El corazón son los sentimientos. La puerta a “sentir” es
la decisión humana.
La decisión es la base y el eje de la rueda; es el
círculo y la elipse; es el punto y la línea. Cada modelo de decisión de como
resultado un tipo de ser humano.
El confiado, el exigente, el libertador, el optimista, el
desapegado, el altruista, etc. Son “modelos de decisión”. Estos modelos son la
base de la experiencia del Alma. Cuando el Alma trata de disponer o
“desarrollar” una experiencia, lo hace bajo uno o varios de estos modelos. Normalmente no más de tres, para así
concretar las vivencias y dirigir o enfocar sus experiencias.
La puerta hacía el corazón es la oportunidad de vivir
todo ello “asociado al” mundo de los sentimientos; no es una tarea fácil porque
es un mundo “conectivo” y mucho más real que el propio mundo mental creado.
Sentir es más verdadero, pero muchos lo consideráis
peligroso; y por eso rechazáis “conectaros” entre vosotros. A la par que elegís una vida espiritual
(conexión vertical) asumís erróneamente que podéis vivir desconectados (horizontalmente) con vuestros
iguales.
La conexión del sentimiento es “esférica”, no lineal. No
puede dirigirse “sólo” donde uno quiere (hacia entes espirituales) y olvidarse
de los humanos más cercanos. Uno se conecta “con todo”, no sólo con lo que
elige La puerta del corazón se abre para “sentir”. No se puede vivir aislado
cuando uno abre su corazón
Cuando se atraviesa esa puerta. La mente reaparece como
un mero instrumento, un utensilio de la consciencia; deja de dominar y se vive
en otra realidad. Se usa de la razón y del intelecto como partes de la mente,
pero la voluntad elige vivir asociándose al sentimiento y siendo consecuente
con la información real que llega cruzando esa puerta, ya que se descubre que
es de doble dirección.
Uno queda abierto y expuesto bajo modelos de sensibilidad
nunca hasta entonces soñados.
El universo de lo real aparece con fuerza.
Fuente: Conversaciones con el doble cuántico. Joshua. S. Santos
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