Hemos alcanzado una
frecuencia de vibración donde nada menor puede seguir existiendo. Se ha
alcanzado la masa crítica suficiente para que las energías densas deban
marcharse, y esa despedida será intensa en los próximos años.
Estamos en un punto que
no tiene nada que ver con lo conocido, las cosas han ido ocurriendo poco a
poco, creando el patrón necesario para construir la masa crítica para este
escenario de desarrollo espiritual, y en él nos encontramos ahora.
De momento muchos de nosotros
nos encontramos como faltos de energía, como aislados, solos, nos
sentimos ante un gran abismo y en nuestro interior sabemos que ha llegado
el momento; la separación de los mundos.
Los mundos se separarán,
y en una realidad se constituirá una forma más elevada del ser, mientras en la
realidad restante se crearan cambios y disoluciones de gobiernos y
sistemas, desastres naturales y reajustes de gran intensidad. Viviremos una
partida de la vieja realidad que nos llevará hacia una ascensión asombrosa,
disponible para muchos de nosotros.
El proceso evolutivo está en su punto final, y comienza una nueva etapa mucho
más feliz.
Durante estos cambios
hemos experimentado y pasado por distintos procesos. En el físico podemos haber
experimentado; ráfagas de frío, con imposibilidad de entrar en calor. La
sensación de que nos falta el aire, lo que nos puede llevar a híper
ventilarnos, ya que las energías son muy fuertes y nuestros cuerpos se
sobrecargan. Palpitaciones y cansancio producidos por estar siendo reestructurados
a nivel celular. Dificultad para dormir o dormir mucho y seguir cansados.
En nuestro cuerpo
emocional y en el mental tendremos; incapacidad para decidir o sentir certeza
de las cosas, indicando esto que estamos en transición de una realidad a otra,
y nos sentimos confusos. Sentimientos disperso, perder cosas, y sentirnos con
pérdida de poder, esto ocurre porque necesitamos saltar dentro de nuestro
verdadero poder, de forma que nos encontremos y recobremos la confianza de
saber quiénes somos. Espiritualmente sentiremos un deseo repentino, profundo e
intenso de unidad y cooperación con todo, un sentimiento de conexión y
hermandad, y la certeza de estar mucho más allá de todo esto.
Cuando estemos en
niveles más altos de nuestro proceso de evolución espiritual, nuestras almas
empezarán a mostrarse más y más. En este camino, siempre estaremos justo donde
necesitemos estar, aquí no hay espacio para ningún error, ni equivocaciones
posibles. Durante el tiempo de reestructuración, puede parecernos que estamos
ya de vuelta, que hemos alcanzado nuestro nivel espiritual, y de pronto
rebotamos y algo nos vuelve a hacer sentir que estamos abajo, y de
nuevo, tenemos que volver a empezar.
No podemos avanzar hasta
que no consigamos integrar la compasión, la caridad, el amor, la amabilidad y
la paciencia. Y esto no es necesario solo porque estamos siendo reconectados
como humanos de mayor vibración, lo que ocurre es que tenemos que estar
preparados para tiempos en los que la humanidad pueda necesitarnos. Podemos
imaginarnos actuando periódicamente en servicio de amor y cuidado cuando la
humanidad esté experimentando cualquier tipo de bloqueo y aprisionamiento.
En estos cambios
evolutivos la gente se unificará reuniéndose en comunidades, para aprovechar
los alimentos que se volverán locales y privatizados, hasta que finalmente
todos comprendamos nuestro propósito y podamos vivir en armonía con la
tierra, y con los seres que habitan sobre y dentro de ella.
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