EL ETERNO RETORNO DEL QUE HABLA NIETZSCHE.
Si hoy te dieran la noticia de que la vida que has
vivido se va a repetir una y mil veces, ¿Cómo te sentirías? Esta es
precisamente la pregunta que se encuentra detrás del eterno retorno de
Nietzsche y del vitalismo que impregna su filosofía.
A partir de la célebre frase Dios ha muerto, Nietzsche pretende explicar un principio
complejo de manera breve. Expresa que los seres humanos estamos preparados para
dejar de creer en un ente superior, un pastor del rebaño que llevaría a la
desvalorización de los valores supremos y de la ley moral. En contraposición,
entiende que el individuo, con una actitud de superhombre que rechaza la moral
del rebaño, logra hacerse cargo de la propia vida, alejándose de la visión
determinista de la existencia.
Su pensamiento revolucionario pone en jaque la
concepción cristiana que regía el mundo occidental y abre así la posibilidad de ver al mundo y a los individuos desde otra
perspectiva. ¿A qué se refiere con el eterno retorno? ¿Cuán es el valor de
esta doctrina?
¿Quién
fue Nietzsche?
Estamos hablando de uno de los filósofos occidentales
más relevantes del siglo XIX. Friedrich Nietzsche nació en 1844 en Alemania. Su madre quería que fuera pastor, por lo
que veinte años después ingresa a la Universidad de Bonn a estudiar Teología. Sin
embargo, pese al descontento de su madre, al año siguiente se traslada a la
Universidad de Leipzig a estudiar Filología clásica.
Influenciado por los pensamientos de Arthur
Schopenhauer y por la música de Richard Wagner, se empieza a interesar por la
Filosofía y termina creando obras reveladoras. Entre las más destacadas están El nacimiento de la tragedia por el
espíritu de la música, Así habló
Zaratrusta y La gaya ciencia.
En sus obras desarrolla su interpretación de la
tragedia en la Antigua Grecia, la muerte de Dios, el fin de la religión como
modelo de valores en la sociedad moderna y en eterno retorno. Desde su punto de
vista nihilista, el cristianismo inventó un mundo ideal e inexistente que no hace otra cosa que
limitar la libertad de los individuos.
A finales de 1889, sufre un colapso mental irreversible y, con signos evidentes de locura,
es internado en la clínica psiquiátrica de Basilea. En deterioro mental se
aísla en una casa familiar que compartía con su hermana Elisabeth en Weimar.
Muere el 25 de agosto de 1900.
El
tiempo desde una concepción cultural
¿Cómo
entendemos el tiempo? Como una flecha. Es decir, con un
comienzo (pasado), con un presente y con una consumación final. (Teológicamente
nombrada como el fin de los tiempos).
Para
los griegos, el tiempo era circular, cíclico. Ellos
usaban dos palabras para referirse al tiempo: Kairós y cronos. La palabra
Kairós representa el tiempo oportuno y profundamente relevante que ocurre en el
tiempo gromos (el cronológico, el que simplemente transcurre)
Estar
en Kairós es sentirse en sintonía con el momento presente. En
simples palabras.se trata de tomar decisiones conscientes en el aquí y el
ahora. Es adueñarse de la propia vida y
entender que no es azar no obra del destino.
Nietzsche expresa que hemos normalizado una concepción
del tiempo que se basa en las ideas del cristianismo y plantea que debemos
salir de la idea del tiempo en forma de flecha, porque esta mirada escatológica
nos hace estar siempre a la espera de algo maravilloso, pagando el precio de
vivir una vida ajena o alejada de los propios deseos. Propone amar auténticamente a la vida, independientemente de un futuro
prometedor y asumir que en el presente está la totalidad de la vida.
El
eterno retorno de Nietzsche
Esta idea no da por sentada la posibilidad de vivir en
ciclos infinitos. Es una cuestión hipotética en lugar de un hecho. No está
planteada en términos de reencarnación, sino que supone ser una prueba
reflexiva para la propia voluntad y existencia.
Los negadores
de esta concepción sugieren que las cosas ocurren por destino o por azar, y que
no dependen de uno, Para ellos, la vida es cruel e injusta, a la espera del
paraíso celestial. En este sentido, se cree que la vida como tal no vale la
pena, y que solo cobraría sentido en el futuro.
En cambio Nietzsche se basa en el principio
existencial de que la vida termina para plantear la importancia de no centrar
nuestras expectativas de vida en una promesa futura. Más bien, propone vivir el presente con tanta intensidad que queramos
repetirlo con lo bueno y lo malo, las alegrías y los dolores. El tema
moderno sería: disfruta tanto del presente que lo quieras vivir de nuevo.
Se trata de una afirmación de la vida, ya que el eterno retorno se construye en cada decisión, en cada instante. A través de este concepto, Nietzsche intenta llamar a la voluntad humana. Esta es la doctrina de vida del superhombre, dispuesto a abatir la moral decretada por el cristianismo, junto a rebaños que obedecen y pastores que predican y crear una nueva moral en la que el hombre es su propio juez y verdugo.
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