El mundo físico y su realidad, es solo una recreación de lo observado. Creamos el cuerpo y nuestra realidad, según creamos la experiencia de nuestro mundo en sus diferentes manifestaciones dimensionales. En su estado esencial, el cuerpo esta formado de energía e información, y un nivel muy pequeño de percepción.
Esta energía e información surge de los infinitos campos de energía e información que abarcan toda la creación. La mente y sus cuerpos, desde lo físico hasta lo espiritual y sus múltiples manifestaciones multidimensionales, son inseparables y forman la unidad “yo soy”. Esta unidad podemos estudiarla en dos corrientes de experiencia; la primera como corriente subjetiva, (pensamientos, conceptos ideas, sentimientos emociones, y deseos). La segunda corriente objetiva, la experimentamos como cuerpo físico, pero en un plano mas profundo, estas dos corrientes se encuentran en una sola fuente creativa,(esencia), y es a partir de esta, donde realmente nos manifestamos y tenemos nuestro ser.
La bioquímica del cuerpo es un producto de la conciencia quántica, los sentimientos, las emociones, los pensamientos e ideas, crean reacciones que sostienen la vida en cada célula. La percepción de algo, parece como algo automático, pero es un fenómeno aprendido, si cambias de percepción, cambias la experiencia de ti, ya que esta solo tiene realidad en tu capacidad de interpretación, sea esta a nivel consciente, subconsciente o supraconsciente. Hay impulsos de inteligencia que crean tus cuerpos de formas nuevas cada micro-instante quántico. Lo que eres equivale a la suma total de cada impulso quántico, al cambiar estos esquemas cambias tú. Aunque cada persona parezca como separada e independiente, en la realidad todos estamos conectados a los patrones de la inteligencia de lo absoluto.
Nuestro cuerpo es parte de un cuerpo universal, que a su vez es parte del cuerpo omniversal. Nuestras mentes son parte de la mente universal y a su vez esta es parte de la mente omniversal. El tiempo real, existe solo como la eternidad del presente continuo, es la eternidad cuantificada, es la atemporalidad cortada por nosotros en trozos, o fragmentos de tiempo que llamamos días, hora, minutos, y segundos.
Lo que llamamos tiempo lineal es solo un reflejo de nuestro modo de percibir la serie de sucesos, o cambios en los que se envuelve nuestro limitado sistema perceptual. El tiempo secuencial es dado por la falta de capacidad de procesar todos los datos experimentados simultáneamente, que darían curso a lo que se llama presente continuo. Entonces la serie de datos de las secuencias de las percepciones se procesan en el cerebro según su propia capacidad de procesamiento. Si se pudiera percibir lo inmutable del ser, el tiempo dejaría de ser percibido y medido tal como lo conocemos, tendríamos que aprender a cambiar la capacidad de procesar datos y de su complejidad del proceso, para poder aumentar el nivel de conciencia, (inteligencia).
Existe un núcleo del ser, un campo energético de inmortalidad que crea el yo como esencia, y también se manifiesta como el cuerpo físico. Este núcleo es el ser que es, el yo soy, el ser esencial o alma, semilla primigenia, que esta contenida en un átomo llamado simiente.
Somos semillas de eternidad esencial en este escenario de eternidad quántica.
Carmen.