La proyección psicológica conforma en ocasiones
relaciones basadas en la crítica y el abuso. Reconocer los conflictos y
emociones internas antes que culpabilizar a los demás por esas frustraciones es
clave para nuestro bienestar psicológico.
La proyección psicológica es un mecanismo de defensa que
utilizamos con frecuencia. Lo hace, por ejemplo, quien siendo incapaz de
enfrentar sus emociones, conflictos y estados anímicos internos convulsos, los
vuelca sobre los demás en forma de críticas y dinámicas dañinas. Es pensar que
el defecto lo tienen otros, pero nunca uno mismo.
Por otro lado, también puede darse ese tipo de
`proyección que sin ser dañina, cae en el idealismo. Pensemos por ejemplo en
esa época de inocencia y juventud en que estábamos enamorados de alguien. De
algún modo, y caso inconscientemente, atribuimos a esa persona rasgos y
virtudes que no se correspondían totalmente con la realidad. Ensalzábamos su
bondad, su bondad, su preocupación, sus aciertos y grandes atributos por ese
halo de perfección que la propia mente se encargaba de proyectar.
El amor es en ocasiones un contexto muy propicio en el
cual desarrollar la proyección psicológica. Ahora bien, cabe decir, eso sí que
el verdadero problema sucede cuando se pone en práctica una proyección
claramente negativa. Ahí donde la persona ejecuta tiene unas evidentes
carencias emocionales, arrojando sobre otros pensamientos habitados por la
rabia, la frustración etc.
Hablemos hoy sobre los sentimientos de culpa y de cómo en
ocasiones, lejos de asumirlos y afrontarlos, se apuntan al exterior con la
intención de herir a los demás. A los que tienen más cerca, a los que
supuestamente, más aprecian.
La proyección distorsiona la realidad en beneficio propio
Empecemos poniendo un ejemplo. Tu pareja es una persona
insegura que teme al compromiso. Lejos de asumir esa realidad, empieza a
castigarte a ti, asegurándote que no le pones las cosas fáciles. Que siempre
estás dándole muestras de desconfianza y de claro deseo de hacerle daño.
El problema no esta es ti, está en él/ella. Ahora bien,
lejos de afrontar que tiene un problema de autoestima y autoconfianza, te
castiga poniendo en evidencia cosas que no son verdad. Te dispara su rabia con
afilados dardos, y proyecta sus emociones negativas en tu persona porque de ese
modo consigue todas estas dimensiones.
Ignorar
el problema y atribuirlo a los demás.
Liberarse de esa carga interna y dejarla en el exterior,
en las personas que están a su alrededor.
Generando culpa en los
demás consigue una posición de poder: “YO NO tengo el problema”, lo tienen los
DEMÁS, el mundo es quien debe moverse a mi alrededor, no yo.
Al interpretar que son
los demás quienes tienen el verdadero problema, logran distorsionar de tal modo
su realidad que llegan a creerla. A creer su fantasía, su error, negando así
sus verdaderas carencias.
Origen de los mecanismos de la proyección psicológica
Las raíces de la proyección psicológica se nutren de las
teorías psicoanalíticas. Sin embargo, enfoques como la Gestalt han hecho de
esta dimensión psicológica uno de sus puntos más importantes. Veámoslo a
continuación.
Sigmund Freud
La teoría de la proyección psicológica fue desarrollada
por Sigmund Freud. Fue durante su práctica clínica cuando percibió algo
interesante: muchos de sus pacientes ponían en voces o figuras ajenas
sentimientos que ellos mismos experimentaban pero que no se atrevían a admitir.
Lejos de asumir o desentrañar esas emociones o pulsiones internas acusaban a
los demás de esos mismos estados.
Más tarde, otros psicoanalistas relevantes como Jacques
Lacan, relacionaron el fenómeno de la proyección a la neurosis. Sea como sea,
dentro de este encuadre siempre se destacó la dificultad para hacer ver a las
personas este mecanismo. Los pacientes no siempre están preparados para volver
al interior aquello que en un momento se coloca sobre los demás.
Las excusas, esos recursos tan comunes en nuestro día a
día, son también un tipo de proyección psicológica. A menudo con ello,
además de negar evidencias, llegamos a culpabilizar a otros de no poder llevar
a cabo ciertas cosas porque no somos capaces de evidenciar un hecho interno.
La psicología Gestalt.
“Cuando proyectamos no
sabemos que estamos proyectando. Mucho menos nos imaginamos que somos un
proyector. Entonces, la proyección
consiste en la tendencia de hacer responsable al ambiente de lo que se origina
en el SÍ Mismo” Esta frase fue enunciada por uno de los máximos responsables de
la psicología Gertalt.
Para este enfoque una de
sus principales finalidades es sin duda facilitarnos la realización personal.
Para ello, debemos ser plenamente conscientes de cada proceso, emoción,
realidad personal y conflictos que hay en nuestro interior.
Las proyecciones
psicológicas son en esencia estados no aceptados e incluso reprimidos que hay
que “liberar”.
Por tanto, para despertar
el potencial humano hay que tocar esas cuevas internas, darles luz y transitar
de la mano con esas emociones complejas. La aceptación favorece la libertad y
el crecimiento.
¿Cómo romper la proyección psicológica?
El tema de la proyección psicológica
es realmente complejo. Y tristemente frecuente. En ocasiones, muchas personas que sufren malostratos físicos
y psicológicos siguen proyectando en sus parejas una imagen positiva. ¿Por qué
rezón? Porque de ese modo se autoprotegen de la realidad.
“Si mi pareja siente
celos es porque me quiere”. “Mi pareja en el fondo me quiere, en ocasiones
comete errores, pero es la persona que más se por mí”. Proyectar estas ideas es
caer en una distorsión de la realidad donde su mundo es más inocuo. Ahí donde
no aceptar la realidad con toda su crudeza, ahí donde toda persona valiente, debería
poder reaccionar y defenderse.
¿Qué debemos hacer?
Comprender que lo que
proyectamos en los demás es en realidad un mecanismo de defensa. Un salvavidas
en el cual acogernos para no admitir algo determinado.
Hay que comprender que
proyectar culpa y rabia en quienes están a nuestro alrededor no va a conseguir
más que generar más emociones negativas. Caeremos en un círculo vicioso donde
esa falsa “sensación de poder”, nos ocasionara a largo plazo una dura caída.
Si eres tú quien sufre
esa proyección por parte de otra persona, hazle ver claramente cómo te sientes.
Adviértele que ese comportamiento, no se podrá mantener durante mucho tiempo.
Que te sientes mal, humillado/a y manipulado/a.
Entiende también que en
el momento en que la persona asuma que su proyección psicológica esconde en
realidad una carencia personal, hará que pierdan su “sensación de control”. Al
darse cuenta sufrirán una especie de caída personal en la cual, necesitaran
ayuda y apoyo para “reconstruirse”. Para afrontar dichos problemas, dichas
carencias.
Pero en general no es
nada fácil aceptar que todos proyectamos en alguna ocasión. A veces lo hacemos
sin darnos cuenta, pensamos que el defecto está ahí fuera y no en nosotros
mismos. Pensar que la persona que amamos es poco más que una criatura perfecta,
por ejemplo…..
Todos tenemos defectos,
todos tenemos carencias. Lo ideal, seria actuar siempre con humildad y objetividad…..Porque
al fin y al cabo, todos somos bellísimos seres imperfectos que intentamos
sobrevivir en un mundo complejo para ser felices.
No hay comentarios:
Publicar un comentario