RELACIONARSE
CON IRA.
Cuando nos relacionamos con enojo ponemos al otro en una
encrucijada, solo tiene dos reacciones posibles: “obedecer con resentimiento” o
“redoblar la apuesta”. Pero cuando gritamos, también agotamos nuestros
argumentos para solucionar el tema, nos quedamos sin recursos.
¿Entonces por qué gritamos?: Gritamos porque no tenemos
recursos para manejar la situación y entonces levantamos la voz para silenciar
al otro, con lo cual limitamos a la persona a reaccionar de las mismas dos
maneras anteriores. Gritar NUNCA es aconsejable.
Cuando alguien te provoca, está eligiendo una estrategia,
te está invitando a su batalla. Si
muerdes el anzuelo habrás entrado en una batalla que no es tuya. Si libras la
batalla equivocada, aunque ganes perderás. No dejes que los demás elijan tus batallas.
Falsos mitos del
enojo:
Explotar me libera:
Falso. Cuando más explotamos, más nos recargamos y más nos habituamos a
generar nueva ira.
Ocultar el enojo
ayuda: Falso. El enojo se guarda en forma de resentimiento y sale de manera
agresiva. El enojo se oculta muchas veces por miedo del otro o porque no
podemos ponerle límites, ya que somos incapaces de ponernos limites a nosotros
mismos.
¿Qué hacer con el
enojo?:
Podemos consumirlo:
Podemos hacer alguna actividad física, caminar, correr, hacer respiraciones
etc, a fin de gastarla. Porque si lo guardamos dañamos nuestro cuerpo que es la
casa de nuestras emociones.
Dialogar: Para
resolver un problema tenemos que hablar, pero hablar bien: no culpes, no
etiquetes, no amenaces, no diagnostiques, no prediques, no ridiculices, no
humilles, no menosprecies ni des órdenes. Cuando alguien te molesta házselo saber
hablando con tranquilidad.
Evita los
disparadores: Aprende a escapar de aquellas situaciones que sabes que te harán
enojar.
Usa la técnica del “tiempo
muerto”: Haz un alto, retírate de la situación. Ten presente que es muy
importante calmarse antes de hablar.
El enojo enferma
cuando:
Cuando es muy
frecuente.
Cuando dura mucho
tiempo.
Cuando es muy
intenso.
Cuando lleva a la
violencia.
¿Cómo podemos
resolver esto?
Algunas actitudes
nos ayudan a resolver los conflictos, veamos:
Saber esperar: No
se puede construir un dialogo a partir del enojo. Los gritos y la agresividad
son una reacción emocional, y lo racional no puede dialogar con lo emocional.
Evitar el conflicto
sin huir: Si una persona grita y no contestamos guardando silencio, o le
respondemos mientras esta en ese estado,
su enojo crece y el conflicto no se resuelve. ¿Qué hacer?: Por ejemplo podemos decirle: “puede que tengas razón,
lo hablaremos después” o “en estos términos no nos vamos a poner de acuerdo, ya
hablamos después”. De esta manera frenamos el conflicto y lo posponemos hasta
estar más tranquilos.
Transformar el
enojo en energía: Cuando dos personas discuten no tienen que buscar quien
tiene la razón, sino sentarse a analizar de qué manera pueden resolver sus
diferencias. El enojo muchas veces nubla la razón sin embargo, lejos de
generar división.
Un problema tiene que
servir para unir a las personas y que juntas puedan resolverlo.
Fuente: Nudos Mentales. De Bernardo
Stamateas.
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