Vivimos en una sociedad compleja cargada muchas veces de
intereses personales e individualismos. El día a día está regido a menudo por
la competividad, e incluso por las ansias de posesión.
En muchas de nuestras relaciones interpersonales pesa un
sibilino egoísmo del que somos conscientes y que sin embargo soportamos. ¿Qué
podemos hacer ante estas situaciones? ¿Cuál es la forma más efectiva de actuar?
Que te importe quien te aporte
Ha llegado el momento en mi vida en que practico “la
economía de personas”.
Incluyo en mí día a día a todo aquel que dé riqueza a mis
días, valores a mis sueños y ganancias a mi corazón.
Tenemos muy claro que no se trata solo de alejarnos de
todos aquellos “que no nos aportan nada”. La vida real no es como las redes
sociales, donde existe la opción de “eliminar o borrar amigos”. Se trata de dar
más importancia o menos…..
Es muy posible que algún familiar tuyo, lejos de enriquecer
tu vida, te la llene de malestares. O que tengas un compañero de trabajo algo
negativo, derrotista y crítico. No podemos borrarlos de nuestro día a día.
Se trata, simplemente, de no darles la importancia que
merecen. Evitar que te afecten sus actos o sus palabras, siempre y cuando, no
crucen el límite de tu integridad emocional o psíquica, en ese caso, la
distancia sería más adecuada.
Ahora bien, ante este tipo de personalidades donde su
toxicidad no sale de la zona crítica, lo mejor es no darles poder; ni en tu
vida ni en tus pensamientos. Marca límites. Porque de hacerlo, de permitir que
te afecten, acumularás un estrés físico y emocional muy peligroso.
A pesar de que en muchas ocasiones no nos es posible
controlar quién entra y quién sale de nuestras vidas, si tienes la capacidad y
la responsabilidad de decidir quién se mantiene en tu corazón.
La clave de esta permisividad, de esta forma de conseguir
que te importe quien te aporte, es construir relaciones positivas. Te explicamos cuáles son los pilares básicos:
1. CONSTRUYE APEGOS
SALUDABLES.
Es muy importante “evitar apegos”. La esencia está en saber
diferenciar los apegos que nos ocasionan sufrimiento de los apegos saludables,
donde se construyen los vínculos de crecimiento. Debemos favorecer apegos
basados en la confianza y no en la ansiedad. Es vital que exista una armonía
basada en la madurez y el respeto mutuo.
2. SABER SATISFACER LAS NECESIDADES BÁSICAS.
Negar que todos tenemos necesidades es ponernos una venda
en los ojos. Para que alguien nos importe de verdad, debe existir un adecuado
intercambio de ganancias personales:
Un respeto mutuo y la seguridad de que no vamos a ser
sancionados, juzgados o rechazados al expresar nuestros pensamientos. Esta
sensación es la que suele aparecer en especial a nivel de familia, cuando
sabemos que no se van a respetar nuestras opiniones o acciones. Muestras de afecto
cotidiano: es esa sensación de complicidad que disfrutamos con nuestras
amistades, el cariño de nuestras pareas
ect. Es ofrecer afecto de forma libre, el arropar y dejarnos envolver por un
sentimiento integro de cercanía.
3. PODER AFRONTAR DETERMINADOS PROBLEMAS.
En ocasiones, cuando tienes un problema, alguien cercano
a ti en lugar de aportarte estrategias, o simplemente ponerse en tu lugar para
comprenderte, te recriminan determinadas cosas. Son esas personas que lejos de ayudarte,
te hunden más aún. Intenta marcar distancias en estos casos, y elige bien quien
se acerca a ti en esos momentos.
En las relaciones positivas tienen como esencia el
disponer de una armonía interna donde los problemas lejos de ser obstáculos,
son oportunidades personales donde ofrecer ayuda, aprender y fortalecer aún más
el vínculo.
4. LAS RELACIONES POSITIVAS ADMITEN LA EXISTENCIA DE
ERRORES.
Si alguien de tu contexto más cercano no acepta el hecho
de que hayas cometido ciertos errores, no será una relación saludable ni
emocionalmente segura. Te enfrentas siempre a su “dura vara de medir”, donde no
caben equívocos, donde no se te concede la oportunidad de ser mejor.
Evita este tipo de relaciones, que no te importe marcar distancia
o más aún, desactivar la posible influencia que puedan tener de ti. Las
personas nos equivocamos, erramos, asumimos faltas y avanzamos para crecer
personalmente.
Todos aquellos que te quieran tal como eres, con tus
aciertos, faltas, manías y grandezas, son personas que aportan luz a tu vida.
No las pierdas, agárrate con
fuerza a la cola de sus cometas.