La
aromaterapia energética asocia el conocimiento del alma de las plantas a la
ciencia de los chakras y los cuerpos sutiles así como a todas las facultades de
los órganos sensoriales, en primer lugar el sentido del olfato y del tacto.
En
el Ayúrveda, se dice que las plantas poseen la facultad de influir en el
funcionamiento de los chakras y los cuerpos sutiles, por tanto, sus efectos
llegan hasta el equilibrio psicoemocional y físico de las personas.
En
funcionamiento de nuestro cuerpo físico es la consecuencia de una gran cantidad
de información y procesos que se van acumulando en nuestros cuerpos energéticos,
esos que solemos llamar “chakras”. Toda nuestra vida, incluida la que procede
de vidas anteriores, se concentra en nuestros centros energéticos.
Una
acumulación de pensamientos negativos puede llegar a atascar, e incluso
bloquear, el buen funcionamiento de un chakra. La sensación de no haber sido
amado, respetado o comprendido durante la infancia, el doloroso luto por un ser
querido o el impacto de una guerra, por ejemplo, son experiencias que pueden
perturbar el buen funcionamiento de uno u otro chakra. El hecho de encadenar
vivencias negativas puede contaminar uno o varios chakras y llegar a provocar,
en lo sucesivo, varias patologías en todo el organismo.
La
palabra “chakra” procede del sánscrito y significa “rueda”. Los chakras se
complementan entre ellos, no funcionan por separado unos de otros. Cuando los
chakras están cerrados la fuerza vital se bloquean, los antiguos esquemas
resurgen y nos estancamos. La vida pasa a ser una obligación. En cambio, si
están bien abiertos, el espíritu puede manifestarse mejor en la materia, el
tiempo y el espacio.
Los
cuerpos sutiles son como capas de aura que envuelven el cuerpo físico y que
juntas forman nuestra aura. En general, se distinguen cinco cuerpos sutiles que
envuelven el cuerpo físico en capas sucesivas.
El
cuerpo etérico, que es el menos sutil, es el cuerpo que se detecta con una
cámara Kirlian y que se asocia erróneamente al aura. Suele compararse a un
campo electromagnético y sirve de enlace entre el cuerpo físico y los demás
cuerpos sutiles.
Nos
une a la tierra y a nuestras raíces. Está asociado al primer y segundo chakra.
Sus colores son el rojo fuego, el rojo escarlata y el naranja.
El
cuerpo astral es el segundo cuerpo sutil. En él se acumulan todas nuestras
emociones. El “calor” del corazón procede del cuerpo astral, que es donde se
debe trabajar para modificar un esquema educativo o una creencia. Está asociado
al plexo solar y su color es amarillo.
El
cuerpo mental es el más estático de todos los cuerpos sutiles. Está directamente influenciado por
nuestro estado mental del momento y es
el responsable de impulsar los demás cuerpos sutiles. Está asociado a los chakras
del corazón, timo y cuello. Sus colores son el verde, el turquesa y el azul.
El
cuerpo causal encierra el secreto de la planificación de nuestra vida, en él se
recoge toda la información acerca de nuestro karma y nuestro dharma. Está asociado
al chakra del tercer ojo. Su color es el añil.
El
cuerpo espiritual se mantiene de encarnación en encarnación, en él se esconde
nuestro espíritu, nuestro ego divino. Está asociado con el chakra coronal. Su
color es el violeta.
Los
chakras y los cuerpos sutiles funcionan como una pareja:
Los
chakras son yang, masculinos y activos.
Los
cuerpos sutiles son yin, femeninos y pasivos.
En
la aromaterapia energética prevalecen ante todo los chakras, porque al trabajar
en ellos se puede llegar después a los cuerpos sutiles.
Si
los chakras están abiertos y resplandecientes, puede proporcionar la energía
que necesitan los diferentes cuerpos sutiles así como el cuerpo físico para
recobrar o mantener un perfecto estado de salud.