FALTA DE
INTELIGENCIA EMOCIONAL
La inteligencia emocional forma parte
de las habilidades que una persona puede adquirir a lo largo de su vida, y esto
no solo puede ayudarnos a conseguir cosas, también significa tener la
posibilidad de disfrutar más la vida. Cuando hay deficiencia
de inteligencia emocional, pueden presentarse una serie de complicaciones en la
vida diaria de una persona.
La inteligencia emocional no
significa ser exitoso ni conseguir
siempre lo que queremos, tampoco asegura que seremos más encantadores o más
populares. La habilidad de la inteligencia emocional tiene que ver más
con el autocontrol y la confianza en sí mismo. Éstas son actitudes que se
cultivan internamente, pero que se reflejan en nuestro comportamiento externo y
traen con ellas actitudes más asertivas.
Señales de la falta de inteligencia emocional
Algunas características de la falta
de inteligencia emocional podemos verlas diariamente. Lo veremos en personas que
aparentemente consiguen lo que quieren y que suelen tener éxito en lo que
emprenden.
5 comportamientos que delatan la falta de
inteligencia emocional
1. La
burla hacia los demás
Hay una gran diferencia entre reírse con
alguien y reírse de alguien. Aquellos que han desarrollado la inteligencia emocional reconocen
esta diferencia. Pero no sólo eso, sino que también logran sentir cuando
una broma está causando malestar.
Si no se aplica la inteligencia
emocional, las personas terminan culpando a los demás. Sienten que si los
demás no pueden soportar la broma es porque son “amargados” o “demasiado sensibles“. Ni siquiera se les ocurre
que sus bromas pueden no ser tan graciosas, o que pueden ser ofensivas. O
simplemente que los demás pueden ser diferentes de ellos y no tienen que acoger
todas sus bromas.
2. Estrés cuando alguien no entiende lo que estás
explicando
Hay personas que se ponen muy tensas
cuando alguien no entiende lo que están tratando de decir. La peor parte
es que terminan culpando a la otra persona por ello. Ellos usan frases
como, “¿Es realmente tan difícil de entender?” O “Cualquiera puede entenderlo“. De esta manera, pasa de
ser una situación intensa a una agresiva.
Esta característica revela que la persona es muy rígida y probablemente egoísta. Ellos
son los que tienen dificultades para entender que hay diferentes maneras de
procesar y asimilar la información. Tampoco contemplan la posibilidad de
que su manera de explicar sea lo que pueda ser defectuoso. Ellos terminan
causando daño en una situación que podría haber sido resuelta con sólo dos
minutos de paciencia.
3.
Se niega a considerar diferentes opiniones
A lo largo de nuestro desarrollo todos nos formamos con lo que
se llama un “sistema de creencias”. Estas son ideas que vienen de la
educación que recibimos, así como de nuestras experiencias y nuestra propia
personalidad. Formamos una concepción de la realidad que sirve de punto de
referencia para nosotros.
Sin
embargo, en algunos casos, este sistema de creencias también puede
convertirse en una cápsula que nos impide acercarnos a la realidad. En
este caso, nuestra visión del mundo no es el fruto del desarrollo personal,
sino más bien de la neurosis no resuelta. Es por eso que cualquier opinión
que difiere de la nuestra es vista como una amenaza, incluso antes de analizar
si es válida o no.
4. Odian su trabajo
La mayoría de nosotros pasamos una gran cantidad de tiempo de
nuestra vida trabajando. Esta es una realidad que no podemos
evadir. Si bien no es el único aspecto de nuestra existencia, es uno de
los principales aspectos que toma nuestro tiempo y energía.
Cualquier trabajo, por simple o difícil que sea, contribuye al
que lo hace. Cuando es un trabajo que detestamos, que no podemos soportar
más, no hay razón para seguir haciéndolo: todo el mundo debería prometerse
a sí mismo que va a buscar y encontrar un trabajo que les permite
crecer de alguna manera.
5. No asumen su responsabilidad en cada fracaso
Esta característica puede resumirse al parafrasear el dicho
bíblico de que algunos pueden ver la paja en el ojo de otra persona mientras no
pueden ver la viga en el suyo. Hay dificultades que son estrictamente
propias, pero hay otras que se comparten con un compañero, en un equipo o en
una familia. A veces, en esos lugares hay personas que, cuando algo no
sale bien, echan la culpa a otros.
Este es un
rasgo que queda de una inseguridad infantil. La persona piensa, en primer
lugar, que un error es algo desastroso. Y, en segundo lugar, que el
objetivo es determinar quién tiene la culpa y no lo que está mal. Para
aquellos que tienen un mejor desarrollo emocional, el error es visto
como algo normal que, cuando se entiende mejor, es una oportunidad para el
crecimiento personal. En lugar de buscar a alguien a quien culpar, buscan
causas y soluciones.
La inteligencia emocional es
algo que se puede desarrollar. Para algunos es más fácil,
para otros no tanto. Pero la verdad es que todos los seres
humanos tienen el derecho y la responsabilidad de vivir una vida mejor. Es
por eso que vale la pena el esfuerzo para aumentar nuestra cuota de
inteligencia que podemos aplicar a todas nuestras acciones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario