sábado, 13 de julio de 2024

APRENDIZAJE



NUESTRO APRENDIZAJE

Nuestro espíritu es un aprendiz de creador. Su único objetivo es aprender a crear y, por lo tanto, debe respetar el progreso de creación, tanto la  propia como la de los demás espíritus que están aprendiendo a la par de él.

Existen espíritus que tienen ya un gran poder de creación y que son guías de otros. Cada uno de ellos aprende en el universo que va creando y en el que todo es aprendizaje: no respetar el universo del otro, su creación, lo remitirá a un aprendizaje  propio sobre su propia creación, para que comprenda lo que ello significa.

Lo llamaremos equivocadamente “castigo divino” o “karma”, pero no dejará de ser una “subcorrección” programada para adaptarnos al entorno y comprender el aprendizaje.

A nivel humano esto se traducirá en la programación de situaciones de alto contenido emocional, que llamaremos en este nivel “desgracias” personales o enfermedades.

Es decir, que cuando respetamos el universo del otro, lo que el otro ha creado, así sea una vida, una obra, una misión, una emoción, una vivencia, una creencia, una enfermedad, una cura etc., en realidad alcanzamos una comprensión evolutiva personal respecto a nuestro propio universo creado, un reconocimiento de nuestro poder espiritual.

Cuando no lo hacemos hay que volver y volver a empezar hasta que comprendamos lo que significa crear en conciencia.

Hasta tanto no se comprenda, no se evoluciona.

La creación queda entonces ligada a esas energías que siempre hemos minimizado o, mejor dicho, que hemos  sufrido o disfrutado sin saber exactamente para qué estaban allí. Están allí para crear y la palabra está para dar nombre, concepto  y definición a lo creado.

 

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