A veces no sabemos por qué nos sentimos cansados o por qué nos sentimos capaces de cualquier cosa. La clave está en las mitocondrías. ¡Cuídalas y rebosarás de energía!
Tu capacidad para moverte y para pensar, todo lo que haces requiere un aporte de energía. esta energía se produce en las mitocondrías, unas organelas ubicadas en el interior de cada célula, que actúan como verdaderas centrales eléctricas capaces de fabricarla para que el cuerpo y la mente funcionen correctamente y sin problemas.
ADN mitocondríal. Las miticondrías son un milagro de la evolución, de la vida. Hace millones de años, cuando el oxigeno comenzó a aumentar en la atmósfera, se produjo una simbiosis entre una célula que no podía metabolizarlo y una bacteria que si lo hacia. Esta bacteria es el origen de las miticondrías, que se reproducen por su cuenta dentro de cada célula y tienen su propio ADN nuclear (sus 37 genes, por cierto, se heredan esencialmente de la madre).
Esenciales para tu vitalidad. En el funcionamiento del cuerpo las mitocondrías desempeñan un papel crucial, pues son las encargadas de transformar los nutrientes de los alimentos en energía en forma de ATP (Trifosfato de adenosina), molécula que se conoce como "la moneda energética" del organismo.
Proceso de combustión. Para esta transformación es imprescindible la participación del oxigeno y son las mitocondrías las que tienen la capacidad de utilizarlo para quemar literalmente los nutrientes de forma controlada. Gracias a este proceso tenemos energía para abastecer las necesidades de todos los órganos, realizar todas las actividades que nos proponemos y sentirnos bien.
Mantener la salud. Por eso disponer de una buena cantidad de mitocondrías funcionalmente competentes es indispensable para gozar de salud física y mental. Los estudios realizados en los últimos años nos revelan que unas mitocondrías sanas contribuyen a la prevención del cáncer y las enfermedades neurodegenerativas, y retrasan el envejecimiento.
Controlan el metabolismo. Sabemos que una de las diferencias más importante entre una célula normal y una célula tumoral es la forma en que respira, es decir, la manera en que genera energía. Lo descubrió Otto Warburg en 1920, cuando demostró que el daño en las mitocondrías se relacionaba con la aparición de Cáncer. Hoy sabemos que las mitocondrías no solo producen energía en condiciones normales, sino que, además, indican a las células cuando reproducirse y cuando morir.
Enemigos de las mitocondrías.
Evita que fallen. Nos interesa mantener unas mitocondrías sanas. Para ello debemos evitar ciertos factores que pueden inducir el fallo mitocondríal, entre los que se cuentan virus, bacterias, tóxicos como el alcohol, el tabaco, los fármacos innecesarios, radiaciones y otros contaminantes ambientales, mutaciones genéticas y estrés crónico. Todos estos agentes producen alteraciones en las mitocondrías que propician procesos tumorales, enfermedad cardiovascular, síndrome metabólico, disfunciones del sistema inmunitario, alteraciones de la salud mental, fatiga, autismo o depresión.
Frenar su oxidación. La producción de energía en la mitocondría conlleva la generación inevitable de radicales libres que pueden dañar el propio ADN de la mitocondría o el ADN de la célula. Pero podemos proteger las mitocondrías con un estilo de vida adecuado y una alimentación que proporcione todos los nutrientes que necesita para contrarrestar los efectos negativos de los radicales libres. De esta manera mantendremos niveles elevados de energía, bienestar y salud.
¿En el origen de la fatiga crónica?
Los traumas físicos o psíquicos y el estrés pueden provocar que el organismos entre en modo de "ahorro energético", lo que afecta al funcionamiento de las mitocondrías y se aprecia en síntomas como el cansancio.
A nivel celular, los científicos están investigando la relación entre el funcionamiento de las mitocondrías, encargadas de producir energía en cada célula de nuestro cuerpo y nuestra sensación de cansancio o de vitalidad.
Los estudios del doctor Robert Naviaux de la Universidad de California en San Diego, indican que trastornos como el sintoma de fatiga crónica y la esclerosis múltiple pueden ser desencadenados por infecciones o traumas físicos o psíquicos que actúan como estresores sobre las mitocondrías.
En una situación de estrés, las mitocondrías "deciden ahorrar energía" para favorecer la supervivencia, entrando en un estado similar al letargo o a la hibernación.
La forma de evitar este "letargo mitocondrial" es no mantener la producción excesiva y sostenida de adrenalina, cortisol y otras hormonas relacionadas con el estrés y que puedan perjudicar el funcionamiento de las mitocondrías y, por otra parte, proporcionarles los nutrientes, la actividad y el descanso que necesitan.
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