Se habla mucho acerca de las relaciones tóxicas en el
ámbito de pareja, y con razón: durante décadas se han estado reproduciendo una
serie de expectativas, ideas preconcebidas y roles que volvían muy difícil
experimentar el amor de pareja de manera libre y sana desde un punto de vista
psicológico.
Sin embargo, no hay que pasar por alto que también hay
otras formas de relaciones basadas en un vínculo afectivo que se pueden torcer
con relativa facilidad y “atraparnos” en ellas. Es lo que ocurre a veces con
ciertas amistades que se vuelven perjudiciales sin que en un principio nos
demos cuenta de ello.
¿Cómo
reconocer una amistad tóxica?
Es muy difícil salir de una relación de amistad tóxica si
no sabemos reconocerla como tal y detectar las dinámicas de comportamiento que
nos mantienen anclados a ella. Lo cual no es sencillo.
De hecho, uno de los aspectos más problemáticos de las
amistades tóxicas es que pueden adoptar
formas muy diversas, en parte porque el concepto de amistad no está sujeto
a tantos estereotipos y expectativas como las relaciones de pareja, y en cierto
sentido eso hace que las personas involucradas vayan con “la guarda baja” sin
cuestionarse lo que va a ocurrir en estas interacciones, al no tener tantos referentes
con lo que comparar.
Así pues, algunas ideas
clave que te pueden ayudar a identificar una relación de amistad tóxica son
las que verás aquí, y que se cumplen
frecuentemente en esta clase de vínculo disfuncionales:
1. Te mantienes en esa amistad más por la angustia que te
genera terminar con ella que por la felicidad que te aporta.
2. Notas que la otra persona toma todas las decisiones por ti.
3. Hay burlas y ofensas con relativa frecuencia, a veces usando como
coartada “el humor”.
4. Te sientes utilizado/a porque la amistad es una manera instrumental de
lograr algo o de acceder a alguien.
5. Te amenazan constantemente con terminar con esa amistad por cosas que no
son tu culpa.
6. Se pone en cuestión tu cordura o tu criterio para analizar la realidad.
¿Cómo salir
de una amistad tóxica?
A la hora de desprenderte de estas amistades dañinas que no te aportan nada
ten en cuenta estas pautas:
1. analiza
qué es lo que te ha mantenido en ella
Si llevas un tiempo estando involucrado/a en esa amistad a pesar de que te
aporta sufrimiento, merece la pena que
te preguntes por qué. De esa manera, lo recomendable es que hagas un breve
listado de los elementos que te han estado reteniendo, como por ejemplo: el
sentimiento de culpa, el miedo a hacer el ridículo al expresar que quiero
cortar el contacto, las dudas sobre el “qué dirá” mi familia etc.
Una vez anotados ordénalos según la intensidad con la que te afectan,
selecciona los dos o tres primeros y proponte un plazo para preparar una
solución total o parcial para “neutralizar” en parte su afecto. Esto hará que
ganes confianza en ti mismo/a y que des el paso.
2.
Ten en cuenta si alguien más del círculo de amistad te limita
Es posible que esa amistad tóxica te haya estado
afectando no por la influencia de una sola persona, sino por el efecto conjunto de varias personas de
ese círculo de amistad que hacen que te sientas vulnerable. Si es así,
piensa en cuál es tú principal nexo de unión con ese grupo, si esa persona es con la
que mantienes la principal amistad tóxica, centra tus esfuerzos en terminar ese vínculo con ella, sin pretender abordar todo el grupo a la vez.
3.
Prepara brevemente lo que dirás
No debes escribir un discurso muy largo que memorizar,
todo lo contrario; si lo haces, te sentirás muy vulnerable. En vez de eso,
piensa en uno o máximo dos motivos por los que comunicarás que terminas con esa
relación, que puedan ser expresados con sencillez y brevedad.
4.
Si sientes ansiedad, práctica la visualización
Piensa en el momento y lugar en el que comunicarás que
estás oficialmente fuera de esa relación de amistad, cierra los ojos e imagina esa experiencia de manera vivida. Esto te
ayudará a perderle el miedo.
5.
Ponte una fecha límite
Es importante que pases a la acción y hagas explícita tu
intención de no seguir invirtiendo tu tiempo y esfuerzos en esa amistad
disfuncional, para evitar malentendidos y no exponerte a situaciones en las que
cedas y decidas seguir haciendo como que no pasa nada. Si notas que tu integridad
o dignidad está en riesgo, valora comunicarlo de manera online o telemática, teniendo en cuenta que la otra persona
puede no merecer una conversación cara a cara. Tu salud física y mental es
lo primero.
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