miércoles, 4 de septiembre de 2024

NUMEROLOGÍA-TAROT.ASTROLOGÍA=LA RUEDA DE LA FORTUNA




LA RUEDA DE LA FORTUNA

10. Como vibración numérica personal

Si aceptas la filosofía de la reencarnación, reconocerás que eres un alma antigua, que has vivido ya muchas vidas y que reconoces lo transitorias que son las cosas terrenas.

Posees la facultad de influir y de atraer a la gente, ya que eres una persona fuerte, con una misión de orden espiritual que cumplir en el mundo. Tu palabra significa poder, y tú presencia, paz. Por consiguiente, tu misión tal vez consista en establecer  la paz y la hermandad entre las razas y los pueblos del mundo.

Tu pensamiento lleno de claridad y tu comprensión te ayudaran a percibir y aprovechar ventajosamente cualquier situación. Tienes a tu alcance todas las posiciones dirigentes, gracias a tu obvio control y dominio.

Con un 10, te espera la suerte, el éxito y las recompensas materiales, ya que atraes y ganas con facilidad cosas por las que otros lucha con todas sus fuerzas. También puedes conseguir la realización y culminación de lo que realices, ya que estas en contacto con la supra-conciencia, aunque puede que la describas  como un profundo sentimiento interior.

Comprendes los sentimientos y las necesidades de los demás, y pones tu fe y tu confianza en ti mismo. Estos tesoros te vienen de las experiencias de vidas pasadas o, si lo prefieres, suponen la capitalización de las experiencias anteriores de tu vida.

Acostumbras a avanzar paso a paso, con la mente fija en los objetivos que te has propuesto. El giro gradual de la rueda te permite progresar, por lo que sin duda alguna acabaras por triunfar en tus proyectos.

En el caso de un 10 negativo, tendremos a la persona de ideas fijas terca y obstinada. O bien, tenderá a excederse y a exagerar sus necesidades y deseos.

Quizá no descubras tus facultades latentes hasta no despertar espiritualmente. Una vez despierto, sin embargo, tu influencia no conocerá límites y tendrás un extraordinario poder para hacer el bien.

SIMBOLO DEL TAROT. CLAVE 10: LA RUEDA DE LA FORTUNA

El número 10 inicia un nuevo ciclo, repetición del 1. Las palabras clave de la Rueda de la Fortuna son rotación y cambios. Todo se halla en  proceso de devenir. Solo hay algo constante: el cambio. Por consiguiente, todas las cosas ocurren a su debido tiempo.

El toro, el león, el águila y el hombre representan los cuatro signos fijos del Zodiaco: Tauro, Leo, Escorpio (el águila simboliza el aspecto más elevado de Escorpio) y Acuario. Los libros que sostienen representan la sabiduría de las edades. Señalan las leyes del universo, inmutables, fijas, no susceptibles de cambio.

La serpiente ondulante significa el descenso de la fuerza vital para su manifestación. El hermanubis de cabeza de chacal (un dios: Toth  egipcio también una raza de hombres con cabeza de chacal), muestra la evolución de la forma, mientras que la combinación del cuerpo con la cabeza animal indica que el hombre no ha evolucionado más allá del nivel intelectual.

Sus orejas, más altas que el plano medio de la Rueda, ponen de manifiesto que el oído interior del hombre, o la intuición, le permiten alcanzar el nivel más alto. La esfinge representa al ser humano desarrollado al que aspiramos. La cabeza y el busto de mujer unidos al cuerpo de león hacen referencia al dominio del alma sobre el cuerpo, en perfecta armonía, ejemplificando, por lo tanto, la unión de los poderes masculino y femenino.

CORRESPONDENCIA ASTROLÓGICA: Júpiter (y Marte). Para estudiar las correspondencias astrológicas de los números dobles, tomamos el número de la derecha y vemos cómo actúa a través del de la izquierda.

Tenemos en este caso el poder de Dios, 0, operando a través de Marte, para aportar nuevos comienzos y un cambio de fortuna. La influencia de Júpiter en la clave 10, la Rueda de la Fortuna, nos concede el optimismo y la fe en que esos nuevos comienzos acabaran por proporcionarnos generosas recompensas.

Una vez completado el ciclo básico, del 1 al 9, cada digito subsiguiente se limita a repetir uno de los nueve originales. Así se comprende que se considere el 10 como un nuevo punto de partida. Con el 9 se termina un ciclo completo. Con el 10 recibimos la promesa de que el poder de Dios nunca se extinguirá en nuestro interior, cambiando solo de forma, y que la nueva forma sigue encerrando la chaspa de la vida.

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