El comportamiento agresivo-pasivo, encierra un
problemático patrón que dificulta mucho la convivencia diaria, ocasionando
graves consecuencias para el entorno.
Son esas personas que se ilusionan por muchas cosas, pero
que sin embargo, nunca llegan a nada. Entorpecen cualquier proyecto o los
boicotean de manera que pocas veces, se consigue algo con ellos.
Evitan completamente su responsabilidad a la vez que
manipulan al resto, para que se sientan culpables de sus fracasos. Son personas
resentidas que gustan de criticar a los demás, a la vez que ellos/as mismas
caen en una pasividad absoluta, casi enfermiza. Son impacientes, a veces
hostiles y por lo general, poco útiles para ayudarnos o apoyarnos
emocionalmente.
Este es un tipo de personalidad muy toxica que puede
volverse dañina a nivel pareja. Te enseñamos a reconocerlas.
Personas
agresivas-pasivas en la pareja.
En el momento en que exista uno de los miembros en la
pareja que presente un perfil agresivo-pasivo, surgirán los problemas. Uno de
los pilares donde más conflictos ocasionan, es a nivel comunicativo. No
expresan. Y lo que es peor, suelen acumular sentimientos de ira o rabia por su
baja autoestima.
Al no decir en voz alta sus preocupaciones, simplemente
las acumulan, y esta sensación negativa acaba traduciéndose en un profundo
resentimiento que les hace manipular y castigar pasivamente a su pareja del
modo más sutil. Más doloroso.
Veamos a continuación estos comportamientos.
“La ley del hielo”.
¿En qué consiste esta expresión?. El perfil agresivo-pasivo se esconde en
su silencio como arma arrojadiza. Como filo de coacción. Son esos momentos en
el que le preguntamos a la otra persona qué le ocurre. Y él o ella nos responde
aquello de “nada”, con una expresión en su rostro que demuestra rabia y
desprecio.
“Falta absoluta de
cooperación”. Estas personas se responsabilizan de muy pocas cosas, lo que
las deja en una situación de falso poder. Su inmovilidad le da pie a juzgar a
los demás. Evitan no involucrarse en muchas cosas, como queriéndose aislar en
su propia esfera de perfección. Desde donde critican al resto.
“Fingir que siempre
está distraído/a”. Es posible que más de una vez, ya sea a nivel de pareja
o con otra persona, hayas percibido a esas personas que dicen “no escucharte
bien” cuando les hablas. O bien, que cuando te diriges a ellos/as están mirando
a otro lado, como atendiendo otras cosas, sin percibir que les estás hablando.
Es, un modo de manipulación muy sutil.
“Disimulan sus
enfados”. Es otra estrategia muy común. Sabemos que están molestos o
molestas por algo, sin embargo nos reafirman que no es así. Levantan un muro
donde evitan cualquier conversación repitiéndonos que están bien, mientras
intuimos su incomodidad.
“Son hábiles
artistas del sarcasmo”. Puede que no nos digan qué les ocurre, que les
molesta, pero sin embargo desplegarán unas dotes implacables para el sarcasmo.
Ahí donde atacarnos, donde lanzar pequeñas flechas a nuestra autoestima, a
nuestro equilibrio e integridad. Es algo muy recurrente en el perfil
pasivo-agresivo.
“La victimización”.
Otra técnica indispensable en toda relación tóxica. Al ser personas que no
saben expresar sus emociones, decir en voz alta qué les molesta o qué quieren,
caen queriendo o sin querer en una clara victimización. Según ellos, son los
menos atendidos y respetados, ellos el centro del universo incomprendido donde
nosotros, sus parejas, ejercemos las peores artes posibles para hacerles
infelices.
Vivir con una pareja con perfil agresivo-pasivo suele
ocasionar muchas desavenencias, y un claro desgaste emocional para caer
finalmente en el distanciamiento.
Hazle saber todo aquello que te hace daño. Ponle ejemplos
de cómo se comporta y de las consecuencias que algo así puede tener para la
relación a largo plazo. Si no hay voluntad de cambio, si no hay mejora, y te
sientes herido/a, deberemos tomar una decisión. Recuerda que tu felicidad es
siempre lo más importante.
Valeria Sabater
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