jueves, 15 de enero de 2015

COMPORTAMIENTOS AGRESIVOS/PASIVOS.

 

 
El comportamiento agresivo-pasivo, encierra un problemático patrón que dificulta mucho la convivencia diaria, ocasionando graves consecuencias para el entorno.

Son esas personas que se ilusionan por muchas cosas, pero que sin embargo, nunca llegan a nada. Entorpecen cualquier proyecto o los boicotean de manera que pocas veces, se consigue algo con ellos.

Evitan completamente su responsabilidad a la vez que manipulan al resto, para que se sientan culpables de sus fracasos. Son personas resentidas que gustan de criticar a los demás, a la vez que ellos/as mismas caen en una pasividad absoluta, casi enfermiza. Son impacientes, a veces hostiles y por lo general, poco útiles para ayudarnos o apoyarnos emocionalmente.

Este es un tipo de personalidad muy toxica que puede volverse dañina a nivel pareja. Te enseñamos a reconocerlas.

Personas agresivas-pasivas en la pareja.

En el momento en que exista uno de los miembros en la pareja que presente un perfil agresivo-pasivo, surgirán los problemas. Uno de los pilares donde más conflictos ocasionan, es a nivel comunicativo. No expresan. Y lo que es peor, suelen acumular sentimientos de ira o rabia por su baja autoestima.

Al no decir en voz alta sus preocupaciones, simplemente las acumulan, y esta sensación negativa acaba traduciéndose en un profundo resentimiento que les hace manipular y castigar pasivamente a su pareja del modo más sutil. Más doloroso.

Veamos a continuación estos comportamientos.

“La ley del hielo”. ¿En qué consiste esta expresión?. El perfil agresivo-pasivo se esconde en su silencio como arma arrojadiza. Como filo de coacción. Son esos momentos en el que le preguntamos a la otra persona qué le ocurre. Y él o ella nos responde aquello de “nada”, con una expresión en su rostro que demuestra rabia y desprecio.

“Falta absoluta de cooperación”. Estas personas se responsabilizan de muy pocas cosas, lo que las deja en una situación de falso poder. Su inmovilidad le da pie a juzgar a los demás. Evitan no involucrarse en muchas cosas, como queriéndose aislar en su propia esfera de perfección. Desde donde critican al resto.

“Fingir que siempre está distraído/a”. Es posible que más de una vez, ya sea a nivel de pareja o con otra persona, hayas percibido a esas personas que dicen “no escucharte bien” cuando les hablas. O bien, que cuando te diriges a ellos/as están mirando a otro lado, como atendiendo otras cosas, sin percibir que les estás hablando. Es, un modo de manipulación muy sutil.

“Disimulan sus enfados”. Es otra estrategia muy común. Sabemos que están molestos o molestas por algo, sin embargo nos reafirman que no es así. Levantan un muro donde evitan cualquier conversación repitiéndonos que están bien, mientras intuimos su incomodidad.

“Son hábiles artistas del sarcasmo”. Puede que no nos digan qué les ocurre, que les molesta, pero sin embargo desplegarán unas dotes implacables para el sarcasmo. Ahí donde atacarnos, donde lanzar pequeñas flechas a nuestra autoestima, a nuestro equilibrio e integridad. Es algo muy recurrente en el perfil pasivo-agresivo.

“La victimización”. Otra técnica indispensable en toda relación tóxica. Al ser personas que no saben expresar sus emociones, decir en voz alta qué les molesta o qué quieren, caen queriendo o sin querer en una clara victimización. Según ellos, son los menos atendidos y respetados, ellos el centro del universo incomprendido donde nosotros, sus parejas, ejercemos las peores artes posibles para hacerles infelices.

Vivir con una pareja con perfil agresivo-pasivo suele ocasionar muchas desavenencias, y un claro desgaste emocional para caer finalmente en el distanciamiento.

Hazle saber todo aquello que te hace daño. Ponle ejemplos de cómo se comporta y de las consecuencias que algo así puede tener para la relación a largo plazo. Si no hay voluntad de cambio, si no hay mejora, y te sientes herido/a, deberemos tomar una decisión. Recuerda que tu felicidad es siempre lo más importante.

Valeria Sabater

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