AUTOANALISIS DE LAS
VENTANAS
El
autoanálisis de las 4 ventanas se basa en la idea de que un pequeño cambio
puede mejorar o empeorar la vida. Tiene que ver con identificar dónde hay
pequeños problemas capaces de producir otros mayores.
El autoanálisis de las 4
ventanas es una técnica diseñada para evaluar y mejorar la vida. Es apta para quienes se
sienten inconformes o estancados con su realidad presente, pero no identifican
con claridad cuál es el aspecto, o los aspectos, que están deteniendo su
avance.
Esta
técnica, como el nombre sugiere, se
puede aplicar de manera autónoma. Se
trata de una fórmula muy sencilla que solo requiere de buena voluntad y algo de
tiempo para llevarla a la práctica. El autoanálisis de las 4 ventanas no solo sirve
para promover el cambio en un área específica, sino también en general.
Hay
que decir que autoanálisis de las 4 ventanas se basa en la famosa teoría de las ventanas rotas. Su principal
aporte es que ayuda a precisar dónde están los aspectos esenciales a modificar,
de modo que el esfuerzo pueda concentrarse en puntos específicos y no
dispersarse.
Veamos de qué se trata:
La teoría de las ventanas
rotas
La
teoría de las ventanas rotas es una tesis que se aplica desde los años 80 para
mejorar la vigilancia policial y combatir la delincuencia. Fue propuesta por el psicólogo social Philip Zimbardo, después de hacer
un pequeño experimento. Dejó abandonado un coche, con las puertas abiertas
y sin placas, en una zona peligrosa de la ciudad. Como era de esperar, en pocos
días estaba completamente desvalijado.
Luego,
dejó otro coche en estado similar pero en una zona elegante de la ciudad. Pasó
una semana y el vehículo seguía intacto. Entonces Zimbardo rompió uno de sus
vidrios con un martillo y le causo varios daños. En pocos días, el coche estaba
completamente desvalijado.
La
conclusión es que, si hay una ventana ota y no se arregla, en poco tiempo las
demás ventanas serán destrozadas por los vándalos. Si alguien raya la pared en
una casa y no se arregla, en pocos días estará llena de rayones. Si alguien
arroja basura en un lugar y no se recoge, pronto se convertirá en un basurero.
En conclusión: Si no se
cuida algo, pronto será tomado por el caos.
Esto
se aplica para el mundo material, pero también para el psicológico. Así que una
buena manera de prevenir esto es arreglar las pequeñas dificultades para que no
se conviertan en grandes problemas.
El autoanálisis de las 4
ventanas
Como
se puede suponer, el autoanálisis de las 4 ventanas tiene que ver con la identificación de esas “ventanas” que
necesitan reparación, pero a las que no se les ha puesto atención. Como
ocurre con las ventanas rotas, envían un mensaje: nadie cuida de esto. A la
vez, ese mensaje atrae a nuevas dificultades.
Las
conductas o decisiones erróneas muchas veces no tienen un comienza marcado,
sino con pequeñas situaciones que equivalen a una ventana rota. De la misma
manera, los cambios en la vida muchas
veces comienzan por acciones que pueden parecer poco relevantes, pero en el
fondo sí lo son al formar parte de una cadena de deterioro.
Hay
ejemplos sencillos que ilustran esta idea. Una cantidad alta de pestañas
abiertas en el ordenador, lo que puede no parecer relevante, ayuda a que la
atención se disperse. Si esto ocurre, también es más probable que una persona
tarde más en hacer una tarea. De ser así, será menos productiva y su trabajo
será menos valorado. Así, una “ventana rota” es la vía de acceso para muchos
males. Por tanto, hay que repararla.
¿CÓMO REALIZARLO?
Para
hacer el autoanálisis de las 4 ventanas, digamos primero que las cuatro ventanas son la salud, la
productividad y las finanzas, las relaciones personales y el desarrollo
individual. En cada una de ellas hay que medir la satisfacción y determinar
cuál es la “ventana más rota” para comenzar por ahí.
Para
establecer dónde está el problema, lo
mejor es asignar una calificación, de 0 a 5, a cada una de las cuatro ventanas.
Como se puede suponer, la zona que obtenga una puntuación más baja es la
que se debe atender. Para hacerlo, sería recomendable seguir los siguientes pasos:
Identificar hábitos. Lo primero es precisar
cuáles son las conductas repetitivas que llevan a que existan dificultades en
esa “ventana”. Por ejemplo: si el problema está relacionado con la “salud”
quizás el hábito negativo sea comer alimentos poco nutritivos.
Identificar rutinas. Los hábitos generan sus
propias rutinas y es importante precisarlas. Retomando el ejemplo anterior: una
persona come patatas fritas por las tardes, antes de la cena, porque sale con
mucho apetito del trabajo.
Recordatorios. Los hábitos son
automáticos y muy arraigados. Así que es necesario crear conciencia en torno a
ellos para cambiarlos. Una forma es hacer recordatorios (notas, alarmas o algo
similar) para evitarlos).
Cambio. Lo que sigue es encontrar
un hábito saludable que sustituya al hábito nocivo y compense el papel que este
juega- Por ejemplo, comer fruta dos veces por la tarde para no sentir apetito
al terminar el trabajo y así esperar hasta la cena.
Cuanto más específico se
logre ser en el autoanálisis de las 4 ventanas, mucho mejor. Lo ideal es lograr
identificar el hábito más sencillo y arraigado en determinado terreno. Si logra
erradicarlo, con toda seguridad este dará origen a una cadena de cambios
relevantes.
Escrito por Edith Sánchez