VIRGO: 23 DE AGOSTO AL 22 DE SEPTIEMBRE
Procediendo de Leo con la percepción de la naturaleza luminosa y oscura, Virgo desea destilarla, eliminando todas las impurezas, domar a la bestia de Leo. La vida ya no va de ella sino de lo que es capaz de dar. Después de todo, es la estación de la cosecha. Los cultivos que han dado su fruto con Leo, ahora, al final del verano, están listos para la cosecha. Listos para que el grano se convierta en pan y la uva en vino. Pero antes Virgo debe separar el trigo de la paja, porque está aquí para servir a la fecundidad de la tierra en su forma más pura.
Una de las raíces latinas de abdomen es abdere, que significa "esconder", y en realidad hay mucho escondido dentro del abdomen. El abdomen es la zona del cuerpo que se extiende desde el diafragma a la pelvis. Está cubierto por el musculo recto abdominal, que es el más exterior y, por el transverso abdominal que es el músculo interior, cuya finalidad o función es comprimir el contenido del abdomen. Este músculo realiza el increíble trabajo de estabilizar los órganos internos.
Desde el punto de vista astrológico, la zona central del cuerpo contiene la energía Virgo. Este término lo aplicamos a los músculos de la parte inferior de la espalda, del abdomen y de la pelvis, interconectados anatómica y funcionalmente. Estos músculos estabilizan sinérgicamente la columna; entre ellos están el diafragma, el diafragma pelviano, los músculos de las paredes abdominales y los profundos de la espalda. Juntos mantienen el tronco en postura protectora ante fuerzas desestabilizadoras, por ejemplo el movimiento de un tren en marcha. un marcaje en fútbol o los giros y movimientos de piernas y brazos en una clase de baile.
Estos músculos se distinguen de otros estabilizadores en que están situados rodeando, o circundando, el centro de masa (o centro de gravedad) como un corsé. El centro de masa es importante porque el resto del cuerpo se comporta como si toda su masa estuviera concentrada ahí. El centro de masa o de gravedad es, por lo tanto, el punto alrededor del cual se puede equilibrar todo el cuerpo.
Encontrar el centro no es tarea fácil en clase de yoga, y no digamos en el resto de la vida, en que abundan las fuerzas desestabilizadoras, Ya sea que estas fuerzas provengan del trabajo, de presión familiar o simplemente de pensar en lo que es necesario hacer, es fácil que nos sintamos como si hubiéramos perdido el centro y nos empujaran en muchos sentidos al mismo tiempo.
Lo bueno es que, en realidad, el centro no se pierde nunca: aunque creamos que no lo encontramos, siempre está ahí, porque es nuestro centro, nuestro núcleo, nuestra autoridad interior, nuestro instinto visceral, por así decirlo. Ese lugar que sabe exactamente quiénes somos y porque estamos aquí.
En el plano físico, cuando nuestros movimientos parten de este centro, los brazos y piernas funcionan de la mejor manera, es decir, para servir con mas eficacia a nuestro propósito o finalidad. Y nuestra Virgo interior funciona muy, muy eficientemente. En sentido metafórico, cuando sintonizamos con nuestro centro conectamos con un combustible profundo que es como un fuego ardiendo en el vientre. Es una percepción profunda de nuestra identidad, valía y poder que supera la capacidad de la mente, un grado de análisis y exactitud respecto al yo que forma parte de este signo zodiacal.
Servir es ayudar, asistir o atender, hacer un acto de ayuda. Y hay que decidir cómo, pues no hay especificaciones ni limitaciones en lo que constituye el servicio que damos. Mientras podamos concebir y dar un servicio, este existe, desde una sonrisa a un bocadillo, un sermón. Su magia está en el cómo, y esto es lo que diferencia un servicio de, digamos, una transacción. El cómo es la manera de sonreír y cómo se da el bocadillo, la intención, la integridad, la sinceridad y el corazón con que se hace. El servicio aparece muchas veces como tema en el ciclo del zodiaco, y en la fase de Virgo el servicio no es servicio sin estos componentes.
El arquetipo de la doncella virgen se ha anunciado a lo largo del tiempo y el espacio: Shala era su encarnación sumeria, Isis en el antiguo Egipto, Deméter en la antigua Gracia, las vírgenes vestales en Roma y la Virgen María en la Edad Media. Más recientemente, la madre Teresa de Calcuta, cuyo signo de nacimiento era Virgo, que al hacer sus votos en la Congregación de Misioneras de la Caridad, se consagro a servir de todo corazón a los más pobres.
Según el filósofo griego Platón, el mundo está hecho de ideas o formas, o cualidades, que son puras y autónomas. La búsqueda de la pureza es un camino y una práctica, no un destino. Pero cuidado con la naturaleza Virgo cuando nos hace desear la pureza como un fin último. si bien nuestra naturaleza Virgo es fuerte, usarla para definir perfectamente la perfección es una de sus peligros.
La pureza es un ideal al que aspiramos en la alimentación, el trabajo, el estado mental y todo lo que hacemos. Cuando se trabaja esto con la energía de Virgo correcta, aspirar puede ser un proceso de mejorar, perfeccionar y purificarse que nos acerca al auténtico yo, que es la fuente última de la sintonización exterior-interior, satisfacción y plenitud. Y si nuestra naturaleza Virgo puede dirigir ese grado de coherencia personal para ....bueno, no hay finalidad superior a ésa.
Virgo favorece enérgicamente el concepto de hacer a partir de ser, de forma que lo que somos inspire lo que hacemos. Por este motivo la doncella virgen de la constelación normalmente se representa llevando dos espigas de trigo. Estas espigas representan quién es (una diosa de la tierra) y lo que hace (servir a la generosidad de la tierra). Con este símbolo la Virgen toma nuestra idea moderna de la división entre lo personal y lo profesional, disuelve la barrera invisible que los separa y los une.
Cuando ocurre esta unión, hemos encontrado nuestra finalidad. Esta finalidad es nuestra razón para existir, es el don único que hemos venido a servir. algunos la llaman vocación. Algunos la tienen de nacimiento, otros la desarrollan, y otros se pasan la vida buscándola, y algunos incluso creen que ni siquiera se pueden dar el lujo de buscarla. Pero Virgo está aquí para animarnos a servir a nuestra finalidad superior, sea la que sea.
Encontrar la propia finalidad, y no digamos vivirla, es un trabajo constante, un proceso; un camino en que las cosas que sirven hoy podrían no servir mañana. Cuando la finalidad de algo o de alguien ya no sirve a la tuya, es el momento de agradecer el servicio y pasar a otra cosa. De esta manera Virgo va eliminando siempre las impurezas de nuestra vida, interior y exterior de modo que nuestra visión pueda cobrar vida en su forma más pura. Siempre asimila un pensamiento o abandona un hábito, así como su vientre asimila lo que es necesario para el cuerpo y deja marchar lo que no lo es. Es una limpieza perpetua de las viejas formas que ya no bastan.
Si no hace caso de este instinto visceral, corre el riesgo de vivir una vida insatisfactoria; usa sus percepciones superficiales para enmarcar lo que es y lo que se le permite en la vida; y entonces nada va a ser completo o lo bastante bueno; nada va a satisfacer sus exigentes expectativas porque no logrará satisfacer las propias (las que proceden de de su centro).
Cuando ocurre esto, la crítica interior de Virgo la introduce en un verdadero torbellino de juicios acerca de sí misma y de los demás. Este torbellino podría entonces llevarla a intentos periódicos de aumentar el control, normalmente de hábitos de salud y rutinas diarias, en un esfuerzo constante de conseguir el resultado deseado. Pero si su finalidad está mal concebida desde el comienzo, también lo serán sus intentos. Entonces la dedicación se convierte en obsesión.
El abdomen es la zona relacionada con Virgo. Su contenido, las vísceras, nos hacen un servicio nutricional así como músculos que lo rodean nos hacen un servicio estabilizador. Virgo es el sexto signo del ciclo zodiacal. A su energía le incumbe servir a una finalidad, de forma que todos, personas, lugares y cosas, sirvan a la de ellos. Si tu naturaleza Virgo se vuelve muy compulsiva o, a la inversa, muy permisiva, podrías experimentar diferentes síntomas en el abdomen, por ejemplo, mala digestión o debilidad abdominal.