CANTO
DE SIRENAS Y AUTOCONTROL
El
“canto de sirenas” es una metáfora proveniente de historias mitológicas en las
que las sirenas atrapaban a los marineros con su dulce voz. Al seducirlos y
tenerlos entre sus brazos, las sirenas terminaban comiéndose a los marineros,
dejando solo los huesos tirados en la orilla. En la Odisea, Ulises logra
escapar de la tentación de las sirenas, evitando escuchar sus atractivas voces.
Así, la frase “no te dejes atrapar por el
canto de sirenas”, se refiere a mantener el autocontrol para vencer los
obstáculos. A continuación, explicaré los motivos que
dificultan esta tarea y algunas técnicas sencillas para lograr el autocontrol.
Las
sirenas son criaturas mitológicas muy bellas y atractivas, que poseen una voz
fascinante capaz de dejar embobado a cualquier hombre. Sin embargo, su hermosa
voz es su mejor arma, pues la utilizan para llevar a los marineros a la muerte.
Al seducir a un marino, lo hacen naufragar y lo devoran, dejando sus huesos en
la costa como prueba.
En un
inicio, las sirenas eran descritas parecidas a las harpías, tratándose de seres
con busto femenino y cuerpo de ave. Posteriormente, empezaron a representarse
como mujeres de la cabeza las caderas y hacia debajo de la cadera con alas y
garras.
Con
esto, se pretendía dar a entender que la mujer era fría como el agua del pez,
volátil con sus alas y posesivas por sus garras. Finalmente, la figura de las
sirenas terminó representándose como la conocemos actualmente: una ninfa con
busto de mujer y cola de pescado.
Como ya
he mencionado, por lo generar las
sirenas terminaban alimentándose de sus víctimas, acabando con la vida de sus
marineros. No obstante, en La Odisea, Ulises logra salir airoso
de un mar lleno de sirenas. Este personaje le puso tapones a los oídos de sus
compañeros para evitar que su tripulación cayera en la tentación, pero Ulises
tenía mucha curiosidad por oír la melodiosa y voz de estos seres.
Entonces,
se hizo atar al mástil de su nave y solo con su propio
autocontrol
consiguió no dejarse engatusar por el canto de las sirenas.
¿Qué ES
EL AUTOCONTROL?
Si
interpretamos la historia de Ulises en La Odisea, nos damos cuenta que la
estrategia que utilizó este personaje para vencer a las sirenas fue el
autocontrol. Esto nos enseña que el autocontrol es una herramienta muy útil
para mantenernos firmes en nuestras metas, sin importar los obstáculos. Vivimos
en un mundo en el que muchas
circunstancias escapan de nuestro control.
El
autocontrol no significa necesariamente limitarse de sentir. Más bien, se trata
de ser conscientes de nuestro mundo interno, conocer nuestras dificultades y
mantenerse firmes de acuerdo a nuestros valores. En muchas ocasiones, nuestro bienestar
depende de nuestra habilidad para no caer en conductas impulsivas, que pueden
ser contraproducentes.
En este
sentido, el mundo es una especie de océano en el que siempre se escucha de
fondo el canto de sirenas. Es nuestra responsabilidad dejarnos llevar por la
melodiosa pero peligrosa voz, o atarnos al mástil del barco para evitar caer en
la tentación.
COMO
CONTROLAR LOS IMPULSOS
Los
trastornos del control de impulsos son desórdenes psicológicos caracterizados
por la imposibilidad
de resistirse a realizar un comportamiento que puede llegar a ser dañino y
perjudicial. Las personas con este tipo de trastornos pueden
ser propensas a la agresión, tener un mal carácter, ser hostiles en sus
relaciones interpersonales o participar constantemente en situaciones
riesgosas.
Sin
embargo, una persona muy fría y calculadora puede fácilmente realizar los
comportamientos anteriormente descritos. Entonces, lo que caracterizaría a los
Trastornos del control de los impulsos es la falta de autorreflexión. Las
personas con estos trastornos actúan sin pensar en las consecuencias de sus
acciones y terminan arrepintiéndose o sintiendo mucha culpa.
En este hilo de ideas, algunos trastornos que
involucran dificultades en el control de los impulsos podrían ser el Trastorno
explosivo intermitente, el trastorno límite de la personalidad o las adicciones. Estos desórdenes pueden generar disfunción
a nivel familiar, laboral, social y baja autoestima en quien los sufre. Por
tanto, cualquier
persona que presente imposibilidad para el autocontrol debe recibir atención
psicológica.
La terapia psicológica enfocada en el control
de los impulsos tendría como objetivo identificar y modificar los pensamientos
y emociones que subyacen las conductas impulsivas. Para esto, suelen ser útiles
técnicas de reestructuración cognitiva y Mindfulness. Por lo general, a
este tipo de pacientes se les incita a la relajación y pensar antes de actuar,
observar qué se está sintiendo y encontrar la mejor reacción para esa situación
en específico.
Asimismo, ante impulsos agresivos es
importante que la persona encuentre conductas alternativas como leer, respirar
o hacer ejercicios. Por otro lado, hay
conductas impulsivas que pueden ser positivas o que se alineen con los valores
del individuo, el terapeuta ayudará al sujeto a identificarlas y a utilizar
este impulso de manera adecuada y estratégica.
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