Debemos tomar conciencia, ser honestos con nosotros mismos, expresar lo que somos, amar a los demás tal como son, tanto si ellos nos aman como si no. Es el amor que damos más que el que recibimos, el que nos hace felices. Una vez que somos conscientes, descubrimos que nos resistimos excesivamente al cambio porque hemos llegado a un acuerdo con el sueño del planeta y con nosotros mismos durante toda nuestra vida.
La resolución al dejar un hábito está en la voluntad personal. Para dejar de hacer algo , hay que poner la misma voluntad de poder que pusimos al adoptar el acuerdo de hacerlo en su día. Los cuatro acuerdos que nos propone D.Miguel Ruiz romperán gran parte de los acuerdos que nos tienen atados y no nos dejan ser libres, pero hay que tener presente que no funcionan si no se practican.
Primer Acuerdo: Se impecable con tus palabras.
Este acuerdo tiene un significado profundo y puede sacarte del infierno por sí solo. La palabra es la expresión más fuerte del espíritu. Es la herramienta más poderosa que tenemos como seres humanos. La palabra es divina. Es pura magia. Es puro poder. Di solo lo que quieras decir.
Los auténticos magos manipulan la palabra del mejor modo y sienten el mayor respeto por ella. Sin embargo, conviene recordar que cada uno de nosotros es un mago. Usamos la palabra para herir a los demás, para culpar, para hacer chantaje y para chismorrear sin parar. Con solo dar nuestra opinión podemos elevar a una persona o hundirla durante años.
Todo lo que hacemos se basa en acuerdos. Un acuerdo tiene fuerza vinculante y atrae energía hacia sí, que se añade a su fortaleza y corrección aparente. La mayoría de los acuerdos son limitaciones de nosotros mismos. Hacer un inventario de nuestros hábitos nos ayudara a tomar conciencia sobre como reaccionar en ciertos aspectos.Entonces podemos encontrar una forma de romper antiguos acuerdos que nos limitan.
Segundo Acuerdo: No tomes nada como algo personal.
Todas las cosas nos afectan personalmente cuando nuestra prepotencia nos lleva a suponer que todo lo que pasa tiene que ver con nosotros. Por eso seguimos lastimándonos unos a otros y lo que llamamos injusticia nos llena de amargura.
Tercer Acuerdo: No hagas suposiciones.
Hacemos una suposición cuando creemos que los demás saben qué queremos decir, o cuando creemos saber lo que ellos quieren decir. Debemos tener el valor de preguntar a la otra persona que quiere decir, o que quiere, y el valor de decir lo que nosotros queremos en realidad.
Sin suposiciones, no hay nada que pueda frustrarte ni nadie a quien culpar. No le debes nada a la vida, y está nada te debe a tí.
Cuarto Acuerdo: Hazlo todo lo mejor posible.
Si obramos siempre de este modo, evitaremos condenarnos a nosotros mismos y rara vez estaremos frustrados. Cuando estamos enfermos o cansados, nuestra percepción de cual es la mejor manera de actuar es distinta a la de cuando estamos bien, pues varía constantemente; pero seguimos haciéndolo lo mejor posible. si lo hacemos todo lo mejor posible, en cualquier circunstancia, nos sentiremos bien con nosotros mismos.
En el inventario entramos en nuestra mente y exploramos nuestro sistema de creencias para encontrar los acuerdos que adoptamos y romperlos uno por uno.
Otro modo de tomar conciencia es encontrar el verdadero sueño y al verdadero soñador. Se necesita valor para introducirse en el sueño. No hay lugar seguro hasta que nos liberamos de la realidad y descubrimos que nosotros somos a la vez el sueño y el soñador.
La claridad nos indica que esto es sólo el sueño. Si podemos cambiar de punto de vista y controlar el sueño, podemos crear otra realidad. Al principio es difícil, pero pronto la encontraremos. Después, nos costará más adaptarnos a lo que antes considerábamos realidad.
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