sábado, 3 de junio de 2017

CONCIENCIA CUANTICA.


 


La medicina cuántica seria el futuro que dejaría atrás cualquier otra forma de tratamiento. ¿Pero en qué consiste? Seria aquella que aplicara los descubrimientos realizados por la física cuántica.

Según esta, en la escala más íntima, más profunda de la realidad, las partículas están en dos sitios a la vez (superposición), y se comunican entre sí sin que importe la distancia ni las barreras que haya entre ellas (entrelazamiento).

Estos comportamientos tan comprobados como la ley de la gravedad, son bombas para nuestras mentes acostumbradas a la realidad ordinaria.

Una idea fundamental de la física cuántica es que el observador crea la realidad que observa. Sin un observador no se puede asegurar que una partícula exista en un momento y lugar determinado. Si un grupo de seres humanos comparten una percepción de la realidad es porque poseen un órgano de interpretación similar, y un estado de conciencia equivalente.

Autores como el biólogo Bruce Lipton, el físico Amit Goswami o el neurólogo Jacobo Grinberg han sostenido que las personas que alcanzan estados de conciencia excepcionales pueden conseguir modificaciones de la realidad extraordinarias, en sí mismos y en otras personas.

La habilidad de las células para producir energía y el funcionamiento de las neuronas podrían explicarse mediante fenómenos cuánticos. Aunque la producción de energía a partir de la glucosa es un proceso básico en los organismos, la química clásica no consigue explicar la increíble velocidad a la que se producen las reacciones. La habilidad de las partículas cuánticas para estar en dos sitios a la vez ayudaría a entenderlo.

Según Luca Turin, biofísico del University y College de Londres, la acción de los neurotransmisores se explica por el flujo de electrones a nivel cuántico. Y no sería de extrañar-si suceden en el corazón de las neuronas- que tuviera relación con los desconocidos vínculos entre la conciencia y el cuerpo.

En palabras del revolucionario físico Amit Goswami:

“El mundo está constituido por posibilidades, no por eventos determinados, por lo tanto podemos elegir la salud sobre la enfermedad. Ni la enfermedad ni la sanación son enteramente objetivos. Las experiencias subjetivas y nuestras actitudes hacia ellas tienen un papel que desempeñar. A través de la creatividad, el “activista cuántico” aprende a cambiar la actitud que le lleva de la enfermedad a la salud, y de la salud ordinaria a la salud positiva”

Fuente: Claudina Navarro

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