Dice un conocido dicho popular chino que “un leve aleteo
de las alas de una mariposa se puede sentir al otro lado del planeta”.
Esto hace referencia a que hasta
las más pequeñas cosas tienen un efecto considerable, y con el paso de los tiempos
ha sido incluido en numerosos ámbitos, desde sirviendo como base principal de
diversas obras literarias hasta formando parte relevante de una de las teorías
o paradigmas científicos más controvertidas y populares, la teoría del caos.
Y es que el simbolismo que
encierra este breve dicho puede ser ampliamente aplicable a diversas
realidades, en lo que se conoce como efecto mariposa.
Efecto mariposa: ¿Qué es y qué nos dice?
Recibe el nombre de efecto mariposa un conocido efecto
según el cual la existencia de una acción o situación determinada puede
provocar una serie de situaciones o acciones sucesivas que terminan provocando
un efecto considerable que no parece corresponderse con la situación o elemento
que lo empezó.
Este concepto parte de las experiencias del meteorólogo
Edward Lorena, el cual generó el término en 1973 con el fin de explicar la
imposibilidad de realizar predicciones meteorológicas totalmente fiables a
largo plazo debido a la acumulación de variables que pueden modificar el
comportamiento atmosférico.
Lo que nos explica el efecto mariposa es que alteraciones
aparentemente simples e inocuas de una variable o acción pueden llegar a
generar efectos masivos, siendo el primero desencadenante de un proceso que al
propagándose va adquiriendo cada vez mayor fuerza. Es por ello que se dice, en
una variación del dicho popular, que el aleteo de una mariposa en Hong Kong
puede causar un huracán en Nueva York: la más minima alteración en un mismo
proceso puede dar lugar a resultados muy distintos e incluso totalmente
inesperados.
Parte básica de la
teoría del caos
El efecto mariposa es una metáfora o analogía que es
empleada como uno de los pilares de la llamada teoría del caos, propuesta
también por Lorenz, según la cual existen en el universo sistemas altamente
sensibles a la presencia de variaciones, las cuales pueden generar resultados
muy diversos (aunque limitados) de un amanera caótica e imprevisible.
El modelo principal de la teoría del caos propone que ante
dos mundos o situaciones idénticas en las que únicamente existe una variable
casi insignificante que los diferencie entre
sí, con el paso del tiempo esta pequeña diferencia puede provocar que
ambos mundos se diferencien cada vez más y más hasta resultar prácticamente
imposible determinar que una vez fueron el mismo.
De este modo, muchas disciplinas no pueden generar un
modelo estable que permita hacer predicciones certeras a largo plazo de tal
modo que estas sean totalmente fiables, ya que pequeñas variables pueden llegar
a variar en gran medida los resultados. Incluso el aleteo de una mariposa. De
este modo hay que afrontar que siempre vamos a encontrar un cierto grado de
incertidumbre y caos, siendo altamente improbable la existencia de una
predicción totalmente segura al 100% respecto a lo que va a pasar: los hechos
pueden llegar a escapar a la posibilidad de predicción.
Aunque su alta carga simbólica pueda
parecer producto del misticismo, lo cierto es que estamos ante una rama o
paradigma de la ciencia basada inicialmente en la física y las matemáticas (de
hecho el propio Lorenz era meteorólogo y matemático) y que nos permite explicar
por qué a menudo pueden llegar a fallar predicciones que parecía muy certeras y
trabajadas. Asimismo, también ayuda a huir de un determinismo total y
a valorar cuáles son las variables implicadas en cada fenómeno, de tal manera
que el conocimiento no debe ser estanco sino adaptable y fluido.
Sus implicaciones en
la psique humana
Si bien el llamado efecto mariposa se
ha vinculado principalmente a campos como la meteorología, el mecanismo o
funcionamiento que propone también presenta aplicabilidad dentro de la
disciplina de la psicología. Y es que el hecho de que un simple aleteo pueda
causar un huracán puede servir de analogía a lo que ocurre en la conducta y la psique humana.
En este sentido, el efecto mariposa se
aplicaría en todas y cada una de las decisiones que tomamos, dado que por más
nimia que parezca una elección esta puede desembocar en un curso de acción y
tener unos resultados diametralmente distintos de los que implicaría haber
tomado otra.
Es posible ver esto por ejemplo dentro
de la psicopatología: por mucho que tal vez una persona deprimida pueda no notar inicialmente
una gran mejoría por el hecho de empezar a cuidar su higiene diaria tras haberse
descuidado durante meses o probar un día de comer con su familia en vez de
comer solo en su habitación, este hecho puede llegar a generar una serie de
pequeños cambios que facilitan que finalmente consiga salir de la depresión que
lo mantenía aislado del mundo. De ahí a hacerlo más a menudo, a decidir probar
otras cosas, a salir de casa por primera vez, a volver a trabajar, a volver a
disfrutar y a mantenerse más activo…
El efecto mariposa también influye
dentro de la psicología en el momento que nos damos cuenta de que cada
una de nuestras acciones no acaba sin más, si no que puede tener efectos
tanto sobre nosotros mismos como sobre el entorno. Un comentario cariñoso o
desabrido, un abrazo, una crítica, un cuchicheo, un elogio, una mala
contestación… o cosas aparentemente tan baldías como saludar a alguien o
incluso simplemente mirarlo, tiene potencial para cambiar las cosas tanto para
nosotros como para los demás.
Es por ello que nuestros actos deben
tener en cuenta este hecho, de tal manera que puede ser necesario valorar qué
efectos pueden tener nuestras acciones o la falta de ella sobre nosotros mismos
o sobre los demás.
Concluyendo
Esta teoría implica también que no
podemos conocer totalmente los resultados de nuestras acciones, y que los resultados
obtenidos de ellos pueden ser diferentes en función de la participación de
diferentes variables durante el proceso. Este es algo que por un lado puede
provocar curiosidad y motivación para explorar, aunque para otras personas
puede ser motivo de angustia y sufrimiento (algo que incluso puede estar en la
base de muchos trastornos).
Finalmente, el efecto mariposa también
ayuda a explicar por qué existen reacciones tan dispares a una misma situación
o estimulación: las condiciones de las que cada uno de nosotros partimos son
diferentes tanto a nivel biológico (herencia genética) como psicosocial
(aprendizajes, experiencias, estilos de vida y de afrontamiento...).
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