Si
alguna vez te han hecho daño o has pasado por una situación muy difícil, seguro
que te has preguntado para qué sirve perdonar. Además, seguro que también has
experimentado en tu propia piel que hacerlo no es tarea fácil y, casi también
con total seguridad, has confundido perdonar con olvidar. Lo cierto es que, una
vez que algo o alguien nos hacen daño, pasar página no es fácil.
El
olvido es un proceso de memoria (proceso amnésico) que depende casi pura y
exclusivamente del tiempo y del contexto en el que te encuentres. Es decir,
olvidar es el fruto que nace al dejar de recurrir a la información que tenemos
almacenada en nuestro cerebro, mientras que perdonar es recordar y no quedarse
anclado en la emoción que genera el recuerdo.
La
verdad es que no podemos realizar muchos trucos para olvidar, porque el olvido
es resultado del paso del tiempo. Ahora bien, será más fácil olvidar aquello
con lo que no tenemos contacto, por ejemplo, si nos alejamos de sitio, evitamos
ver a una persona o pasar por una situación, será más fácil y rápido olvidar.
Por eso, para olvidar tenemos que alejarnos y esperar.
Sin
embargo, perdonar es algo diferente, hacerlo significa que “a pesar de que
recuerdo lo ocurrido, a pesar de que recuerdo el daño sufrido puedo pasar
página y seguir adelante”. Hacer esto es dejar de pensar en venganzas, dejar de
pensar en lo injusta que ha sido la situación y poder recolocar las emociones
en el pasado, sin que afecten a nuestro presente ni a nuestro futuro.
¿Habías pensado
en esta diferencia entre perdonar y olvidar? Ser consciente de que estas dos
palabras no significan lo mismo, es imprescindible para ser capaz de pasar
página. ¿Sabes por qué? Porque nunca olvidarás a quien te ha hecho daño, nunca
olvidaras ese dolor, pero sí puedes aprender a vivir con ello si sabes dejarlo
atrás.
¿Por
qué es necesario aprender a perdonar?
Pasar página sirve para romper el vínculo que hay con el
dolor. Se trata de que dejes de lado el dolor y de que las llamas de la ira, la
rabia y la venganza se apaguen poco a poco, de este modo, serás libre para
iniciar una nueva etapa. Lograr esto te permite comenzar una nueva fase en tu vida en la cual, el
dolor y la angustia caracterizan un momento de tu pasado pero no de tu
presente.
Además perdonar hará que seas dueño de tu tiempo y
energía al 100%. porque cuando una persona tiene conflictos sin resolver o
etapas sin cerrar, aunque no se dé cuenta, su mente dedica mucho tiempo y energía
a finalizar y cerrar estas “tareas pendientes”. Tener pendiente el “perdonar a
alguien” hace que tus recursos psicológicos se destinen a esta tarea pendiente
y, como consecuencia, se puede generar un gran agotamiento emocional.
Resolver los conflictos también sirve para sentirse más
seguro y en paz con uno mismo, puesto que nos ayuda a avanzar y a mirar hacia
el futuro sin cargas emocionales negativas que absorban nuestra energía y motivación.
Alguien que perdona vacía su mochila emocional y se motiva con los retos del
futuro, lleva consigo una sensación de paz interior que es insustituible y
necesaria al 100% cuando quieres vivir plenamente.
Perdonar
es una forma de coger las riendas de tu felicidad.
En este punto, es muy interesante que reflexionemos sobre
un aspecto del perdón, que pocas personas tienen en cuenta. Cuando perdonas lo
haces por ti mismo no por quien te hizo sufrir, sino más bien, es un regalo que
te das a ti mismo. No perdonas y beneficias al otro, si perdonas te beneficias
a ti en primera instancia, te permites aceptar el daño y el dolor y lo dejas en
el pasado.
Por otro lado, perdonar es imprescindible para ser tu
guía y líder. Pero, es más, puede ser que tengas que perdonarte a ti. Para ser
el líder de tu vida tienes que perdonar tus errores, tus fracasos, tus puntos
débiles, tus arrepentimientos, el haberte hecho daño a ti mismo, y así
podríamos continuar con una larga lista de circunstancias que tengas que “perdonarte”.
Solo se accede a la autorrealización personal a través
del perdón y la reconciliación con uno mismo, porque una vez lo haces, enfocas
tu energía en crear la mejor versión de ti mismo y en tu proyecto vital como
ser humano. Cuando perdonas aprendes a gestionar el perdón te sientes libre de
decidir qué te afecta y que no, qué te impide seguir adelante y qué no, y así
todo fluye y te concentras en ti mismo.
Perdonar no es tarea fácil, pero tampoco es imposible. De
hecho, existen diferentes ejercicios de psicoterapia que pueden ayudarte a
perdonar. El primer paso es concentrarte en tu presente y en tu futuro,
responsabilizarte de aquí y ahora y ser dueño de tus emociones. Poco a poco, se
consigue.
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