Un tercio de nuestra existencia
(220.000mhoras en 60 años) nos la pasamos con los párpados cerrados, en un
misterioso y desconocido estado que denominamos sueño. Pero, ¡ojo! Todo este
tiempo es un tiempo activo y en él ocurren muchos cambios tanto en las
actividades mentales como en las funciones corporales, y todas ellas de enorme
trascendencia para nuestro equilibrio físico y psíquico. En definitiva, cumple
una función reparadora para nuestro organismo, ayuda a la recuperación de energía,
la termorregulación, la consolidación del aprendizaje y la memoria, entre otras
muchas funciones.
Es importante mencionar que sobre
la importancia de los sueños ya nos hablaba Aristóteles, y muchos personajes
históricos nos han dejado constancia de sus sueños: Julio Cesar, Descartes,
Bismarck, Hitler y muchos otros. Sin embargo, no fue sino hasta 1900, cunado
Sigmund Freud publica su obra La Interpretación de los Sueños, y a partir de
aquí los sueños fueron objeto de estudio científico.
FASES DEL SUEÑO
FASE I. Es la fase del sueño ligero. El sueño de esta fase es
poco reparador. El tono muscular disminuye en comparación con el estado de
vigilia, y aparecen movimientos oculares lentos.
FASE II. En esta fase el sistema nervioso bloque las vías de acceso
de la información sensorial, lo que origina una desconexión del entorno y ocupa
alrededor del 50% del tiempo de sueño del adulto. El tono muscular es menor que
en la fase I, y desaparecen los movimientos oculares.
FASE III. Es un sueño más profundo (denominado DELTA), donde el
bloqueo sensorial se identifica. En esta fase no se sueña, se produce una
disminución del 10 al 30 por ciento en la tensión arterial y en el ritmo
respiratorio, y se incrementa la producción de la hormona del crecimiento. El tono
muscular es aún más reducido que en la fase II, y tampoco hay movimientos
oculares.
FASE IV. Es la fase de mayor profundidad del sueño, en la que
la actividad cerebral es más lenta. Al igual que en la fase III, es esencial
para la recuperación física y, especialmente, psíquica, del organismo. En esta
fase, el tono muscular está muy reducido. No es la fase típica de los sueños,
pero en ocasiones pueden aparecer, en forma de imágenes, luces, figuras…sin una
línea argumental.
FASE REM. Se denomina también sueño paradójico, debido al
contraste que supone la atonía muscular (relajación total) típica del sueño
profundo, y la activación del sistema nervioso central (signo de vigilia y
estado de alerta). En esta fase se presentan sueños, en forma de narración, con
un hilo argumental, aunque sea absurdo.
La actividad eléctrica cerebral de
esta fase es rápida. El tono muscular nulo (atonía muscular o parálisis),
impide que la persona dormida materialice sus alucinaciones oníricas y pueda
hacerse daño. Las alteraciones más típicas de esta fase son las pesadillas, el
sueño REM son atonía y la parálisis del sueño.
ALGUNOS PROBLEMAS DEL
SUEÑO
Todos podemos “perder el sueño”
puntualmente, esto puede ser por varias razones, por ejemplo, situaciones que
conllevan estrés, problemas de salud y medicamentos, trabajo por turnos, beber
alcohol, comer muy cerca de la hora de acostarse, etc. Sin embargo, la mayoría
de estas situaciones son puntuales. Cuando esto no es así, cuando está siendo
constante el problema, tenemos que tomar medidas, pues puede ser indicador de
que tenemos alteraciones en el sueño. Vamos a conocer sólo algunas de las más
comunes:
INSOMNIO
Hay muchos factores que intervienen
en la aparición y mantenimiento del insomnio. Entre los más importantes
destacan los psicólogos (tendencia a dar vueltas a las cosas, dificultades para
manejar las emociones negativas, creencias erróneas en relación con el sueño,
con los siguientes hábitos inadecuados), el estrés y el miedo a no dormir.
Los dos tipos principales
del insomnio son:
Insomnio primario: cuando la causa que lo provoca no se identifica
fácilmente o no está asociado a ninguna otra enfermedad.
Insomnio secundario: aparece como consecuencia de diferentes causas, tales
como una enfermedad, un trastorno mental, el consumo de ciertas sustancias o
medicamentos, existencia de problemas ambientales (ruido, temperatura) o
sociales (problemas familiares y laborales, cambios de horario por trabajo o
viajes)
HIPERSOMNIA
Hablamos de un trastorno del
mecanismo del sueño, que se caracteriza por un sueño excesivo, constante e
involuntario. Tendríamos gran dificultad para mantenernos despiertos, y esto
nos causaría un deterioro funcional significativo, entre los que tendríamos:
fatiga, cansancio, pérdida de concentración y sensorial, problemas de
movimiento y una gran pérdida de atención en nuestro entorno.
En la mayoría de los casos no se
tiene dificultad para conciliar el sueño, éste es continuo, pero no reparador.
Se suele tener problemas al levantarse sintiéndonos confusos e irritables,
presentando lo que se conoce como borrachera de sueño y que afecta la
transición sueño-vigilia.
SONAMBULISMO
Es un trastorno que ocurre cuando
caminamos o realizamos otra actividad estando aún dormidos. Nos podemos parar y
lucir como si estuviéramos despiertos, levantarnos y caminar o realizar
actividades complejas. Algunas personas incluso conducen un vehículo mientras
están dormidas.
El episodio puede ser muy breve
(unos cuantos segundos o minutos) o puede durar hasta 30 minutos o más, pero la
mayoría de los episodios duran menos de 10 minutos. Si no se les molesta, los
sonámbulos regresarán a dormir. Esta alteración puede ocurrir a cualquier edad,
pero sucede con mayor frecuencia en los niños de 5 a 12 años de edad, y parece
ser hereditario.
NARCOLEPSIA
Es un trastorno del sueño que causa
somnolencia excesiva y ataques de sueño incontrolables y frecuentes durante el
día. Por lo general a horas inapropiadas. Estos periodos de somnolencia extrema
se dan cada 3 o 4 horas, este impulso de dormir es irrefrenable e incapacitante.
Más de la mitad de los individuos
con narcolepsia puede experimentar una pérdida del tono muscular y debilidad
repentinas (cataplexia) desencadenada por una emoción súbita, así como
parálisis del sueño, en la cual momentáneamente hay incapacidad para moverse o hablar
al despertarse.
Alrededor de la mitad de los
individuos con narcolepsia pasa por estados parecidos al sueño, entre el sueño
y la vigilia (alucinaciones hipnagógicas). La narcolepsia se origina por
concentraciones bajas de mensajeros químicos en el cerebro (dopamina y
noradrenalina), y por factores genéticos.
Alrededor de la mitad de los individuos con narcolepsia
pasa por estados parecidos al sueño, entre el sueño y la vigilia (alucinaciones
hipnagógicas). La narcolepsia se origina por concentraciones bajas de
mensajeros químicos en el cerebro (dopamina y noradrenalina), y por factores
genéticos.
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