LUNA EN EL SIGNO DE SAGITARIO
La Luna en Sagitario combina el principio mutable con el elemento fuego. Sagitario es el tercer signo de fuego. El fuego es un temperamento del yo que está relacionado con el desarrollo de la personalidad y, en Sagitario, con la individualidad del propio pensamiento.
El desarrollo del yo empieza en el signo de Aries, en Leo se pone a prueba y en Sagitario se produce la individualización. Por eso, la Luna Sagitario ama tanto la independencia, aspira constantemente a la libertad y siempre tiene un punto de vista propio. Esta tan intensamente unida al pensamiento que éste actúa de forma importante en los sentimientos.
La Luna Sagitario está abierta a todo tipo de contactos, se interesa por todo lo vivo, orgánico y natural. Tiene un gran corazón, mucha comprensión por las debilidades y errores de las personas y una gran generosidad al juzgar que influye beneficiosamente en el entorno. No se siente extranjera en ningún lugar y se adapta fácilmente a los acontecimientos.
Las personas con Luna Sagitario son positivas y, a pesar de las experiencias negativas, continuamente recuperan la fe, el coraje y la energía vital. Buscan conocimientos de forma apasionada y son lectores ávidos para expansionar sus conocimientos y perfeccionarse.
Son filósofos por naturaleza, y se sienten impulsados a encontrar respuesta adecuada a preguntas de gran profundidad sobre la vida.
De la misma manera que la Luna Géminis, la del signo opuesto, la Luna Sagitario tiene también un destacado sentido del humor que, en determinados casos, puede manifestar como burla. Con su amor por la verdad pueden poner el dedo en la llaga de sus semejantes y, lo hacen pensando que con ello no pueden herir los sentimientos de los demás. Debido a esa sinceridad sin miramientos, a veces, se hacen impopulares. En la mayoría de casos, la capacidad de adaptación no está demasiado desarrollada porque el principal deseo del signo Sagitario es encontrar la verdad y nada más que la verdad.
La Luna Sagitario no soporta el disimulo, enseguida intenta aclarar las cosas. No oculta la verdad, ya ha ganado muchas batallas con la agresividad de sus palabras. En el nivel material, reacciona de forma muy egoísta y subjetiva, es muy individual y, no permite que se le diga lo que tiene que hacer.
Está identificada con su yo emocional, da pasos imprevisibles que raramente pueden calcularse con antelación. A las personas con Luna Sagitario no se las puede programar o prever, reaccionan espontánea e individualmente.
En la Luna Sagitario, las ideas se imponen sobre los sentimientos, y se originan formas mentales, ideas fijas que justifica y defiende a toda costa. Son formas mentales cristalizadas que proceden del intelecto, verdades, conceptos, ilusiones que están alejadas de la realidad y del amor. Estas personas interpretan el rol de juez, juzgan a los demás y se hacen impopulares, la gente las evita, y se apartan de su camino. Son personas solitarias que deambulan a grandes pasos por la Tierra y que hablan de amor aunque no son amados.
Las personas con la Luna Sagitario creen que pueden hacer y decidirlo todo solas, no permiten que se les den consejos, se sientan en su “elevado trono” y desde ahí miran despectivamente a la mediocridad terrenal, lo saben todo mejor que nadie. Esto puede hacer que en ocasiones sean injustas dándole la vuelta a la verdad para su conveniencia.
De sus debilidades hacen virtudes e incluso una filosofía que presentan como buena a los demás. No les gusta sentirse atadas ni obligadas a dar gracias, prefieren organizarlo todo ellas mismas. El yo reclama mucha libertad e independencia, muchas veces, esta reivindicación no está justificada pero sin embargo la reclaman.
De sus debilidades hacen virtudes e incluso una filosofía que presentan como buena a los demás. No les gusta sentirse atadas ni obligadas a dar gracias, prefieren organizarlo todo ellas mismas. El yo reclama mucha libertad e independencia, muchas veces, esta reivindicación no está justificada pero sin embargo la reclaman.
Las Luna Sagitario tienen miedo al compromiso, a perder la fuerza de expansión Que Júpiter les otorga al ser su regente. Para ellas, las relaciones son siempre voluntarias, si alguna ejerce presión sobre ellas, se van. Evidentemente, no se llevan bien con la fidelidad, si se les ofrece una relación o un amor de forma espontánea, aprovechan la oportunidad, ya que según su filosofía el verdadero amor solo puede experimentarse de forma espontánea.
Como en todos los signos mutables, aquí también hay una contradicción; quieren el amor, pero no asumir ni obligaciones ni responsabilidades.
El cuerpo emocional no es el más adecuado para la individualización, esto lo hace mejor el Sol, y sin embargo, estas Lunas tienen esta tendencia. Muchas son incapaces de amar.
Tienen un fuerte concepto de su propia singularidad y lo irradian en forma de energía mental. Se trata de una ideología sobre el propio mundo emocional, sobre el cual se construyen su propio sentido que más tarde deberá ser corregido.
Superación.
Para las personas con Luna Sagitario, la crisis de transformación se activa en el signo opuesto Géminis. Es el principio que reduce y equilibra el propio orgullo, entonces estas personas experimentan que no son tan especiales como creían y que deben desarrollar una cierta humildad para poder llegar a aprender y a sentir.
Las reivindicaciones de singularidad llegan a superarse en la soledad, cuando nadie quiere saber nada de ellas. Al final de la crisis, puede desarrollarse el regente esotérico, la Tierra, y, al mismo tiempo, pueden establecerse relaciones completas a todos los niveles. Entonces, el amor se experimenta como un acontecimiento universal, en donde no hay ni alto ni bajo, ni rico ni pobre.
En otras palabras, la Luna Sagitario, mediante su sentimiento de necesidad de amor, llega a conocer que no sirve de nada experimentar en solitario la belleza de la existencia, y que, en cambio, en común, le ilumina un disfrute de la vida más elevado. Experimenta que debe entregarse a otras personas, que debe dirigirse hacia alguna meta en el amor. Comprende que no puede funcionar de forma tan libre y, al mismo tiempo exigir amor.
Debe aprender a pensar en los demás y darse cuenta de que los necesita para ser feliz, además, debe llegar a esta conclusión por sí misma y a estar dispuesta a hacer cualquier cosa por las personas amadas.
Esta entrega a los demás debe de ser verdadera, real y autentica, el regente esotérico, la Tierra, no admite decisiones a medias. Con la Luna Sagitario transformada, el pensamiento y el sentimiento actúan conjuntamente. Corazón y cabeza están unidos. Entonces estas Lunas son dignas de confianza, pueden explicar las cosas desde un punto de vista superior y hacerlas comprensibles.
La Luna siempre tiene que ver con el amor, el gran principio, y cuando la Luna Sagitario sale de la crisis está purificada, dispuesta a experimentar. Está convencida de que el amor lo cura todo y, comunica esta verdad a todas las personas.
Normalmente, las Lunas Sagitario tienen capacidades pedagógicas y de educación. Como maestras trabajan con objetivos filosóficos y quieren refinar la imagen del ser humano. La tendencia a lo lejano es una fuerza que impulsa hacia adelante, que da lugar a nuevas esperanzas. Así pues, están siempre dispuestas a hacer algo para la innovación y tienen suficiente coraje para intervenir en donde predominan circunstancias o estados antisociales. De forma alegre, esperanzada y con fe, se dirigen siempre hacia nuevas experiencias
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El pensamiento semilla indica esta capacidad:
“Veo la meta, alcanzo la meta y veo la siguiente”
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