Todos sabemos que el
planeta Tierra está cambiando, pero no solo cambia el planeta; todo el Sistema
Solar, toda la galaxia está cambiando, ya que todos estamos conectados. No
importa lo lejos que estén las otras dimensiones, ni lo lejos que podamos estar
de otras formas de vida, las líneas energéticas que fluyen del centro de la galaxia,
nos conectan con la Fuente Primordial. Muchos de nosotros hemos sentido esa conexión,
meditando, soñando o en momentos mágicos que nos ocurren a todos. Incluso
cuando respiramos si nos damos cuenta podemos sentir esa unión.
Los científicos afirman que el campo magnético de la Tierra está cambiando, Su declive está abriendo la atmósfera superior de la Tierra a radiaciones intensamente cargadas de partículas. Al mismo tiempo que se reduce el campo magnético, las frecuencias de la Tierra suben, afectando a toda la vida, de la cual formamos parte. Las fuerzas magnéticas actúan como un sistema de atracción que une todas las cosas, al estar sufriendo este declive, podemos decir que su efecto sobre nuestros programas mentales y emocionales comienza a producir alteraciones. Esto nos puede crear situaciones caóticas, perdidas del eje que teníamos como inmutable y del cual poco o nada nos sirve ahora, pero las cosas están así, y tenemos que cambiar.
Si reflexionamos un poco, nos daremos cuenta de que con el actual cuerpo físico hemos funcionado con un determinado grado de densidad, pero en estos momentos estamos siendo preparados para establecer contacto con seres de más alta vibración, tanto de la Tierra, como de otros mundos y dimensiones.
Cuando el planeta
recibe las frecuencias elevadas de Luz, los habitantes de la Tierra entran en
un proceso de cambio, que obra en su organismo a nivel de los espacios vacíos
entre células, bioquímicamente estos están siendo reubicados. La fuerza de la
Luz activa nuestros cuerpos y literalmente la química de mente y cuerpo cambia
Estamos siendo
preparados, y ya estamos comenzando a pasar de una densidad molecular a una nueva
más alta. Esto es transformación. En el proceso estamos activando y reforzando
nuestros lazos con el Yo superior, o cuerpo Crístico, que se conecta a nuestra
columna de chakras a través del octavo chakra. Una cosa es saber que poseemos
este cuerpo, y otra es anclarlo y activarlo totalmente.
El trabajo que ya se
ha hecho ha preparado a algunos seres humanos para vivir con un tipo más
avanzado de resonancia. Aquella que está dentro del rango de capacidades del
cuerpo superior. Sin embargo hay que aclarar que la Ascensión no consiste
descartar el cuerpo físico, sino de llevarlo con nosotros un paso más arriba. Se
trata de sentir los cambios, y de ser conscientes de ellos para apoyarlos.
Debe haber una
aceptación, el acuerdo de permitirnos sentir lo que tengamos que sentir para
llegar a la comprensión. No se trata de que despertemos y simplemente la
ascensión ya está lista. Es importante saber esto, porque nos ayudará en el
proceso de transformación y transmutación. Mientras
menos resistencia pongamos al cambio, este se dará más armónicamente.
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