Si pasa el tiempo y no logramos
cambiar y mejorar estamos a oscuras. Si no somos capaces de perdonar, de dejar
nuestros resentimientos de lado, para poder vivir de una manera mejor, estamos
a oscuras. Si nuestro interior está contaminado de odios y rencores seguimos
estando a oscuras. Si damos paso a la envidia, a los celos, a la soberbia, al
desamor; seguimos estando a oscuras.
Todos en algún momento de
nuestras vidas pasamos por momentos difíciles. Estos momentos que muchas veces
nos resultan inexplicables, en los cuales nuestra fortaleza se pone a prueba de
una manera brutal, situaciones que nos sacuden, nos movilizan, nos hacen
temblar, no son momentos para no tener en cuenta. Al contrario tenemos que
darnos cuenta de que, en cada uno de esos escalones en los que tropezamos, está
alojada la enseñanza de algo que debemos tomar y aprender para ser mejores cada
día.
Paso a paso, subiendo escalón por
escalón y algunas veces descendiendo o deteniéndonos vamos transitando por la
escalera de la vida. Si queremos llegar a la luz, debemos empezar a aprender
tomando de cada escalón que nos detiene el mensaje que encierra. Luego al
continuar subiendo y para que o sea más fácil, tenemos que aprender a dejar en
cada peldaño nuestros resentimientos, odios, envidias, y todo aquello que nos
hace ver al otro como un ser no digno de nuestro amor.
Proyecta en el otro todo lo bueno
que hay en ti, tócalo con tu luz. No dejes lugares en ti que sigan oscuros.
Destierra el odio, y bendice todo a tu paso. El universo es generoso y si
proyectas luz vivirás siempre iluminado y tus sueños, como tus deseos también
lo estarán.
No mires al otro como a un
enemigo, como tu adversario, es tu hermano y si ves que él vive a oscuras ayúdalo
a encontrar la luz.
Graciela De Filippis
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