Si hemos tomado la decisión de “Ascender”,
debemos aprovechar este mes para discernir que creencias nos mantienen atascados.
La necesidad de nuestra mente de garantías antes de actuar y cambiar los
patrones de pensamiento está impidiendo que progresemos, ya que tendemos a
evitar enfrentarnos y resolver los problemas (experiencias) diarias, y está
evasión nos encadena al mundo 3D frenando nuestro avance. Ahora disponemos de
la energía necesaria para dejar atrás nuestro pasado, pero nuestra acción es
indispensable.
Debido al cambio y al aumento de
vibración de la energía, podemos encontrarnos en un suelo cambiante, incluso
con la sensación de estar hundiéndonos en la arena, sin embargo, bajo esta
sensación inquietante de que algo que creíamos sólido está derritiéndose bajo
nuestros pies, existe un conocimiento más profundo de que todo está en orden, y
sólo se puede perder aquello que es falso. Lo
Real nunca muere.
El verdadero poder, del cambio, reside
dentro de cada uno de nosotros como derecho de nacimiento, y debe ser honrado
como tal. No se trata de controlar el otro, sino de autodefinirnos y vivir la
vida que elegimos.
Al comenzar este mes, el cosmos
ilumina las heridas en el corazón, unto con el potencial de cada uno de
nosotros sanándolas. Hacer esto requiere una gran compasión –por nosotros y por
los demás-, y a menudo una purificación dolorosa al enfrentar a la víctima, al
agresor y al sobreviviente que existe dentro de todos nosotros. A medida que
nos curamos a nosotros mismos, curamos al todo; ya no perpetuamos la grieta
entre nuestra psiquis personal y la colectiva.
Esto, nos lleva al tema de nuestras
relaciones; el suelo más fértil para el crecimiento y la transformación, porque
en ellas encontramos muy a menudo nuestras heridas. Este mes tenemos que poner
atención compasiva en cómo reaccionamos y respondemos, creamos y destruimos en
nuestra interacción con otros. Es el momento propicio para reconocer la dinámica
y los obstáculos que encontramos repetidamente. Al hacerlo honestamente,
podemos reconocer las principales heridas que necesitamos sanar. Quizás no
tengan nada que ver con las personas que ahora están en nuestra vida, pero que
igualmente se reavivan en la intimidad actual.
En estos días es vital mantener una
mentalidad abierta ante lo que parece incontrovertible. El cambio exigido por la era de Acuario es de
un orden completamente nuevo. Hace estallar los preconceptos y los prejuicios,
desafía a las persistentes nociones de lo que está bien o mal, y sostiene la
Verdad en presencia de las verdades a medias, los engaños y mentiras tan cómodas
y familiares que ni nos damos cuenta de que están allí.
Todo empieza por nosotros, y en nosotros,
a medida que permitimos que la coraza de “así funciona el mundo” se abre,
revelando preguntas sin respuestas y verdades no realizadas. Al llegar Febrero
a su fin, debemos estar preparados para
no saber nada. Porque en está ignorancia divina descubriremos las bendiciones
del vacío y el rico potencial de una pizarra colectiva que ha sido borrada y
está limpia.
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