A todos nos trajeron al mundo sin consultarnos. A un mundo que ya existía, que ya estaba ahí antes de que llegásemos. Un mundo con unos valores, unos ritos, unas alegrías, un lenguaje, unas contradicciones y unas reglas que todos debemos aprender.
Por eso, no hay nadie que consiga llegar a adulto sin la intervención en su vida de otros adultos.
Al nacer nos crean, no sabemos nada. Hemos de aprenderlo todo. Cada uno de nosotros llegamos desnudos y por ello tenemos que ser educados por nuestros creadores.
Ellos deberían tener la inteligencia de dejarnos ser y de poner todo a nuestros alcance para que podamos elegir y convertirnos en lo que nosotros queramos.
El problema surge cuando nuestros creadores tratan de imponernos su visión del mundo e intentan convertirnos en lo que ellos anhelan que seamos.
Cuando esto sucede, nos transforman irremediablemente y entonces surge el resentimiento hacia aquel a quien, en teoría, deberíamos amar.
Fuente: El amor te hará inmortal.
Ramón Gener.
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