Las miradas y el movimiento de los ojos en las personas, nos pueden dar mucha información sobre su forma de pensar. Observar la mirada y el movimiento de los ojos, nos ofrece datos sobre la persona con la que estamos hablando, y esto nos ayuda a empatizar mejor con ella y con todos los que nos rodean.
Las áreas oculares (superior, inferior, derecha, izquierda
etc.), es decir, las zonas hacia donde miramos, están relacionas con distintas
áreas del cerebro que se encargan de procesar distintos tipos de información.
Las personas movemos los ojos de manera automática en
diferentes direcciones dependiendo de lo que estamos pensando. Estos patrones o
zonas relacionadas entre cerebro/campo-ocular son idénticas en la mayoría de
las personas. No óbstate, hay quien tiene estas áreas invertidas, especialmente
las personas zurdas.
El significado de las miradas
A modo de resumen, este es el significado de las miradas:
Mirar hacia arriba a mi derecha: Estoy construyendo una imagen visual no
experimentada
Mirar hacia arriba a mi izquierda: Estoy recordando una imagen visual
experimentada
Mirar de lado hacia mi derecha: Estoy construyendo un sonido, una
palabra, una melodía, una conversación no experimentada
Mirar de lado hacia mi izquierda: Estoy recordando un sonido, una palabra,
una melodía, una conversación experimentada
Mirar hacia abajo a mi derecha: Estoy poniéndome en contacto con un
sentimiento, recordando una caricia, frío, calor, un sabor, un olor, etc.
Mirar hacia abajo a mi izquierda: Estoy hablando conmigo en un diálogo
interno
Te en cuenta que cuando observes a una
persona que no eres tú, lo verás invertido, es decir, su izquierda será tu
derecha y viceversa…
Para saber si tú u otra persona tienes o
tiene el sistema invertido, realiza las siguientes preguntas y observa
atentamente la dirección automática de la mirada:
Describe la decoración de tu salón (la persona debería mirar hacia su campo
visual superior izquierdo para recordar cómo es su salón)
Imagina cómo te quedaría el pelo de color verde (la persona debería
mirar hacia su campo visual superior derecho para imaginar cómo quedaría ese
color en su cabello)
¿Qué es lo primero que has dicho esta mañana? (la persona debería
mirar hacia su campo visual medio izquierdo para recordar las palabras)
Di mariposa al revés (la persona debería mirar hacia su campo visual medio
derecho para construir esta nueva palabra)
¿Cómo te sentiste la primera vez que te besaron? (la persona debería
mirar hacia su campo visual inferior izquierdo para ponerse en contacto con
sentimientos y emociones)
Recita para ti mism@ tu poema favorito (la persona debería mirar hacia su campo
visual inferior derecho para establecer un diálogo interno)
Si la reacción en el movimiento ocular es
la contraria, es que la persona en cuestión tiene los sistemas invertidos. Para
hacer la prueba con una persona, conviene no decirle nada ni ponerla en
antecedentes para que sus miradas sean automáticas y naturales, en lugar de
forzadas.
¿Para qué sirve observar las miradas?
Teniendo esto en cuenta, al observarnos
u observar a otras personas, podemos claramente obtener algunos
beneficios:
El área de una persona
Por lo general, todos utilizamos
un área con más frecuencia que otra y nos sentimos más a gusto desde un
territorio específico. Por ejemplo, si una persona suele mirar repetidamente
hacia abajo mientras habla, es probable que se trate de una persona que se
mueve desde los sentimientos, desde lo emocional o que tenga frecuentes diálogos
internos y una vida interior rica, por lo
que, para hacernos entender con esa persona y poder entenderla a ella,
convendría hablarle y explicarle argumentos desde el terreno emocional, es
decir, hablarle de sentimientos y emociones. Si, en cambio, una persona suele
utilizar el campo medio, es probable que esa persona se maneje mejor desde la
palabra, por lo que convendría dirigirnos a esa persona desde lo intelectual,
con argumentos claros y un lenguaje fluido, si queremos mejorar la relación con
ella. En definitiva, el área hacia la que una persona se dirija con más
frecuencia, nos estará diciendo a qué cosas le da más importancia la persona o
desde qué territorio se maneja mejor.
Potenciar áreas y conseguir
objetivos
En PNL se utilizan recreaciones
mentales con mucha frecuencia para cambiar patrones de conducta, emociones y
pensamientos invalidantes del inconsciente fijando visiones, palabras o
emociones nuevas que nos ayuden a conseguir objetivos. Para que estos ejercicios
tengan mayor efecto, conviene utilizar las áreas oculares apropiadas. A
continuación, te explicamos un pequeño ejercicio que puedes utilizar para
lograr ese objetivo. Te explicamos cómo a continuación:
Ejercicio para lograr objetivos utilizando el campo visual
Paso 1: Con los ojos abiertos, dirige la mirada hacia arriba a
tu izquierda y recuerda alguna ocasión en la que no hayas logrado ese objetivo
que quieras conseguir. Por ejemplo, si lo que quieres es cuidar tu alimentación,
imagínate tumbada en el sofá comiendo toneladas de donuts. Recrea la escena con
todo lujo de detalles: qué cosas hay en la habitación, cuánta luz, qué suena,
cómo te sientes, qué ropa llevas, etc.
Corta: Cierra los ojos, respira profundamente y rompe con el pensamiento
anterior recordando tu canción favorita durante 2 o 3 segundos.
Paso 2: Abre los ojos de nuevo y dirige la mirada hacia abajo a la
izquierda. Piensa en los recursos que necesitas para alimentarte bien y
siéntelos profundamente. Por ejemplo: fuerza de voluntad, entusiasmo,
confianza, disciplina, etc. Siente todos esos recursos dentro de ti.
Corta: Cierra los ojos, respira profundamente y rompe con el pensamiento
anterior pensando en tu color favorito.
Paso 3: Abre los ojos de nuevo y dirige la mirada hacia arriba a la
derecha. Imagina la misma situación de antes pero con los recursos necesarios:
¿Cómo sería la nueva escena? Por ejemplo: Imagina que en lugar de estar tumbada
estás sentada, que tienes un delicioso zumo de naranja fresquito, que te
levantas y sientes unas ganas irrefrenables de hacer yoga, etc. Procura
visualizar la escena con detalles: colores, olores, sonidos, brillos, luz, etc.
Corta: Cierra los ojos, respira profundamente y rompe con el pensamiento
anterior sintiendo si tu nariz está fría o caliente durante 2 o 3 segundos.
Paso 4: Abre los ojos de nuevo y dirige la mirada hacia abajo a la
derecha. Disfruta de las emociones generadas con la visualización anterior: tu
sensación de fortaleza, tu disciplina, tu seguridad. Regocíjate en la sensación
de triunfo.
Repite este ejercicio todos los días
cuantas veces sea necesario hasta que se ejecute una nueva programación en tu
cerebro y realmente utilices esos recursos que, en verdad, ya están dentro de
ti.
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