La persistencia es una cualidad que va más allá de la
intención. Así, cuando uno decide no darse por vencido, aúna fortalezas
psicológicas, la motivación y la autoconfianza que le dota de un cerebro
preparado para afrontar la adversidad.
Hay personas que no se dan por vencidas. No importa la
circunstancia, el problema o el reto que tengan por delante. En cierto modo,
esta competencia psicológica es la que traduce el talento en éxito, la que nos
dota de perseverancia para alcanzar logros y la que además logra que nuestros
cerebros sean más resistentes para prevenir la ansiedad o la depresión.
Decía Mark Twain que una persona con ideas nuevas suena a
broma hasta que su persistencia nos convence de lo contrario. De algún modo,
ese enfoque mental y motivacional actúa como la chispa que prende los sueños y
que dota de combustible a cualquier proyecto. Así, en un mundo tan lleno de
obstáculos donde siempre resulta complicado mantener a flote nuestras metas
personales, no darnos por vencidos debería ser nuestra motivación diaria.
Ahora bien, más allá del factor motivacional y de nuestra
capacidad de logro, hay otro elemento interesante. Los neurocientíficos
llevan años intentando comprender qué diferencia a las personas persistentes de
las que no lo son. Podríamos dar explicaciones educacionales, sociales o cómo
no, hablar de distintos tipos de personalidad. Sin embargo, y aquí llega el
elemento más interesante, estudios muy recientes nos revelan que hay una
explicación biológica.
Personas que no se dan por vencidas, ¿qué las hace tan especiales?
Muchas de esas personas que admiramos a día de hoy (ya
sean figuras famosas o esas que tenemos más cerca) son un evocador ejemplo de
paciencia y perseverancia. Hay quien ha lidiado con la adversidad en cada una
de sus formas con gran entereza, humildad e incluso con radiante positivismo,
siendo capaz incluso de inspirar a otros.
Asimismo, hay quienes han sido capaces de llevar a
la cumbre proyectos en los que nadie confió en un principio. Esa fuerza
interior para confiar en uno, para no venirse abajo cuando alrededor solo hay
alambradas, puertas cerradas y palmadas en la espalda seguidas de amables
negativas es sin duda motivo de admiración.
Esa persistencia tan peculiar que habita en las personas
que no se dan por vencidas, ha interesado desde hace décadas al campo de la psicología.
Hay interesantes estudios datados en los años 30 que intentan asentar una
primera definición sobre los rasgos que definen a este tipo de personalidad.
Asimismo, tampoco han faltado los enfoques que la entienden más bien como una
sutil combinación de inteligencia, motivación y creatividad.
Sin embargo, en un estudio en julio de este mismo año en
la revista Cell nos habla de algo más concreto. Después de analizar a diversos
inventores, astronautas, escritores de éxito,
Premios Nobel y personas anónimas que han superado grandes dificultades,
se llegó a una interesante conclusión. Es la siguiente.
Aspectos biológicos: el sistema neuromodulador de las
personas que no se dan por vencidas.
Este estudio llevado a
cabo por la Facultad de Medicina de la Universidad de Washington y liderado por
el doctor Michael Bruchas señala que las personas resistentes disponen de un
sistema neuromodulador desconocido hasta el momento. Dicho sistema funciona a
base de un neuropéptido muy concreto: la nociceptina y sus respectivos
receptores.
Este neuropéptido está
ampliamente distribuido en todo el cerebro, así como en esas regiones asociadas
a nuestro comportamiento. No obstante, no se sabe bien qué lo activa y cómo
actúa.
Por otro lado, algo que
han descubierto a raíz de este estudio de más de cuatro años de duración es que
dichos moduladores actúan también sobre el sistema de dopamina y serotonina. Su
efecto implica, entre otros fenómenos, que se reduzca la sensación de
sufrimiento o incluso el dolor, tanto el físico como el emocional.
Este descubrimiento abre
sin duda un gran número de posibilidades. La más importante según los autores
de esta investigación, sería crear nuevos tratamientos para realidades como la
depresión.
Aspectos psicológicos: una personalidad que se hereda e
inspira.
La facultad de Medicina
de la Universidad de Washington realizó un estudio muy interesante. Según este
trabajo, la persistencia, ese elemento tan destacable de las personas que no se
dan por vencidas, es una dimensión que suele heredarse de padres a hijos.
En cierto modo, esto vendría
explicado por las bases biológicas antes citadas, sin embargo, hay elementos
más importantes. En ocasiones, ser educados o vivir cerca de esas personas
acostumbradas a luchar por lo que quieren, nos inspira, nos guía y nos enseña a
actuar casi del mismo modo.
Como decía Benjamín Franklin, hay dos elementos que nos
acercan a lograr aquello que nos propongamos: la energía y la persistencia
Valeria Sabater