Dicen que varios de los grandes genios han sido un
verdadero monumento al desorden. Sin embargo, ser desordenado no te convierte
en genio. Así como ser excesivamente ordenado tampoco te hace mejor persona,
los extremos nunca son buenos. En el mundo actual el tiempo escasea y dedicarle
tiempo a el cuidado de la casa no es fácil.
Pero eso no quiere decir
que todo tenga que estar manga por hombro. Se puede mantener un espacio
básicamente ordenado, sin necesidad de invertir demasiado tiempo en ello. Todo
es cuestión de organizarse y adoptar algunos hábitos. ¿Por qué algunas personas
no lo logran? ¿Qué hay detrás de su desorden compulsivo?
EL SIGNIFICADO
DEL DESORDEN.
En general, el desorden en los espacios que habitamos
es señal de desorden en nuestro mundo interior. Permanecer saturado de objetos,
significa estar saturado de ideas y proyectos sin resolver. El desorden lanza
un mensaje de confusión interna, falta de estructuración y falta de
definiciones.
Los estudiosos del Feng Shui aseguran que el desorden
tiene diferentes significados, dependiendo del lugar en donde se acumule.
Esto es
lo que indican al respecto:
El desorden o los objetos amontonados en zonas que
están a la entrada de una casa significan un profundo temor a relacionarte con
otras personas.
El desorden o los objetos amontonados en la cocina o
los espacios en donde se preparan alimentos significan fragilidad emocional y
resentimientos.
El desorden o los objetos amontonados en los armarios
significan dificultad para analizar y controlar los sentimientos y emociones.
El desorden o los objetos amontonados debajo de los
muebles indican que se es muy dependiente de la opinión de los demás y se da
gran importancia a las apariencias.
El desorden o los objetos amontonados detrás de las
puertas es una expresión de miedo a ser rechazados por los demás y de la
convicción de sentirse vigilado.
El desorden o los objetos amontonados en el escritorio
o el sitio de trabajo significan miedo, frustración y necesidad de control
sobre las situaciones.
El desorden o los objetos amontonados en el garaje indican temor a lo nuevo y falta de
destreza para actualizarse.
El desorden o los objetos amontonados en los pasillos
significan miedo a expresarse, a decir directamente lo que se desea.
El desorden o los objetos amontonados en la sala es
miedo a ser rechazado por la sociedad.
El desorden o los objetos amontonados en el comedor
tienen que ver con sentirse controlado por la familia e inseguro de uno mismo.
El desorden o los objetos amontonados por toda la casa
significan que tenemos ira reprimida y que nos sentimos apáticos y
desinteresados por la vida.
LAS VENTAJAS DE SUPERAR EL DESORDEN
No es necesario que tengamos nuestros espacios como “una
tacita de plata”. De hecho, preocuparnos demasiado por el desorden nos resta
energía para cosas más importantes y nos vuelve exigentes, huraños y
neuróticos.
Lo que sí es importante es poder habitar espacios que
nos resulten agradables y fáciles de manejar. No es razonable estar a cada rato
buscando cosas que se extravían por tanto desorden, ni deprimirnos con solo
mirar el estado de nuestro lugar de trabajo o vivienda.
Una de las primeras causas del desorden es que quizás no
has clasificado bien los objetos y, por eso mismo, hay muchas cosas que no
tienen un lugar definido en donde deban estar. Es importante analizar cuáles
son los tipos de objetos que hay en la casa o en la oficina, conformar categorías
o grupos de objetos y definir dónde debe guardarse cada grupo.
Lo siguiente es trabajar en tu mente para disponerte a
hacer lugar a lo nuevo. Mientras mantengas objetos que no necesitas, o
conserves las cosas simplemente por conservarlas, te será imposible avanzar. Es
necesario deshacerte de todo aquello que ya no es necesario. Lo que no hayas
usado en el último año, debe ir a la basura o a un espacio de bodega.
Convéncete de que limpiar tu lugar es también limpiar
tu mente, depurar tu entorno, sanear tu vida. Decídete a pasar a un nuevo nivel
y despójate de los objetos que conforman un entorno en el que nada nuevo tiene
cabida.