Es imprescindible que los humanos
aprendamos los siguientes cuatro principios evolutivos:
1)
El
objetivo el ser humano sobre la
Tierra es evolucionar física, emocional, mental y
espiritualmente
2)
Todo
ser humano posee una Esencia Divina hecha de luz y amor cuya naturaleza es el
bien
3)
El
libre albedrío es un derecho universal absoluto; la impecabilidad exige al yo
entregar su libre albedrío al arbitrio divino mediante la fe y la confianza.
4)
Lo
que existe en la naturaleza es sagrado sin importar el modo en que sirva o
satisfaga las necesidades del yo individual.
En esta época todo ser humano vivo
recibe estos cuatro principios espirituales de modo directo o sutil.
Es una Ley Planetaria que antes del
final de un gran ciclo temporal como el que se da en este momento debe hacerse
que cada persona viva recuerde los cuatro principios evolutivos a fin de que
los abrace.
Algunos quizá reciban estos mensajes a
través de escritos como este o leyendo libros como: El Retorno de las Tribus
del Pájaro; La
Profecía Celestial ; La Quinta
Cosa Sagrada; Mensaje Mutante desde Australia; El Plan
Pleyadiano, etc, o quizá a través de películas como: Bailando con Lobos; El
Pequeño Buda; Misión: Salvar la
Tierra , o La Selva
Esmeralda. Otros, en cambio, experimentarán la muerte física
y volverán tras un cambio a su cuerpo físico, siendo este el modo a través del
cual podrán producir un cambio en sus seres queridos. Hay también otros casos
en los que pueden recibir visitas de Ángeles., Maestros Ascendidos o la Madre María.
Nuestro cometido es pues el de seguir
una vida recta, aprender y practicar la impecabilidad, la oración a fin de
conocer el Plan Divino y nuestro papel dentro de él para así proceder a nuestra
sanación y despegamiento a todos los niveles tanto como nos sea posible.
La nueva energía exagera nuestras
pautas de costumbre a fin de hacernos conscientes de ellas, para así
transformarlas.
Estas pautas con las que estamos tan
identificados son:
- la arrogancia
- la adición
- los prejuicios
- el odio
- la violencia
- la tortura y
- la vergüenza
Ya sea la actitud de supremacía de un
estado o la actitud de un miembro de la Nueva Era de superioridad frente a seres menos
espirituales y conscientes, la actitud es la misma, “arrogancia”.
Ya sea un alcohólico tirado en cualquier
calle del mundo o una persona obsesionada por su aspecto físico o el cuerpo de
su compañero o compañera, esta pauta se llama igual: “adición”.
Ya sea el K.K.K quemando cruces en el
patio de personas negras o una persona espiritual despreciando a un “paleto”,
el nombre es el mismo: “prejuicio”.
Ya sean los capitalistas que odian a
los comunistas o una persona “políticamente correcta” que odia a los menos
favorecidos, la actitud es la misma: “odio”.
Ya sea Estados Unidos generando
guerras en Oriente o en América Central, o un progenitor golpeando y degradando
a un hijo, la acción tiene el mismo nombre:
“violencia”.
Ya sean indios, aborígenes
australianos u otros indígenas asesinados y su tierra destruida por los
blancos, o sean ardillas y ciervos muertos por conductores despistados que van
muy deprisa, el problema es el mismo: “tortura”.
Ya sea Alemania llevando las
cicatrices de un Hitler o un pobre sintiéndose indigno a causa de su pobreza,
el sentimiento es el mismo: “vergüenza”.
Desde lo más evidente a lo más sutil,
cada persona debe cumplir individualmente su pauta para reconocer y sanar estas
pautas.
Estas pautas están acompañadas por la
incapacidad de percibir los cuatro principios evolutivos que deben aprenderse
Durante este mes de Enero tenemos la
oportunidad de trabajar sobre el
reconocimiento de cuanto estamos encadenados a esas pautas que nos mantienen
atados a este plano 3D y así poder trabajar en nuestra propia sanación.
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