¿Qué es la conciencia?
La conciencia según la R.A.E. es la
propiedad del espíritu humano de reconocerse en sus atributos esenciales y en
todas las modificaciones que en sí mismo experimenta.
Esto nos la posibilidad de adquirir
un conocimiento interior del bien y del mal, alcanzando mediante la reflexión
el conocimiento de las cosas. A esta actividad mental solo puede tener acceso
el propio sujeto, llegando a percibirse a sí mismo como una parte de la unidad
del mundo.
Interpretamos “conciencia” cuando
somos conscientes de lo que nos rodea cuando en realidad actuamos con el
inconsciente la mayoría de veces. Si nos liberáramos de los conceptos de “ser conscientes
de” emergería lo que realmente somos…
CONCIENCIA.
Estamos viviendo tiempos de
cambios, cambios que afectan a la humanidad hasta el punto de poner en peligro
su supervivencia, la tecnología, el exceso en un planeta regido por la
industrialización y la falta de respeto hacia la naturaleza, pone en peligro la
vida que el él existe.
Aunque hemos podido comprobar que
está ocurriendo una trasformación en la conciencia humana, esta sigue siendo
una posibilidad para unas cuantas personas, que sienten la necesidad no solo de
su propia experiencia, sino de compartirla con el resto de seres.
El cambio que está surgiendo viene
de un nivel tan profundo que transciende a todo lo conocido, consiguiendo que
nos elevemos por encima de nuestros pensamientos, llegando a alcanzar una
dimensión superior. Siendo al mismo tiempo la creación, y lo creado.
La Tierra es la manifestación
externa de la forma, la cual es siempre un reflejo del interior, estando la
conciencia de la humanidad y la vida en nuestro planeta íntimamente conectadas.
De manera que a medida que los viejos paradigmas, la vieja conciencia, se vayan
disolviendo, se producirán alteraciones en el planeta, cambios geográficos y
climáticos, que ya hemos podido observar.
Para poder dejar atrás viejos
paradigmas y entrar en nuevos modelos de
vibración se requieren esfuerzos ya que en este proceso debemos morir nosotros mismos y volver a nacer
transfigurados, sin que nada ni nadie limite nuestro avance impersonal, para que,
debajo de nuestra personalidad individual tengamos la paz del anonimato, y no
tengamos barreras entre lo humano y lo divino, siendo a la vez lo que somos y
lo que seremos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario