Cuando estudiamos una Carta Natal es importante saber que
los cuatro Elementos (Fuego, Aire, Agua y Tierra) nos permiten entender la
naturaleza esencial de cada persona.
El Elemento del signo en el que se haya el Sol, nos
revela donde está arraigada nuestra consciencia, con que reino de la
experiencia estamos armonizando y de que campo de actividad deriva nuestro
poder energético. También nos muestra lo que es “real” para el nativo, ya que la creencia de lo que es real y lo que
no lo es, determina donde la persona concentra su energía.
Como ejemplo tenemos que: los signos de Aire viven en el
reino abstracto del pensamiento, para ellos un pensamiento es tan real como
cualquier objeto material. Los signos de Agua viven en sus sentimientos, y es
su estado emocional el que determina su conducta. Los signo de Fuego viven en
un estado de actividad excitada e inspirada; y mantener ese estado del ser es
crucial para que estén sanos y felices. Los signos de Tierra se afirman en el
mundo material, y para ellos la sobrevivencia y producción es mucho más real
que cualquier otro aspecto de la vida.
Podemos pues decir que: el Elemento de nuestro signo del
Sol revela la fuerza interior básica que motiva todo lo que hacemos. Los signos
de Aire son motivados por sus conceptos intelectuales. Los signos de Agua por
sus anhelos emocionales más profundos. Los signos de Fuego por sus
inspiraciones y aspiraciones. Los signos de Tierra por sus necesidades
materiales.
Si sabemos utilizar la energía que nos proporciona
nuestro signo del Sol, recargamos y alimentamos nuestro campo energético. Por
el contrario si no sabemos utilizar dicha energía, al igual que las energías
indicadas por la ubicación elemental de los otros planetas y ascendente, nos
sentiremos agotados, irritables y más vulnerables a los trastornos físicos y
psicológicos.
De modo genérico veamos cómo podemos “recargarnos” de
energía:
Los signos de Tierra necesitan poner los pies en el barro
de vez en cuando, estar cerca de la naturaleza y sintonizarse con el poder de
crecimiento de árboles y plantas.
Los signos de Aire necesitan aire limpio, sutil y muy
eléctrico para recuperarse, una cualidad de la atmosfera que nunca se encuentra
en nuestras ciudades, ese tipo de aire está disponible en las montañas, donde
no solo es limpio sino también más seco y refrescante.
Los signos de Agua sienten que vivir demasiado lejos de
un río, lago u océano es como vivir en el desierto. Están a sus anchas psíquica
y emocionalmente cuando tienen la oportunidad de sumergirse regularmente en
agua, o al menos estar en presencia de agua.
Los signos de Fuego necesitan estar al aire libre, bajo
el Sol, impregnándose del fuego radiante del Sol. Necesitan también permanecer
físicamente activos a fin de conectarse con su energía ardiente. Un signo de
Fuego que tenga que permanecer enjaulado durante mucho tiempo o que no tenga la
oportunidad de movimiento físico vigoroso se sentirá sin energía y debilitado.
Esta energía del fuego puede también almacenarse durante los meses estivales,
para usarla después, durante el tiempo más frio.
Los cuatro elementos simbolizan tipos de personas tipos
de personas que “metabolizan la experiencia en diferentes proporciones y de
distintos modos” Estos diferentes enfoques de experiencia inducen a estos
cuatro tipos de personas a que en sus vidas traten los problemas y obstáculos
de forma diferente.
Los signos de Aire tienden a elevarse sobre el conflicto
y a flotar alrededor de él. Aunque se ofendan con la persona que les creo el
problema suelen salir del conflicto airosamente.
Los signos de Agua intentan evitar los conflictos (con
excepción de algunos Escorpios). Tienden a fluir alrededor del conflicto,
debajo o sobre él, o si falla todo lo demás, a desgastar lentamente a la
persona o cosa que está en su camino. Sin embargo Escorpio busca a menudo desafíos
y problemas, comprendiendo subliminalmente que tales desafíos ponen de
manifiesto su fuerza y recursos.
Los signos de Tierra, sólidos por naturaleza, tienden a
desdeñar el conflicto, prefiriendo absorber el embate más fuerte del problema.
Sin embargo, si los ponen contra la pared, son capaces de golpear duramente el obstáculo
con todas sus fuerzas. Esto es particularmente cierto en Tauro, la tierra fija,
que nunca buscará conflictos pero que es capaz de una potencia y una ira
sorprendentes si lo acosan demasiado.
Los signos de Fuego tienden a superar los obstáculos, a
incendiarlos o amedrentarlos mediante despliegue de fuerza. Raras veces
evidencian una conducta que pudiera denominarse discreta, responden a las
situaciones con intensidad, deseando una acción directa en la solución de los
problemas, y tendiendo más al impulso que a la deliberación.
Como vemos, comprender los elementos puede contribuir a
autoconocernos, mostrándonos cómo podemos vivir mejor, satisfacer nuestras
necesidades y revitalizar nuestro campo de energía.
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