La oscuridad es la luz y la energía condensadas,
densificadas, hasta límites insospechados. En el Origen, la luz y la energía
gozaban de infinita libertad para realizar la Creación. Todo fue dispuesto así.
La recreación de la idea Original, manifestada en el mundo de la forma.
La oscuridad está formada por la separación y el olvido.
Es distorsión de la Idea Original. Es una consecuencia en sí misma y por ello
no puede participar en la Creación. Ese es su mayor dolor, y su mal profundo.
Cuando no permites a alguien que se exprese en sus ideas
y pensamientos, es entonces cuando la oscuridad se forma. La castración,
limitación y restricción conducen al dolor y este, a la oscuridad. Estáis
hechos para brillar, crecer y recrear; no para ocultaros y apagaros.
La base del Universo son las estrellas y los soles,
fuentes creadoras de vida. Los agujeros negros fueron una necesidad posterior.
Cuando un ser humano se expresa y brilla, no cabe en él la oscuridad. Un ser
que se encuentre en esa oscuridad, ha de tratar por todos los medios de buscar
su expresión, su palabra, sus argumentos y, si puede, tratar de ser creativo
con todo ello.
Los escritores, artistas, pintores, compositores, sabéis
bien de todo esto. Os sentís vivos cuando creáis, cuando generáis un nuevo ser,
una nueva composición. Todo en la naturaleza tiene esa tendencia a la
expresión. Todo en la naturaleza tiene esa tendencia a la expresión, a la diseminación, a la
reproducción de sus contenidos en nuevas formas más perfectas, sublimes y en
concordancia con su entorno.
La
vida se adapta y fluye allá donde se le permite
La oscuridad es la “negación” de la libertad de la vida. No
expresarse o no dejar expresar, ser, o sentir a otros, es lo que provoca
oscuridad. El dolor es el paso intermedio. Es la señal de alerta. Cuando un ser
humano sufre, experimenta dolor. Aún mantiene fe y esperanza, para intuir que
ese sufrimiento pasará.
Si el dolor aumenta y el sufrimiento no cesa, antes de
morir o desaparecer, la luz se convierte en oscuridad. Apaga sus últimos
latidos de consciencia, y se encierra para defenderse. A partir de ese
instante, volver a desenvolver la luz será un proceso doloroso, largo y
peligroso, tanto para el propio ser como para quienes pretendan ayudarle.
Fuente:
Conversaciones con el Doble Cuántico. Joshua S. Santos
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