La
vida nos sitúa a veces en situaciones contradictorias y a tener que elegir
entre un camino y su contrario. Desarrollar una mentalidad paradójica, sin
embargo, nos permite aprovechar estas situaciones tan complejas.
En
tiempos de incertidumbre, dificultades y cambios, estamos casi obligados a
aceptar la incomodidad existencial como estilo de vida. Las cosas no son
fáciles y no asumirlo, lo complica quizá un poco más.
Por
ello, se nos sugiere que en el actual
contexto de complejidades asumamos una mentalidad paradójica. Se trata de
un enfoque que sabe lidiar con lo extraño contradictorio.
Puede
que así de pronto esta propuesta nos parezca peculiar y difícil de entender.
Sin embargo, lo cierto es que casi cada día nos enfrentamos a múltiples
paradojas personales. ¿Sigo con este
trabajo que me aburre o me atrevo a emprender algo nuevo? ¿Invertimos en
nuestra empresa en eficacia o lo hacemos en innovación? ¿Debo reñir a mi hijo
por eso que ha hecho mal o lo dejo pasar?
La cotidianidad está llena
de hechos que nos empujan a tener en cuenta una realidad y su contraría. Irse o quedarse. Arriesgar
o ser prudente. Hablar o guardar el secreto. Parece que, de algún modo, siempre
estemos obligados a tener que decantarnos por una cosa y descartar su opuesta,
porque así lo marca el sentido lógico.
Sin
embargo, la mente paradójica elimina la
narrativa de “esto o lo otro” y opta por tenerlo todo en cuenta a la hora de
decidir. Esto lo convierte en una perspectiva psicológica muy interesante….
¿En qué consiste la
mentalidad paradójica?
Albert
Rothenberg es un reconocido psiquiatra de la Universidad de Harvard que fue el
primero en hablarnos de la mentalidad paradójica. Lo hizo en 1996 tras
entrevistar a más de 22 premios Nobel, genios del momento y análisis históricos
de grandes figuras de la ciencia, el arte o la tecnología.
Esas
investigaciones se recogieron en el libro Flight from Wonder An Investigation
of Scientific Creativity. Algo que pudo descubrir es que las figuras más
creativas concebían de forma simultánea una idea y su contraria.
Por
tanto, la mentalidad paradójica define
la capacidad de manejar pensamientos conflictivos o contradictorios y
obtener beneficio de ello. Es un rasgo de tolerancia a la frustración,
eficiencia y flexibilidad capaz de permitir al ser humano alcanzar el éxito.
El
valor de aceptar las tensiones y las contradicciones de la vida. Sabemos que
este concepto puede parecer poco lógico y contraintuitivo. Porque la verdad es
que pocas cosas nos generan tanto estrés
como la contradicción. Es más, el cerebro experimenta ansiedad ante la
información disonante, ante la contraposición, el antagonismo, la
antinomia….Sin embargo, si nos acogemos a ese rumor caótico, podemos
energizarnos de muchas maneras.
Trabajos
de investigación como los realizados en la Universidad Renmin destacan algo
importante. La adaptación de una
mentalidad paradójica nos permite sacar partido de las tensiones para
generar respuestas más creativas e innovadoras.
El poder del conflicto y
la actitud que impulsa la superación
La mentalidad paradójica
saca provecho de la tensión cognitiva. Lo hace saliendo de la zona de confort para abrirse
paso hacia nuevas y valiosas perspectivas. Esto, por sí mismo, es un valor
psicológico de gran poder y relevancia.
Porque
el cerebro, aunque nos sorprenda, está precondicionado, para el conformismo,
para reducir como sea el estrés de la contradicción y por ello, opta siempre
por la opción que genere menor resistencia.
Es
decir, si tenemos por delante varias opciones que elegir (dejar el trabajo,
quedarme o emprender algo nuevo) la mente siempre opta por la salida menos
conflictiva (quedarme, seguir con mi vida tal y como ahora). Ahora bien, esa
pasividad o ese conformismo tienen en sí misma una desventaja oculta. Quien elude la contradicción no promueve el
cambio ni el atrevimiento no la conducta innovadora.
Pensar como Einstein para
tener una mentalidad paradójica
Sabemos
que poner en práctica la mentalidad paradójica puede darnos muchas ventajas,
pero ¿Cómo hacerlo? El doctor Albert Rothenberg de la Universidad de Harvard
analizó cómo razonaba y pensaba Albert
Einstein.
Algo que definía al padre
de la teoría de la relatividad era, precisamente, apreciar las contradicciones
cotidianas, porque con ellas podía romper sus ideas preconcebidas. Esa es el clave,
ese el gran secreto.
Veamos
algunas estrategias sencillas para desarrollar la cognición paradójica:
Cuando te enfrentes a las
tensiones y problemas cotidianos, intenta apreciarlos en términos de curiosidad
y enriquecimiento. Un desafío no siempre es una amenaza. Verte en una encrucijada no
implica que debas optar por la salida más fácil. Mira ese reto con perspectiva y
apertura, no solo con miedo.
Aprende a tolerar la
incomodidad. La vida está llena de paradojas y contraindicaciones. Asume ese hecho e
intenta procesarlo desde un punto de vista innovador. Es más, tal y como nos
explica Jerry L. Eletcher, otro experto en este tipo de enfoque y autor del
libro Paradoxical Thinking, el ser humano es una criatura contradictoria. Somos
capaces de sentir amor y odio a la vez, ilusión y miedo al mismo tiempo.
También es necesario tolerar esa ambivalencia interna.
Pon distancia mental del
problema y ten en cuenta perspectivas más amplias. Genera todas las ideas que
te sean posibles ante un mismo problema, aprecia cada dato, corriente e
información. Todo es útil para permitirle avanzar de manera innovadora.
Para
concluir, desarrollar unas buenas cualidades paradójicas requiere tiempo y
romper muchos viejos esquemas mentales. Se
trata de un método revolucionario capaz de transformar nuestra realidad en
épocas difíciles.
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