La más destructora de las armas no es la lanza ni el cañón, que puede causar heridas en el cuerpo. La más terrible de todas las armas es la palabra, que arruina una vida sin dejar rastro de sangre y cuyas heridas jamás cicatrizan.
Cuando hay lealtad, las armas son inútiles. La lealtad se basa en el respeto, y el respeto es fruto del Amor. El Amor que ahuyenta a los demonios de la imaginación que desconfían de todo y de todos, y que devuelve la pureza a los ojos.
Seamos, por tanto, señores de nuestra lengua para no ser esclavos de nuestras palabras. Aunque se utilices en contras de nosotros, no entremos en un combate que jamás tendrá un vencedor. En el momento en que nos pongamos a la altura del adversario vil, estaremos luchando en las tinieblas, y el único que saldrá ganando; es el Señor de las Tinieblas.
La lealtad es una perla entre los granos de arena que sólo aquellos que realmente entienden lo que significa pueden ver. Así, quien siembra la Discordia puede pasar mil veces por el mismo lugar, pero nunca verá esa pequeña joya que mantiene unidos a los que necesitan seguir unidos.
Todos vamos a tener que enfrentarnos a muchos adversarios en la vida, sin embargo el más difícil de derrotar será aquel al que tememos. Nos vamos a encontrar con rivales en cualquier cosa que hagamos. Sin embargo, los más peligrosos serán aquellos que creemos que son nuestros amigos..Todos vamos a sufrir cuando nos ataquen y nos hieran en nuestra dignidad, pero el dolor más grande será el provocado por aquellos que considerábamos amigos nuestros.
Nadie puede evitar cruzarse con quien lo va a traicionar y a calumniar. Pero todos podemos apartar el mal antes de que muestre su verdadera naturaleza, porque un comportamiento excesivamente afectuoso es la prueba del puñal escondido y listo para que lo usen. Así que, apártate de quien intenta agradarte todo el tiempo
Y cuidado con el dolor que tú mismo puedes provocarte si dejas que un corazón cobarde forme parte de tu mundo. Una vez que el mal esté consumado, no vale la pena culpar a nadie: la puerta la abrió el dueño de la casa. No seas vulnerable a los espíritus débiles que no soportan ver un espíritu fuerte.
La lealtad no se puede imponer nunca por la fuerza, por el miedo, por la inseguridad o por la intimidación. es una elección que solo los espíritus fuertes tienen el coraje de hacer, Y pos ser una elección, nunca es tolerante con la traición, pero siempre es generosa con los errores.
Y por ser una elección, resiste al tiempo y a los conflictos pasajeros.
P. Coelho
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