Tal vez te estés preguntando en qué signo está esta Luna Nueva y qué es una Luna Negra. La segunda pregunta es más fácil de responder: una Luna Negra es la segunda Luna Nueva que ocurre durante el viaje del Sol por un signo del zodíaco en particular (conocido como "mes solar"). La respuesta a la primera pregunta es un poco más compleja porque, en tanto esta Luna Nueva está técnicamente en Acuario, está tan cerca de la culminación de Piscis que casi está de más asignarla a un signo o al otro. Esto es una situación infrecuente y sumamente significativa. Y el hecho de que esta Luna Nueva se encuentre definitivamente en la culminación nos coloca en la frontera entre uno y otro signo.
Estar vivo durante el cambio entre las eras es una gran bendición aunque en
ocasiones ¡puede sentirse como una gran maldición! Parecido a soportar un
terremoto interminable que golpea repetidamente en cada lugar que pensamos que
era el más seguro; puede parecerse a una especie de desastre personal que
termina siendo el mayor golpe de suerte colectiva cuando finalmente decidimos
fluir con él y ver a dónde nos lleva. Esta Luna nos asegura que los
esfuerzos de Urano y de Plutón en su cuadratura desde 2012 no habrán sido en
vano, si nos rendimos al imperativo del cambio profundo y perdurable, en lugar
de efímero y cosmético.
El verdadero poder de esta Luna radica en su
anticipación, porque trae visiones de esperanza para un mundo que se renueva.
Puede parecer un deseo infundado y provocar a nuestro cínico interno, pero ella
sigue sin importarle que algunos no consigan ver lo que para ella está
innegablemente claro: que lo que somos,
como seres humanos, en nuestra naturaleza misma, en las comunidades que amamos,
en las relaciones que tenemos, en las prioridades sobre las que se apoya
nuestro mundo, ahora se están disolviendo en forma lenta pero segura, nos guste
o no.
Ya sea que estemos despidiéndonos entusiasmados o aferrándonos
desesperadamente, el cambio está sobre
nosotros, tan profundo y amplio que nada ni nadie puede anularlo. Y en
lugar de que el cambio nos suceda a nosotros, de
hecho nosotros somos el cambio. La evolución sucede adentro, como un
proceso integral que anima a la forma de vida en evolución. No se trata
de un suceso sino de una forma de ser, un cambio en el latido, un nuevo flujo
de Fuerza Vital en cada célula. A medida que el planeta cambia, también
lo hacemos nosotros. Esta Luna Negra afirma que sí, que estamos viviendo
los Tiempos Finales. Pero el final
es un nuevo comienzo y las sombras del abismo al que ahora nos estamos asomando
simplemente esconden la luz del renacimiento que brilla eternamente en el
corazón de la oscuridad.
Así
como cada una de nuestras células se renueva por las fuerzas de cambio que
actualmente inundan nuestro planeta, cada uno de nosotros somos células de un
organismo mucho más grande. En tanto la Madre Tierra misma da nacimiento a la nueva era
para nosotros, nosotros podemos ofrecerle o negarle el amor y el apoyo que ella
necesita para ese nacimiento. Los peores excesos de la humanidad en su
alejamiento de su propia esencia, han sido perpetrados contra nuestra Madre
planetaria que nos ha sostenido y nutrido de una era en otra. Ella clama a
nosotros por un compromiso más profundo con su bienestar, por encima de nuestra
propia comodidad egoica. Quiere llevarnos con ella hacia lo nuevo,
pero irá sola si nosotros seguimos priorizando nuestros deseos por encima de su
supervivencia. Ella seguirá
estando aquí en los siglos por venir. El futuro de la humanidad es más
incierto.
Esta
Luna profundamente poderosa se dirige a cada uno de nosotros con una sentida
súplica: hagan del cambio evolutivo su
prioridad, su "RAZÓN DE SER." Comprométanse con este
largo trayecto, no importa qué pueda requerir. Conecten con la Fuente ,
experimenten su verdadera naturaleza, abandonen su armadura egoica acumulada
capa tras capa a medida que la vida los desafió y los dañó.
Olviden el pasado, no como un acto de negación, sino como un compromiso radical
de sanación que renueva todas las cosas, no sólo en parte, sino completamente.
El cambio de las eras requiere guerreros
espirituales, amantes valientes y seres tan ferozmente compasivos que nada
escapa a su abrazo sanador. Esto nos exige una integridad tan aguda que
nos hace sangrar, y una honestidad con lágrimas, tan cruda que ante ella
estamos desnudos. Sólo así podemos
cambiar lo bastante profundamente como para ser la fuente misma de la
evolución, una fuerza de empuje, no víctimas desventuradas. ¡Su
esencia, no su producto!
Me
encanta cómo se siente esta Luna Negra, por más desafiante que sea. Ella
combina las eras en una tierra de nadie, invitándonos a pararnos en un limbo a
su lado; ya no somos lo que éramos y quienes éramos, y todavía no somos
quieres seremos. Este es el primer acto de coraje que nos exige:
abrazar la oscuridad de lo incognoscible en tanto nos afirmamos en la seguridad
de que lo sagrado siempre prevalece, y con ello nuestra esencia misma.
Ella nos recuerda que todo lo demás puede volverse polvo dispersado por los
vientos de cambio.
J:A.Marcos Fonfria.
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