Aldous Huxley, una de las personas más inteligentes de
nuestra era, quería experimentar el silencio al estilo occidental. De modo que para
hacerlo se encerró en un laboratorio científico, dentro de una habitación
completamente aislada del sonido. En esa época hacían experimentos con los
astronautas para saber qué problemas podrían encontrarse cuando viajaran a la
Luna al superar los trescientos kilómetros de atmosfera que rodean la Tierra;
el mayor problema era el silencio, un silencio ensordecedor.
Aldous Huxley recuerda que al entrar en la habitación no podía
creer que el silencio pudiera ser tan denso. Le dio miedo, aunque sabía
perfectamente que era una habitación a prueba de sonido y ningún sonido podía traspasar
los muros. Pero sus oídos y su cuerpo estaban acostumbrados a recibir las
vibraciones del entorno.
Cuando estas sentado, notas los ruidos; los pájaros, el
sonido de una voz…. Y otros muchos sonidos que no oyes pero que tu cuerpo
percibe. Las frecuencias de radio te traspasan. Con un pequeño transistor
puedes captar todas las ondas de radio. ¿Crees que las crea el transistor? Son
ondas que están presentes y el transistor las capta. Tocan tu cuerpo. Estás
rodeado de millones de ondas de radio pero no las oyes porque estás
acostumbrado.
Aldous Huxley noto ciertas cosas; sentía que estaba
desnudo a pesar de llevar ropa. ¿Por qué? ¿Por qué se sentía desnudo? Porque
todas esas vibraciones sutiles son como una piel que nos recubre, y ya no
estaban allí. Empezaron a dolerle los oídos…¡qué extraño! Si alguien se pone a
gritar o hay mucho ruido, pueden dolerte los oídos. Pero si no hay ningún
sonido, los oídos entran en un territorio desconocido.
Pidió permanecer allí durante una hora, pero solo aguanto
quince minutos, y empezó a golpear la puerta: “Abridme, es demasiado creo que
voy a estallar, a romperme en mil pedazos”.
Al principio, cuando estas en medio de un silencio
profundo, tienes una sensación extraña. Te produce miedo, en el silencio sabes
que lo que considerabas tu personalidad es absolutamente falso. Tu nombre es
falso, tu forma es falsa, tu cuerpo está separado de ti, y dentro de ti no
encuentras nada sólido a lo que agarrarte. De hecho, descubres que eres el
silencio…no eres nada, no eres nadie.
Gautama Buda definía esta experiencia con las palabras
exactas. Una es anatta: que es un estado de no ser. La segunda es sunyata:
descubrir que eres un cero. Y la tercera es que no hay atisbo del “yo”. Hay
un silencio tan ensordecedor, que quieres salir corriendo al mundo conocido, a
pesar de que en él te sientes triste y desgraciado. Pero estas acostumbrado a él.
La sensación de salirte de la órbita gravitatoria de la
Tierra puede ocurrir con la meditación, y de hecho ocurre. Cuando cierras los
ojos y estás en completo silencio, te sales de la gravedad. En ese momento te
identificas con tu silencio, por eso sientes que te estas elevando. Sin abrir
los ojos, sentirás que no es simplemente una sensación, sino que todo tu cuerpo
realmente se está elevando. Pero es una ilusión. Tu silencio está más allá de
la gravedad, eso sí es real. Pero al identificarte con él sientes como si te
movieras.
Al abrir los ojos te das cuenta de que estas sentado
exactamente como al principio de la meditación. Pero completamente relajado, sintiéndote
ligero y feliz.
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