forma muy útil las diferencias de personalidad, lo que ayuda a comprender por qué unas personas desarrollan enfermedades crónicas siendo claramente diferentes a otras. Creo un tratado de “limites” que evalúa como una persona se ve a sí misma y la manera en que se encarga de la energía de sus sentimientos. Hasta qué punto se “dejan entrar” o “se mantienen fuera” y como son procesados internamente dichos sentimientos.
Según Hartmann, cada uno de nosotros puede ser caracterizado por un espectro de límites desde "gruesos" hasta "delgados".
En sus palabras:
Hay personas muy sólidas y bien organizadas, parecen rígidas, incluso armadas, y están bien defendidas, a veces cuando se habla de ellas decimos que son de “piel gruesa”. En mi opinión estas personas tienen límites muy “gruesos”.
En el otro extremo están las personas que son especialmente sensibles, abiertas o vulnerables. En sus mentes, las cosas son relativamente fluidas, teniendo sus límites particularmente delgados.
Limites delgados:
Las personas de contorno más delgado son muy sensibles en una variedad de formas y desde una temprana edad:
- Ellas reaccionan más fuertemente que otros a los estímulos sensoriales y pueden llegar a excitarse debido a luces brillantes, sonidos fuertes, olores, gustos particulares o texturas.
- Responden con más fuerza al dolor físico y emocional en sí mismos o en los demás.
- Pueden sentirse estresadas o fatigadas debido a una sobrecarga de información sensorial o emocional.
- Son más alérgicas y sus sistemas inmunológicos son más reactivos.
- Estaban más afectadas- o recuerdan haber sido más profundamente afectadas- por los acontecimientos en su infancia.
Por otra parte las personas con límites más gruesos, son descritas como estoicas, rígidas, e implacables.
- Ellas tienden a dejar de lado el malestar emocional en favor de simplemente “manejar” la situación y mantener una actitud calmada. En la práctica, suprimen o niegan los sentimientos fuertes.
- Podrían experimentar una sensación permanente de hastío, de vacío y desapego.
- Los estudios muestran, sin embargo, que las personas con límites gruesos en realidad no es que sientan menos. Los indicadores corporales (por ejemplo, la frecuencia cardíaca, la presión arterial, el flujo sanguíneo, la temperatura de la mano, y la tensión muscular) traicionan su considerable agitación pese a las afirmaciones superficiales de ser imperturbables.
Las diferencias entre estos dos grupos de personas se manifestarán en los diferentes tipos de enfermedades crónicas.
Estas son las 12 enfermedades crónicas más comunes que indican un desarreglo en el sistema emocional:
1. Asma
2. Alergias.
3. Fatiga crónica.
4 Depresión.
5. Fibromialgia.
6. Hipertensión.
7. Síndrome de intestino irritable.
8. Migrañas.
9. Estrés postraumático.
10. Psoriasis.
11 Artritis reumatoide.
12. Úlceras.
Extendiendo esta conexión entre la mente y el cuerpo, se evalúan 7 terapias curativas alternativas,
1. acupuntura
2. hipnosis
3. biofeedback bio-retroalimentación
4. meditación
5. yoga
6. imaginación guiada
7. técnicas de relajación.
Para tener más claro a qué tipo de personalidad pertenecemos podemos realizar este test.
Test emocional
Califica cada una de las respuestas de 0 a 4 (0 indica “nada cierto para mi) 4 (muy cierto). Se trata de hacer el cuestionario lo más rápido posible.
- 1-Mis sentimientos de mezclan entre sí.
- 2-Recuerdo mucho los sentimientos de mi infancia.
- 3-Me hieren fácilmente.
- 4-Me paso mucho tiempo soñando despierto, fantaseando o con ensoñaciones.
- 5-No me gusta que las historias tengan un comienzo y un fin definido.
- 6-Yo no valoraría una organización en la que todas las líneas de responsabilidad no estén claramente establecidas.
- 7-“Hay un lugar para todo, y todo debe estar en su lugar”.
- 8-A veces de miedo estar demasiado involucrado con otra persona.
- 9-Un buen padre tiene en ocasiones que ser también un niño.
- 10-Me puedo imaginar a mí mismo con reacciones como las de un animal, o lo que podría ser un animal.
- 11-Cuando algo le sucede a un amigo íntimo, es casi como si me sucediera a mí.
- 12-Cuando trabajo en un proyecto, no me gusta atarme a un esquema definido. Prefiero dejar que mi mente divague.
- 13-En mis sueños, las personas se funden el uno al otro, o se convierten en otras personas.
- 14-Creo que estoy influenciado por fuerzas que nadie puede entender.
- 15-No hay líneas divisorias claras entre las personas normales, personas con problemas y las personas diagnosticadas como psicóticas o locas.
- 16-Estoy lejos de ser una persona sin ningún tipo de tonterías y con los pies en la tierra.
- 17-Yo creo que me gustaría ser una especie de artista creador.
- 18-He tenido la experiencia de oír que alguien me llamaba, o que me hablaba pronunciando mi nombre, sin estar seguro de que realmente estaba pasando o que yo lo estaba imaginando.
Las puntuaciones por debajo de los 30 reflejan a una persona con límites gruesos. Las puntuaciones por encima de los 42 reflejan a las personas con límites delgados.
Percepción de propios y ajenos.
Como es de esperar, la gente tiende a considerar su propio limite como el mejor, el más correcto, menospreciando cualidades asociadas con el tipo de “otros”. Los límites “finos” por ejemplo, se ven como emocionantes, creativos, innovadores, y consideran a los límites gruesos como aburridos, rígidos y poco imaginativos. Por otro lado los de límites gruesos se ven a sí mismos como sólidos, confiables y perseverantes, mientras que consideran a los “otros” como inusuales, lejanos y poco fiables.
Lo único que podemos decir al respecto es: Viva la diferencia.
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