LA FAMILIA DE LOS ABETOS
Los abetos, que son originarios de las tierras frías y hostiles del norte, han sabido desarrollar una gran fuerza vital para soportar la crudeza de los largos y agotadores inviernos. De ahí viene su capacidad particular para conservar, transformar y transmitir luz y calor.
En tiempos de los persas o los romanos, el 25 de diciembre se celebraba una fiesta en honor a Mitra, dios de la luz y del sol invencible, representado en forma de héroe degollando a un toro. Durante esta ceremonia, que simbolizaba la regeneración física y psíquica con energía sanguínea, solar y divina, se encendían velas y se intercambiaban regalos.
Después los padres eclesiásticos decidieron celebrar el aniversario de Cristo ese mismo día y así fue como los cristianos adoptaron esta tradición romana del culto a Mitra. El árbol de Navidad apareció por primera vez en la catedral de Estrasburgo en 1939. Dicha costumbre se ha ido extendiendo por todos los hogares durante el siglo XVII y todavía persiste en la actualidad.
A partir del 21 de diciembre en el hemisferio norte del planeta, la luz vence a la oscuridad y los días se van alargando. El culto a Mitra, al igual que el tradicional árbol de Navidad, simbolizan por excelencia la victoria de la luz sobre las fuerzas de las tinieblas.
El abeto es un verdadero pulmón de la naturaleza. Por su fuerza y majestuosidad, su fragancia balsámica y revitalizante han llevado al hombre a utilizarlo en medicina y los rituales de magia desde la Antigüedad. antaño se decía que el abeto tenía poderes protectores contra la desgracia. Santa Hildegarda de Bingen fabricaba bálsamos y pociones a base de abeto para tratar todo tipo de trastornos, sea de aparato respiratorio, de la cabeza o del corazón, para combatir reumatismo o enfermedades nerviosas.
INDICACIONES TERAPEUTICAS TRADICIONALES
Catarro, resfriado, bronquitis y constipado; antiséptico respiratorio.
Reumatismo y artrosis, analgésico, antinflamatorio y espasmolítico.
Celulitis, activador linfático y circulatorio
Fatiga, síndrome de desgaste profesional o debilidad del sistema inmunitario; tonificante y estimulante general.
Calambres y agujetas, analgésico y espasmolítico
Aire viciado; purifica la atmosfera en difusión
PROPIEDADES E INDICACIONES ENERGÉTICAS
Antidepresivo.
Libera de las dependencias en combinación con el arrayán y la bergamota
Libera de las depresiones físicas y psíquicas
Regula el sistema neurovegetativo y aumenta la fuerza psicoemocional
Purifica y regenera los cuerpos sutiles
Trasmite energía. coraje, optimismo y alegría, fomenta la pasión por la vida y estimula las endorfinas
Refuerza la vitalidad psíquica en caso de agotamiento mental y sobreexcitación
Ayuda a relativizar
Aumenta el carisma
RITUALES Y PRÁCTICAS
En caso de miedos y falta de confianza en uno mismo, aplicar mañana y noche una gota de aceite esencial de tsuga en el entrecejo y dar unos golpecitos con los dedos índice y corazón diciendo: " Me acepto y me quiero por completo con mi miedo". Al rato, seguir dando toques afirmando: " Soy una persona con mucha valentía".
Cuando a uno le cuesta horrores expresar sus emociones, aplicar mañana y noche una gota de aceite esencial de abeto gigante en el hueco situado ente el labio inferior y el mentón, dar unos toquecitos con el dedo corazón diciendo: "Me quiero por completo aún con las emociones que no expreso". Continuar modificando la afirmación diciendo: "Soy una persona que sabe expresar sus emociones".
Para las personas que quieran librarse de una dependencia y que siguen alguna terapia, se recomienda masajear el timo a diario con unas gotas de aceite esencial de tsuga y de arrayán. Este masaje reforzará el proceso de curación-
Para aumentar el umbral energético de una vivienda: quemar aceite esencial de abeto blanco.
Para purificarse, sentirse revitalizado y más ligero, aplicar unas gotas de aceite esencial de abeto blanco en las manos y pasarlas por los cuerpos sutiles como si se tratara de un masaje del aura.
AROMATERAPIA ENERGÉTICA
Asociado al chakra del corazón
Colores verde y turquesa.
CONTRAINDICACIONES
Ninguna
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