13 PREGUNTAS QUE DEBERIAS
HACERTE
Hay preguntas que duelen,
que preferimos evitar, eludir o no abordar porque cuestionan parte de lo que
somos. Todos
tenemos áreas sensibles que no queremos que
nadie toque, ni mucho menos descubra. Es como si nos retiraran esa
armadura que nos permite ser fuertes y hasta funcionales de cara a los demás.
Sin embargo, tras ese escudo se esconde un yo frágil y vulnerable.
Sin
embargo, es saludable sacer a la luz esos
espacios que dejamos en la sombra psicológica. Tomar conciencia de los
miedos, las inseguridades, los nudos emocionales y los sesgos de pensamiento es
recomendable. Son invitados a la introspección, a ese proceso de reflexión
informal tan básico para higienizar determinadas áreas internas de nosotros
mismos.
Por
curioso que nos parezca, este tipo de
ejercicio ya fue propuesto por quien se considera el padre de la psicología
científica, Wilhelm Wundt. Hacernos preguntas y practicar la introspección
nos facilita el poder profundizar en dimensiones como los pensamientos, las
emociones y las imágenes mentales que dan forma a nuestras narrativas.
Preguntas que duelen, pero
que vale la pena hacérselas.
Reflexionar sobre nosotros mismos y lo que
nos rodea es una práctica saludable. Sin embargo, es importante hacerlo bien. Timothy D. Wilson, psicólogo
social de la Universidad de Virginia y experto en la mente inconsciente,
autoconocimiento y toma de decisiones, señala algo interesante en su libro
Strangers to Qurselves, 2004.
Conocernos
a nosotros mismos no requiere solo hacernos preguntas que duelen o realizar
viajes en soledad. No somos solo aquello
que pensamos, también somos aquello que hacemos. Por tanto, también es
importante preguntar a amigos, familiares y parejas cómo nos ven. Es posible
que los demás nos revelen aspectos de los que no siempre somos conscientes….
No
obstante, te proponemos empezar este viaje de autoconocimiento y revelación planteándote
una serie de cuestiones. En realidad, no se trata de responderlas de manera
rápida. No es un ejercicio de inteligencia de papel y lápiz, es una tarea para
la reflexión.
1. ¿Qué estás dejando de
hacer por miedo?
Los
miedos son alambradas para el bienestar y la realización personal. Si bien es
cierto que a menudo nos sirven como necesario mecanismo de supervivencia, hay
veces en que damos poder a temores claramente irracionales. El único modo de
desactivarlos y de sentirnos libres para crecer y cumplir metas es siendo
conscientes de ellos.
2. Qué es más importante
para ti… ¿Qué los demás te quieran, te admiren o quererte a ti mismo?
Es
muy posible que al leer esta cuestión, la mayoría respondamos aquello de “pues
ambas cosas”. Es cierto, la felicidad y la satisfacción residen, a partes
iguales, en recibir afecto ajeno y en buenos niveles de amor propio. Ahora
bien, el problema está en que, en
ocasiones, nos focalizamos más en un área que en otra.
No es saludable depender
de la admiración y el efecto ajeno para sentirse bien. Como tampoco lo es
quererse en exceso a uno mismo, descuidando a los demás.
3. ¿Qué diferencia hay
entre tu “yo público” y tu “yo privado”?
Esta
es una de esas preguntas que duelen, pero que todos deberíamos plantearnos.
¿Nos comportamos igual de manera pública que en privado? ¿Somos unos camaleones
sociales que buscan siempre mimetizarse con los demás para sentirse integrados?
Tengámoslo
presente, esforzarnos en ser lo que no
somos solo para agradar y sentirnos aceptados únicamente trae sufrimiento.
4. ¿Te estás esforzando en
cumplir expectativas ajenas?
Nunca
está de más reflexionar en los esfuerzos presentes, en esas metas y actividades
a las que dedicamos nuestro tiempo. Esos
objetivos que esperamos lograr nos satisfacen e ilusionan verdaderamente? ¿O
son, quizá, expectativas ajenas que nos obligamos a cumplir para satisfacer a
otros?
5. ¿Estás idealizando a
alguien?
Las
personas idealizamos cuando estamos enamorados y también cuando admiramos en
exceso a alguien. Atribuir rasgos y
características positivas a alguien solo porque nos gusta o atrae es muy común.
Nada es más importante en estos casos que ser consciente
de ellos y aplicar una mirada más objetiva y con menos filtros.
6. ¿Crees que estás cayendo en algún
comportamiento que es negativo para ti?
Otra de las preguntas
que duelen y deberíamos plantearnos es esta. Hay muchas conductas contraproducentes en las que podemos estar
atrapados ahora mismo y que no deseamos ver. Ejemplo de ello es la indefensión,
pensar y obcecarnos, por ejemplo, en que hagamos lo que hagamos, nada va a
mejorar (no encontraré empleo, no podré salir de esta relación dañina, etc.)
Tampoco pasemos por
alto conductas como los trastornos en la conducta alimentaria (TAC), el abuso
del alcohol, una dependencia excesiva del móvil, etc. Aceptar que estamos
envueltos en conductas poco saludables es algo prioritario.
7. ¿Hay alguien que no te valora, pero a
quien te cuesta dejar?
Amigos, familiares y
hasta parejas…En nuestra vida podemos tener a una o varias personas que no nos
aprecian como merecemos, que no nos valoran. Tal vez sea el momento de tomar
una decisión.
8. ¿Crees que hay algún hecho de tu pasado
que aún no has resuelto?
Desde el campo de la
salud mental siempre se sitúa la atención en el aspecto de los traumas. Somos una sociedad que arrastra consigo más
de un hecho doloroso del ayer que no ha resuelto. Una infancia de maltratos
o falta de afecto es un ejemplo. El Bull-ying
escolar o el acoso laboral son dimensiones igual de relevantes.
9. ¿Te quieres y te respetas como mereces
de verdad?
¿Cómo está tu
autoestima últimamente? ¿Y tu amor propio? Es
importante recordar que estas dimensiones no son estables en el tiempo. Es
común que se debiliten, que fluctúen a raíz de experiencias complicadas.
Reflexiona en cómo te sientes, cómo te percibes….
10. ¿Sabes realmente cómo cuidar una relación?
Esta
es una de esas preguntas que duelen y que, sin embargo, todos deberíamos
plantearnos. Muchas veces arrastramos con nosotros patrones disfuncionales que
hemos visto de nuestra familia. Otras, damos validez a mitos como el amor
romántico, que solo nos traen sufrimiento y malentendidos.
11. ¿Estás culpando a
los demás de cosas que son responsabilidad tuya?
No
todo el mundo profundizará en esta pregunta. Porque es incómoda, porque no es
fácil y no siempre se entiende de manera adecuada. A menudo, tendemos a culpar a
nuestra familia y a la sociedad de lo que nos sucede.
Puede
que nuestra baja autoestima y los traumas sean origen de una familia
disfuncional. Puede también que nuestro actual desempleo se deba al contexto
social presente. Sin embargo, más allá
de lo que nos haya sucedido, es responsabilidad nuestra (y solo nuestra) actuar
ante cada cosa que nos pasa.
12. ¿Estás trabajando en
tus sueños/metas o esperas un golpe de suerte?
Hay
personas que esperan que el destino les traiga a sus puertas todo aquello que
quieren y desean. Se olvidan que conquistar
las metas requiere esfuerzos diarios, motivación, persistencia y planificación.
13. ¿Manejas tus
emociones o te dejas llevar por ellas?
No
podemos concluir nuestro listado de preguntas que duelen profundizando en el
aspecto de las emociones. Es otra área descuidada, esa en la que no siempre nos
habilitamos como deberíamos. Así que seamos sinceros… ¿Cómo manejas las emociones negativas? ¿Te dejas llevar por el enfado
o la ira o sabes cómo regularlas? Hacerlo con efectividad revierte en tu
bienestar.
Para
concluir, nunca está de más tener una conversación con nosotros mismos y profundizar
en estas cuestiones. Tal vez nos demos cuenta de que hay pequeñas áreas que
requieren de nuestra atención.
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